Israel acusa a seis reporteros de Al Jazeera en Gaza de pertenecer a Hamás y a la Yihad Islámica
La cadena catarí rechaza las acusaciones: “Se basan en pruebas fabricadas y pueden servir como pretexto para más violencia contra los periodistas”. Más de 120 trabajadores de medios han muerto en la Franja desde el inicio de la guerra
Israel acusa a seis reporteros del canal catarí Al Jazeera que cubren la guerra en Gaza de pertenecer a Hamás y a la Yihad islámica, los dos principales grupos armados fundamentalistas a los que el ejército combate en el enclave palestino. El ejército ha difundido documentación obtenida por los servicios secretos en la Franja que lo probaría como listados de teléfonos, fecha de llegada al grupo o el batallón. La cadena de televisión rechaza “categóricamente” las acusaciones, denunciando el uso de “pruebas fabricadas”. “Estas acusaciones forman parte de un patrón de hostilidad hacia Al Jazeera,...
Israel acusa a seis reporteros del canal catarí Al Jazeera que cubren la guerra en Gaza de pertenecer a Hamás y a la Yihad islámica, los dos principales grupos armados fundamentalistas a los que el ejército combate en el enclave palestino. El ejército ha difundido documentación obtenida por los servicios secretos en la Franja que lo probaría como listados de teléfonos, fecha de llegada al grupo o el batallón. La cadena de televisión rechaza “categóricamente” las acusaciones, denunciando el uso de “pruebas fabricadas”. “Estas acusaciones forman parte de un patrón de hostilidad hacia Al Jazeera, derivado de su inquebrantable compromiso de transmitir la verdad sobre Gaza y otros lugares”, explicaron en un comunicado. “Al Jazeera teme que estas acusaciones puedan servir como pretexto para más violencia contra los periodistas”. Más de 120 reporteros o empleados de medios de comunicación han muerto en la Franja durante ataques israelíes desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, según sus siglas en inglés).
En un cerco que se ha ido estrechando a lo largo del conflicto, las autoridades israelíes ya cerraron el pasado mayo las oficinas del canal catarí en Jerusalén Este y en septiembre las de Ramala, capital administrativa de Cisjordania, ambos territorios palestinos bajo ocupación. Fuentes de la cadena de televisión señalan desde Doha que están tratando de proteger la vida de los afectados ante unas acusaciones que califican de “irresponsables”.
“Terroristas”, se lee en el anuncio a modo de pasquín hecho público por las autoridades israelíes, en el que se incluye una foto de cada uno de ellos luciendo un chaleco antibalas. El ejército afirma que posee “información de inteligencia y numerosos documentos encontrados en la Franja que confirman la afiliación militar de seis periodistas de Al Jazeera en Gaza”, señala un comunicado.
Los acusados de pertenecer a esos dos grupos armados son, según Israel: Anas Jamal Mahmoud Al Sharif, Alaa Abdul Aziz Muhammad Salama, Hossam Basel Abdul Karim Shabat, Ashraf Sami Ashour Saraj, Ismail Farid Muhammad Abu Omar y Talal Mahmoud Abdul Rahman Aruki. El ejército ha hecho pública la documentación que, afirma, prueba la relación de los reporteros con Hamás y la Yihad Islámica, especialmente en el norte de Gaza.
El medio considera que se trata de pruebas elaboradas y afirmaciones “infundadas” y las asocia con un reportaje que han publicado recientemente sobre posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas israelíes durante la guerra en curso en Gaza. Para Israel, sin embargo, la documentación mencionada es “prueba inequívoca” de que los periodistas son “agentes militares de las organizaciones terroristas”, incluye listas de teléfonos, cursos de entrenamiento o lo que, añade el comunicado, serían recibos de haber recibido salarios. La documentación también adjunta, además de datos personales, fecha de ingreso en la organización, número en la organización militar o batallón en el que estuvieron destinados. De esa forma, añade el texto publicado por el ejército, quedaría demostrado el vínculo entre Al Jazeera y Hamás.
El CPJ ha informado de que está al corriente de las acusaciones por parte del ejército israelí después de que, con anterioridad, divulgaran “repetidamente afirmaciones similares sin demostrar, sin presentar pruebas creíbles”, según un comunicado. Tras matar al corresponsal de Al Jazeera Ismail Al Ghoul en julio, el ejército israelí presentó un documento con el que quería mostrar al fallecido, nacido en 1997, como integrante de la rama militar de Hamás en 2007, cuando tenía 10 años, añade el CPJ.
En las primeras semanas de guerra, ya se lanzaron acusaciones contra reporteros de diferentes medios, algunos internacionales, de haber participado en la matanza por parte de Hamás de unas 1.200 personas en territorio israelí. Entre ellos se encontraban colaboradores del diario The New York Times, CNN o las agencias Reuters y Associated Press. Todos rechazaron esas acusaciones contra cuatro fotógrafos freelance en Gaza, de los que dijeron incluso que sabían con antelación que el movimiento islamista iba a perpetrar aquel ataque.
“Es temerario lanzar alegaciones así, poniendo en peligro a nuestros periodistas sobre el terreno en Israel y Gaza” y socavando un trabajo que sirve al interés público, se defendió The New York Times en un comunicado. Las acusaciones habían sido formuladas inicialmente por la página web proisraelí Honest Reporting, que no aportaba pruebas, pero cuya estela fue seguida por diferentes autoridades del país.
Toma de las oficinas de Ramala
Al Jazeera consideró el mes pasado como “acto criminal” el asalto por las tropas israelíes de sus oficinas en Ramala. Un grupo de militares armados y encapuchados tomaron el 22 de septiembre las instalaciones. La emisión se encontraba en ese momento en directo a través de su canal en árabe, que siguen millones de personas en todo el mundo. La imagen se mantuvo mientras los uniformados sacaban la orden de cierre de 45 días. Mientras, el jefe de la oficina, Walid Al-Omari, leía el documento a todos los telespectadores rodeado de soldados y de varios compañeros camarógrafos. Esa irrupción estuvo precedida del cierre en mayo de la sede del canal en Jerusalén Este y la prohibición de emitir en Israel.
Los reporteros de la cadena catarí han sufrido ataques israelíes en Gaza desde el comienzo de la guerra. Símbolo de ese acoso es el periodista palestino Wael Dahdouh, jefe de Al Jazeera en la Franja, que pocos días después de estallar la contienda perdió a su esposa, dos hijos, un nieto y otros familiares en un bombardeo. Dos meses después, el propio Dahdouh resultó herido en un ataque israelí en el que murió su camarógrafo, Samer Abu Daqqa. El pasado enero, su hijo mayor, Hamza, pereció cuando su coche fue blanco de un bombardeo.
En una cama de un hospital del norte de Gaza permanece en estado muy grave, tras recibir un disparo en el cuello, el cámara Fadi al Wahid. Acompañaba a Anas Al Sharif, uno de los ahora acusados, cuando fueron atacados junto a otros informadores el pasado 9 de octubre. Sus compañeros, objetivo como él en varias ocasiones de los ataques israelíes, reclaman todavía que sea evacuado para que pueda recibir atención fuera de la Franja.
El 11 de mayo de 2022, causó gran conmoción el asesinato de la reportera de esta misma cadena Shireen Abu Akleh, de nacionalidad palestina y estadounidense, por un disparo en el cuello de un militar israelí en Yenín (Cisjordania).