El Senado confirma a Marco Rubio como nuevo secretario de Estado de Estados Unidos

El ya exsenador es el primer miembro del Gabinete de Trump que recibe el visto bueno de la Cámara Alta para ocupar su cargo

El nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en la ceremonia de investidura de Donald TrumpKEVIN LAMARQUE / POOL (EFE)

El hasta ahora senador por Florida Marco Rubio ha quedado confirmado como nuevo secretario de Estado de EEUU, tras recibir el visto bueno por unanimidad del Senado: 99 votos a favor y ninguno en contra. Con este resultado el legislador de origen cubano se convierte en el primer miembro oficial del Gobierno de Donald Trump, en el día en que el presidente ha estrenado su mandato al jurar su cargo en el Capitolio.

En su audiencia de confirmación la semana pasada ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, el político había prometido la semana pasada “devolver la relevancia” al Departamento de Estado, cuya capacidad de influencia en la política exterior se ha difuminado durante las últimas administraciones estadounidenses en favor del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Rubio, que dimitió como senador este mismo lunes para ocupar su nuevo puesto, está considerado un halcón en política exterior. Vicepresidente del Comité de Relaciones Exteriores en la anterior legislatura, ha adoptado posiciones de gran dureza contra los regímenes autoritarios de China, Irán, Venezuela o Cuba.

Sobre China, el nuevo responsable de la diplomacia estadounidense afirmaba durante su audiencia de confirmación que es “el adversario más peligroso y potente que Estados Unidos jamás haya enfrentado”, y apuntaba que la dureza hacia Pekín será una de sus prioridades como secretario de Estado. “Cuando se escriba el libro de la historia del siglo XXI, el grueso de ese volumen no solo tratará sobre China, sino sobre la relación entre China y Estados Unidos, y cuál fue la dirección que tomó”, declaró entonces.

También apuntaba que podría cancelar la decisión de última hora de la Administración demócrata de Joe Biden de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Precisamente, entre las primeras órdenes ejecutivas que ha firmado Trump horas después de asumir la presidencia se encontraba el regreso de la isla a esa lista negra. El nuevo jefe de Estado también ha firmado la retirada de Estados Unidos de los acuerdos de París para la lucha contra el cambio climático.

El ya exsenador defendió en esa audiencia la política de “Estados Unidos” que propone Donald Trump, y sostuvo que la gran prioridad del Departamento de Estado será procurar el beneficio de este país. Aunque “nunca seremos indiferentes al sufrimiento de otros seres humanos”, también puntualizó que su oficina solo aprobará inversiones que “promuevan los intereses de Estados Unidos”.

También defendió las posiciones de Trump en torno a Groenlandia y el canal de Panamá, que considera necesarios para la seguridad nacional de Estados Unidos y no ha descartado utilizar la fuerza para anexionarlos. En su discurso de investidura este lunes, el flamante presidente volvía a expresar su intención de recuperar el control del canal transoceánico, que Estados Unidos entregó a Panamá durante el mandato de Jimmy Carter (1977-1981). El jefe de Estado alega que China es el Estado que verdaderamente controla la obra de ingeniería. Algo falso, aunque una empresa de Hong Kong es dueña de un puerto en cada extremo del canal.

Según Rubio, la influencia de China “es un asunto legítimo al que hay que responder”. “No es algo que el presidente Trump se esté inventando”.

El nuevo secretario de Estado tendrá que afrontar entre sus problemas a corto plazo las guerras en Oriente Próximo y en Ucrania. El enviado de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, jugó un papel en el logro del acuerdo de alto el fuego en Gaza que entró en vigor este domingo entre Israel y Hamás, y Trump ha expresado un gran interés en lo que pueda ocurrir en la zona a partir de ahora. Sobre Ucrania, donde el presidente estadounidense había apuntado que lograría el final de la guerra en 24 horas al obligar a ambas partes a negociar, Rubio ha asegurado que “es necesario” que los dos enemigos lleguen a un acuerdo en el que ambos tendrán que ceder. Moscú, ha opinado, no puede conquistar todo el territorio de u país vecino, y Kiev tiene que admitir que no podrá expulsar a su adversario de todo el suelo que ha ocupado.

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