Edmundo González: “Estaré en Venezuela el 10 de enero para tomar posesión. No presidiré un gobierno en el exilio”
El candidato electo de Venezuela asegura en una entrevista a EL PAÍS que formará un Ejecutivo en Caracas con María Corina Machado de vicepresidenta
Edmundo González Urrutia (La Victoria, Venezuela, 75 años) rebosa serenidad frente a la agitación que vive Venezuela. El líder opositor aterrizó el pasado 8 de septiembre en Madrid, tras buscar refugio en las embajadas de Países Bajos y España en Caracas, después de que un juez dictase orden de busca y captura contra él. En los comicios presidenciales...
Edmundo González Urrutia (La Victoria, Venezuela, 75 años) rebosa serenidad frente a la agitación que vive Venezuela. El líder opositor aterrizó el pasado 8 de septiembre en Madrid, tras buscar refugio en las embajadas de Países Bajos y España en Caracas, después de que un juez dictase orden de busca y captura contra él. En los comicios presidenciales del pasado 28 de julio obtuvo un aplastante triunfo (superior al 60%), según las actas del 83,5% de las mesas electorales difundidas por la oposición, frente a la negativa del régimen de Nicolás Maduro a hacerlas públicas. El pasado jueves recibió a EL PAÍS en una céntrica oficina de la capital española que se alquila por horas. Diplomático en la vida pública y abuelo en la privada, no abandona nunca el tono afable y evita la confrontación, pero asegura sin titubeos que el próximo 10 de enero estará en Venezuela para tomar posesión de lo que le corresponde por derecho: la Presidencia del país. Solo oculta cuándo y cómo regresará. Antes pasará por Estrasburgo para recoger el premio Sájarov a la libertad de conciencia.
Pregunta. ¿Qué significa para usted el galardón que le ha concedido el Parlamento Europeo junto a María Corina Machado?
Respuesta. No lo tomo como un reconocimiento personal, que por supuesto es más que bienvenido, pero lo veo como un respaldo a una Venezuela que por muchos años fue un faro en América Latina, una luz donde brillaban los derechos humanos, las libertades, la separación de poderes y todas las variables que forman parte de una democracia vibrante.
P. ¿Va a aprovechar ese viaje europeo para pedir su reconocimiento como presidente legítimo de Venezuela?
R. Tengo previsto reunirme con la nueva alta representante para la Política Exterior [Kaja Kallas]. Desde que llegué a España, no he parado. Cuando salí de Venezuela le dije a mi compañera de lucha María Corina que yo era más útil afuera que dentro, haciendo lo que debo hacer, que es llevar la voz y la realidad de Venezuela a los distintos gobiernos y hablar como lo estoy haciendo.
P. El Parlamento Europeo lo ha reconocido como presidente electo. También Estados Unidos, Italia y algún otro país, pero la mayoría no lo ha hecho: argumentan que con Juan Guaidó ya se hizo y no sirvió para nada.
R. Son circunstancias distintas. Guaidó, con quien acabo de hablar por teléfono, fue designado presidente en función de unos artículos de la Constitución que lo permitían. En mi caso, son más de siete millones de votos y esa es una realidad incontestable. Lo único que pedimos es el respeto a la voluntad popular.
P. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, alega que usted no le ha solicitado una reunión para pedir su reconocimiento. ¿Se la pedirá?
R. Sostuvimos una reunión casi a mi llegada. Hablamos de este y muchos otros temas en una conversación muy grata que recuerdo muy bien.
P. Por tanto, para usted ya está pedido.
R. Está. Eso no forma parte de una discusión en este momento para mí.
P. ¿Y él le dio alguna pista de qué va a hacer España?
R. De España estoy recibiendo todas las facilidades y comodidades que estoy disfrutando. Las interpreto como una acción de solidaridad con Venezuela.
P. España acaba de nombrar a un nuevo embajador en Caracas, ¿cómo lo valora?
R. Eso es algo normal en la diplomacia. Al término de la misión de un embajador se designa uno nuevo, [A este último] Le deseo que tenga una buena gestión en Venezuela. A lo mejor lo recibo yo allá.
P. En Estados Unidos lo ha reconocido una Administración saliente, pero el 20 de enero tomará posesión la nueva y ha trascendido que Trump estaría tentado de entenderse con Maduro, un acuerdo para vender petróleo a cambio de controlar la inmigración. Y Maduro le ha tendido la mano.
R. Yo voy a tratar de mantener con Estados Unidos la mejor relación.
P. ¿Ha tenido algún contacto con Trump?
R. Lo tenemos indirectamente a través de nuestros representantes en Washington. Tienen contacto con la Administración actual y ya están en conversaciones con la nueva que va a tomar posesión.
P. ¿Qué espera de Trump?
R. El reconocimiento pleno a mi elección como presidente de Venezuela y mantener unas relaciones cordiales como hemos mantenido en el pasado, donde ha habido consensos y disensos porque hemos mantenido posiciones distintas en algunos temas de política exterior. A partir de ahora creo que son más las coincidencias que las disidencias.
P. Algunas promesas de Trump, como la deportación masiva de migrantes, incluso demandantes de asilo, pueden perjudicar a Venezuela.
R. Esas deportaciones cesarán el día que haya un cambio político en Venezuela y se den las condiciones para que todos estos venezolanos vuelvan a su país, donde los esperaremos con los brazos abiertos.
P. ¿No debe expulsarse a ningún venezolano de Estados Unidos hasta que haya democracia en Venezuela?
R. Con mi llegada al poder se van a dar las condiciones para el regreso de todos.
P. ¿Qué opina de la llamada Ley Bolívar, aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que prevé nuevas sanciones?
R. Las sanciones son medidas que aplican los gobiernos. En el caso de Venezuela son sanciones individuales que no tienen que ver con sanciones al Estado ni nada de eso. Confiamos [en] que con un nuevo Gobierno [en Caracas] se van a dar las condiciones para una nueva era donde esos temas no van a estar presentes.
P. ¿Y si Maduro se niega a cederle el poder el 10 de enero, cuando debe tomar posesión el ganador de las elecciones del 28 de julio?
R. Vamos a esperar a que llegue esa fecha y ver cuál va a ser la situación.
P. ¿De verdad tiene la determinación de estar físicamente en Caracas ese día?
R. La determinación es estar en Venezuela para tomar posesión de mi cargo, al que fui electo por más de siete millones de venezolanos y, si se hubiera permitido el voto en el exterior, esa cifra habría sido aún mayor.
P. Usted acaba de decir que salió de Venezuela porque fuera era más útil. ¿Qué ha cambiado?
R. Yo salí de Venezuela de manera temporal, Sabía que iba a regresar en cualquier momento y el momento es el 10 de enero, fecha de la toma de posesión.
P. En una entrevista reciente dijo que aún no tenía boleto [de avión], no sabemos si lo tendrá ya.
R. Hay otras vías para llegar.
P. Es consciente de que hay muchas posibilidades de que sea detenido si vuelve…
R. Confío [en] que no será así.
P. ¿Está preparado para ello?
R. Estoy mentalmente preparado para el regreso a Venezuela.
P. ¿Y si le impiden entrar al país?
R. Todo depende de si saben cuándo llego. Eso es lo que no voy a desvelar.
P. Cuando pide ser reconocido como presidente electo, ¿es un reconocimiento solo político o también jurídico? ¿Debe controlar los fondos del Estado venezolano en el extranjero?
R No quiero entrar en eso. Mi objetivo es tomar posesión del cargo para el que fui electo y, de ahí en adelante, tomar las decisiones que haya que tomar; entre otras, la designación del equipo de gobierno.
P. ¿Presidiría un gobierno en el exilio?
R. No, no… Eso sí está claro: yo voy a estar en Venezuela.
P. ¿Ese gobierno incluiría a María Corina Machado?
R. Por supuesto que sí. [Como] vicepresidenta ejecutiva de la república.
P. Usted no se quiere pronunciar sobre sanciones, pero ella sí las ha pedido. Es una diferencia entre ambos.
R. Son maneras distintas de percibir la situación, pero coincidimos en el mismo objetivo.
P. No en la estrategia…
R. ¿Por qué?
P. Ella dice que las sanciones son una buena estrategia y usted no…
R. Prefiero no hablar del tema.
P. En este momento, ¿hay alguna vía de negociación con el régimen de Maduro?
R. Nuestra disposición está. Estamos abiertos a hacer una transición ordenada, pacífica, democrática. Y eso incluye al partido de gobierno.
P. La mediación de Brasil, Colombia y México parece olvidada. ¿Aún hay margen para negociar una salida?
R. Pareciera que se ha debilitado un poco esa iniciativa. Pero no de nuestra parte. Seguimos apoyando la idea de una transición en paz con el concurso de algunas potencias extranjeras.
P. Usted ha estado en La Haya. ¿Espera que el Tribunal Penal Internacional actúe?
R. Esperamos que actúe como debe hacerlo. Tal vez hay algo de lentitud en ese proceso, pero el tema se está volviendo a mover aceleradamente.
P. Hacia una acusación formal contra Maduro…
R. En los cargos que corresponde, sí.
P. Usted ha denunciado presiones cuando estaba refugiado en la Embajada de España en Caracas. ¿Propició el embajador español esa presión?
R. Yo estaba negociando los términos de un documento con dos representantes del Gobierno [de Maduro] que, si no lo firmaba, no iba a poder salir de allí [de Venezuela]. A esa presión era a la que me refería…
P. ¿Usted aceptó que los hermanos [Jorge y Delcy] Rodríguez entraran en la embajada española?
R. Claro, por supuesto. Eran los voceros con quienes yo tenía que negociar mi salida.
P. Entonces, ¿no tiene ningún reproche hacia el embajador español?
R. No, no. El embajador me recibió con mucha amplitud y con mucha circunspección.
P. En su salida de Venezuela intervino el expresidente Zapatero. ¿Cree que puede jugar algún papel de mediación en su país?
R. Voy a responder esa primera parte de la pregunta: entiendo que sí tuvo algo que ver en el caso mío, estuvo vinculado a las conversaciones.
P. ¿Y puede hacer algo positivo en el futuro?
R. Ahí no me atrevo a aventurar. En el caso mío funcionó.
P. Es muy difícil que Maduro renuncie mientras siga teniendo el apoyo del ejército. ¿Lo tiene?
R. Yo creo que la cúpula [militar] sí está alineada con el presidente. La cúpula, no el resto. Un solo dato: en los centros electorales que funcionaron en instalaciones militares, en todos esos gané yo.