Irán vigila el uso del velo por las mujeres con drones y reconocimiento facial, según la misión de la ONU
Un informe destinado al Consejo de Derechos Humanos concluye que incluso con el Gobierno del moderado Pezeshkian ha aumentado el uso de la tecnología para la vigilancia de mujeres y niñas
Para las autoridades de Irán, la decisión de las mujeres y niñas que rehúsan el uso del velo ―obligatorio en el país― constituye una “anomalía social” que debe ser combatida. Para ello, han desplegado un intenso operativo que busca garantizar el cumplimiento del estricto código de vestimenta, con acciones que incluyen la presencia policial en las calles y el uso generalizado de la tecnología para vigilar a quienes desafíen la ley. Así lo ha concluido este viernes ...
Para las autoridades de Irán, la decisión de las mujeres y niñas que rehúsan el uso del velo ―obligatorio en el país― constituye una “anomalía social” que debe ser combatida. Para ello, han desplegado un intenso operativo que busca garantizar el cumplimiento del estricto código de vestimenta, con acciones que incluyen la presencia policial en las calles y el uso generalizado de la tecnología para vigilar a quienes desafíen la ley. Así lo ha concluido este viernes un nuevo informe de la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Islámica ―creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU―, que ha recogido casos de persecución estatal que incluyen el uso cada vez más frecuente de drones y software de reconocimiento facial por parte del Gobierno de Masoud Pezeshkian.
La misión ―que había presentado un primer informe en marzo del año pasado― tiene por finalidad investigar las presuntas violaciones de los derechos humanos relacionadas con las protestas que comenzaron el 16 de septiembre de 2022, fecha en la que Yina Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, murió bajo custodia policial tres días después de ser detenida en Teherán bajo la acusación de llevar el velo de forma “inapropiada”. Al menos 550 personas murieron, diez hombres fueron ejecutados y 60.000 manifestantes fueron detenidas en las protestas, que se extendieron hasta febrero de 2023. Durante esos meses, el Estado afrontó manifestaciones en todo el país bajo el lema “Mujer, vida y libertad”, que fueron reprimidas con dureza por las fuerzas de seguridad y paramilitares iraníes.
Desde entonces, las autoridades del país han continuado con la persecución “por motivos de género” contra mujeres y niñas iraníes, subraya la misión independiente. Dentro de los casos recopilados por el informe, además de la vigilancia digital de las protestas, resaltan la supervisión aérea con drones para vigilar el cumplimiento del hiyab en los espacios públicos de Teherán y en el sur de Irán en abril de 2024, así como la instalación de un “nuevo software de reconocimiento facial” en la puerta de entrada de la Universidad Amirkabir de la capital, para “supervisar el cumplimiento por parte de las estudiantes” de la institución.
Otro ejemplo es el de la aplicación Nazer, disponible en el sitio web oficial de la policía iraní. La aplicación móvil permite, desde septiembre de 2024, informar sobre el incumplimiento de la normativa sobre el uso del hiyab en vehículos privados, así como en ambulancias, transporte público o taxis. “Los usuarios pueden agregar el lugar, la fecha, la hora y el número de matrícula del vehículo en el que se produjo la presunta infracción obligatoria del hiyab, que luego ‘señala’ el vehículo en línea, alertando a la policía”, explica el informe. La aplicación envía un mensaje de texto al propietario del vehículo para informarle de la infracción y advertirle de que puede ser confiscado por las fuerzas de seguridad.
En contraste con la actuación de las autoridades, la misión de la ONU explica que existe un “fuerte apoyo social” a las mujeres, “incluso de hombres y jóvenes y de individuos de diversos orígenes profesionales, étnicos, religiosos y socioeconómicos”. Esta defensa articula, de acuerdo con el informe, “quejas de larga data y demandas de reforma social y política”. Con todo, resalta, todos aquellos que cuestionan las leyes de discriminación por motivos de sexo “siguen corriendo el riesgo de ser detenidos, detenidos, torturados, condenados a largas penas de prisión o incluso a la pena de muerte”. A principios de febrero, Iran Human Right denunció que al menos 31 mujeres iraníes fueron condenadas a muerte durante 2024: la cifra más alta desde que la ONG tiene registros.
Durante el Gobierno del moderado Masoud Pezeshkian ―quien se presentó en las elecciones que siguieron a la muerte del expresidente Ebrahim Raisí― Irán ha continuado con el hostigamiento de mujeres y niñas. El presidente aún no ha firmado ni promulgado la “Ley sobre la Protección de la Familia mediante la Promoción de la Cultura de la Castidad y el Hiyab” , que incluye penas de prisión de hasta diez años, multas de hasta más del equivalente de 11.000 euros y restricciones a la educación y el empleo a quienes se nieguen a cumplir con el código de vestimenta, como resalta la ONG Amnistía Internacional. La ley, aprobada por el Parlamento iraní, debía entrar en vigor el pasado 13 de diciembre; sin embargo, su aplicación fue suspendida un día después.
Pezeshkian había prometido acabar con las patrullas de la policía de la moralidad ―el cuerpo de seguridad que tiene como principal cometido detener a las mujeres sin pañuelo―, aunque apostillando que lo haría “si era posible”. Pero, ocho meses después de su llegada al cargo, “las mujeres siguen siendo detenidas y retenidas en las comisarías de policía administradas por la Policía de Seguridad de la Moralidad Pública”, recoge el informe. En el segundo semestre de 2024, cada vez más mujeres se vieron obligadas a comparecer “ante los tribunales penales o revolucionarios”, en los que, en algunos casos, “fueron condenadas, incluso a flagelación, sobre la base de pruebas conocidas como ‘informes proporcionados por las fuerzas de seguridad’ o ‘fotografías presentadas por la policía’”. Estas pruebas confirman ―en criterio de la misión de la ONU― que la vigilancia policial sigue acechando a las mujeres en su cotidianidad. Solo en el marco del llamado plan Noor de la policía iraní —una más de las iniciativas para detener o incitar a la delación de las mujeres sin velo- al menos 618 iraníes fueron detenidas en 2024, asegura el informe, que cita a una “organización creíble de derechos humanos”.