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Claves del asesinato del ‘influencer’ de derechas Charlie Kirk

El activista fundó a los 18 años Turning Point, una plataforma de acción política que hoy cuenta con más de 20 millones de seguidores en las redes y ramificaciones en universidades

Unas 3.000 personas se reunieron la mañana del miércoles en la universidad de Utah Valley a escuchar las verdades de Charlie Kirk, un evangélico ultraconservador e influyente polemista de 31 años. El activista del mundo MAGA ponía en marcha su nueva gira por centros de educación superior para debatir a quien se le pusiera enfrente bajo un lema: “Prueba que estoy equivocado”. Lo que la audiencia vio en realidad en la ciudad de Orem fue un horrible asesinato político que ha estremecido a la sociedad estadounidense, que ve encarnarse nuevamente la violencia política a través de su forma más extrema: la de la violencia armada.

¿Quién era Charlie Kirk?

En poco más de una década, Kirk, de 31 años, se convirtió en uno de los más influyentes activistas del movimiento Make America Great Again (MAGA), librando la guerra cultural contra los valores woke en los espacios públicos de los campus universitarios y escudándose en la libertad de expresión. Se convirtió, así, en uno de los provocadores más seguidos del mundo MAGA con una defensa del papel tradicional de la mujer, un rechazo total al aborto, una defensa cerrada de la Segunda Enmienda (que consagra el derecho a las armas) y una total oposición a las reformas en favor de las minorías.

Su peso iba más allá de la opinión. Con 18 años fundó Turning Point, una organización de acción política de corte ultraconservador. Lo hizo junto a William Montgomery, uno de los simpatizantes del Tea Party, un movimiento populista de extrema derecha que sirvió de antesala al trumpismo.

Turning Point es hoy una poderosa plataforma con más de 20 millones de seguidores en las redes sociales y con 3.500 sucursales en las universidades de Estados Unidos (unos 250.000 estudiantes, de acuerdo a la propia organización). Pero la asociación es también una importante fuerza de recaudación entre jóvenes militantes de la nueva derecha: destina el 100% de sus donativos a candidatos de la esfera trumpista.

El año pasado, Kirk y Turning Point destinaron siete millones de dólares a las batallas más apretadas del Congreso. Y su trabajo fue clave para que Trump conquistara Arizona, uno de los Estados bisagra de la elección presidencial y donde el activista tenía su centro de operaciones.

¿Dónde ocurrió el asesinato?

Kirk recibió un disparo en el cuello segundos después de las 12.20, justamente cuando debatía con un estudiante sobre la violencia armada el país. El influencer y activista estaba rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad en un anfiteatro al aire libre de la Universidad del Valle de Utah, el centro público más grande del Estado, con 47.000 estudiantes. Fue trasladado al hospital regional Timpanogos, donde se confirmó su fallecimiento.

Más de 8.000 alumnos de esa y otras universidades estatales habían firmado una petición para impedir que Kirk se presentara en el colegio, ubicado a 45 minutos al sur de Salt Lake City, la capital del Estado.

Esta fue la primera fecha de Kirk en su gira The American Comeback (El regreso americano), que lo llevaría por 14 centros de educación superior en Colorado, Virginia o Minnesota. Utah es uno de los Estados con una regulación más laxa de las armas, lo que ha situado su tasa de víctimas por encima de la media nacional. En mayo, las autoridades estatales hicieron más fácil que los empleados pudieran portar pistolas en las instalaciones escolares.

¿Qué se sabe del asesino?

El FBI encabeza la cacería para dar con el homicida de Kirk. Las autoridades locales han dado escasos detalles sobre la identidad del tirador, pero la mañana del jueves hicieron públicas dos fotografías de quien consideran un “sujeto de interés”. Vestía ropa oscura, lentes de sol y gorra negra.

El sujeto abrió fuego desde el techo del centro Losee, un edificio ubicado a 121 metros de distancia del lugar donde hablaba el polemista, que viajaba con un fuerte despliegue de guardaespaldas armados. La policía local había enviado también a seis agentes a sumarse al operativo de seguridad. Solo un tiro se escucha en las imágenes grabadas por los alumnos presentes.

Un viejo rifle de caza calibre .30 fue descubierto envuelto en una toalla en una zona boscosa cercana a la universidad. Al interior de la recámara había tres balas con mensajes antifascistas y expresiones trans, según The Wall Street Journal.

Instantes después del asesinato, los investigadores interrogaron a George Zinn, un hombre mayor que estuvo presente en el campus. El hombre fue liberado, pero acusado de obstrucción de la justicia por la policía local. Horas más tarde, las autoridades aprehendieron e interrogaron a Zacharian Qureshi, un simpatizante de Turning Point de origen árabe. Para la noche del miércoles, la policía ha informado que los dos sujetos no tienen ningún vínculo con el homicidio.

“Nuestra investigación continúa”, aseguró Kash Patel, el director del FBI. La agencia habilitó una página web para recibir información y denuncias que puedan llevar a la detención del tirador. El Gobierno ofrece una recompensa de 100.000 dólares a quienes den información que lleve a la detención.

La prensa local de Utah ha revelado un audio de la radio de la policía en la que se afirma que las cámaras de la universidad captaron el momento en que el sospechoso abandonó el sitio del suceso. El centro educativo ha suspendido las clases hasta el lunes.

¿Qué reacciones ha provocado la muerte de Kirk?

Donald Trump fue quien dio a conocer la muerte de Kirk, a quien consideraba un amigo y a quien calificó de “casi legendario” en su propia red social, Truth. Al mensaje del mandatario le siguieron cientos de condenas y notas de rechazo por la violencia política que se vive en Estados Unidos. Fue un tono casi unánime que compartieron políticos republicanos y demócratas.

Gavin Newsom, el gobernador de California, quien entrevistó a Kirk en su pódcast en marzo, calificó el episodio de “desagradable, vil, y condenable”. “Estos actos despreciables no tienen lugar en nuestra política”, aseveró el expresidente Barack Obama. El exmandatario Joe Biden y la excandidata Kamala Harris escribieron notas similares.

“Nuestro país está roto. Hemos sufrido con asesinatos políticos recientes en Minnesota. Hubo un atentado contra el gobernador de Pensilvania. Y hubo otro contra un candidato presidencial y expresidente. Nada de lo que pueda decir nos unirá como país, que arregle lo que está roto”, reflexionó por la tarde Spencer Cox, el gobernador republicano de Utah.

Gabrielle Giffords, una congresista demócrata de Arizona que sobrevivió a un intento de asesinato en 2011, dijo que el homicidio de Kirk le “quebró el corazón”. “Los ataques a nuestros oponentes políticos e ideológicos son cobardes y antiamericanos. Deben ser condenados de forma universal”, escribió Giffords, convertida en activista en favor de la regulación de las armas tras sobrevivir el tiroteo.

Para el final de la tarde, sin embargo, la división que reina en la política estadounidense terminó imponiéndose. “Los demócratas tienen la culpa de lo sucedido hoy”, aseguró afuera del Capitolio la congresista MAGA Nancy Mace.

Ese fue el mismo tono empleado por Trump en un mensaje grabado desde el Despacho Oval. “Este es un momento oscuro para el país”, dijo el presidente. “Durante años, los lunáticos de izquierdas han comparado a maravillosos estadounidenses como Charlie con nazis y los peores criminales. Esta retórica es directamente responsable del terrorismo que estamos viendo hoy”, aseguró. Trump prometió dar con el responsable y las organizaciones de “financiamiento y apoyo” que auxiliaron el atentado.

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