El escándalo por acusaciones de violación de presos palestinos en cárceles de Israel salpica al Gobierno y al ejército
Una decena de militares han sido arrestados después de que, según una ONG, un detenido llegara al hospital en riesgo de muerte y con lesiones en el recto
La detención este lunes de nueve militares reservistas israelíes en medio de un supuesto caso de violación contra un prisionero palestino se ha convertido en un escándalo que salpica al Gobierno y al ejército y que ha obligado incluso a saltar a la palestra al primer ministro, Benjamín Netanyahu, para tratar de calmar los ánimos. Un décimo ha sido acusado este martes por el fiscal militar por varios delitos de malos tratos también contra palestinos detenidos. Todo ocurre en medio de ...
La detención este lunes de nueve militares reservistas israelíes en medio de un supuesto caso de violación contra un prisionero palestino se ha convertido en un escándalo que salpica al Gobierno y al ejército y que ha obligado incluso a saltar a la palestra al primer ministro, Benjamín Netanyahu, para tratar de calmar los ánimos. Un décimo ha sido acusado este martes por el fiscal militar por varios delitos de malos tratos también contra palestinos detenidos. Todo ocurre en medio de una guerra de casi 10 meses y cerca de 40.000 muertos en Gaza y con el ejército bombardeando un cuartel de Hezbolá en Beirut en respuesta a la matanza de 12 menores de la que acusa a la milicia libanesa.
El preso palestino llegó a un hospital público israelí hace tres semanas en riesgo de muerte “con lesiones en la parte superior del cuerpo y una lesión grave en el recto”, según ha explicado este martes la ONG Physicians for Human Rights-Israel, que alerta de la existencia de otros casos que no han salido a la luz y que entiende que también han de ser investigados.
Nada más conocerse los arrestos, llevados a cabo por agentes enmascarados, decenas de manifestantes de ultraderecha, incluidos algunos parlamentarios, protestaron y algunos asaltaron dos instalaciones militares sin que las fuerzas de seguridad lograran impedirlo. Una es el centro de detención de Sde Teiman, en el sur del país, donde supuestamente tuvieron lugar los hechos que han llevado a detener a los uniformados. El otro, en el centro, es el de Camp Gur, donde fueron trasladados esos soldados y se espera que comparezcan.
Que cientos de civiles y algunos parlamentarios hayan logrado romper la seguridad de esos dos lugares se explica, a ojos de los analistas, por las diferencias internas que vive el Gabinete gubernamental desde hace meses. Los ultranacionalistas Itamar Ben Gvir, titular de la cartera de Seguridad Nacional, jefe supremo de la policía y del servicio penitenciario, y Bezalel Smotrich, de Finanzas, han azuzado a sus seguidores en un intento de impedir que se abra un caso contra los reservistas. Para Smotrich, los detenidos son “héroes”, escribió en su perfil de la red social X (antes Twitter). La defensa militar que les asiste señala que todos han negado los cargos y que van a colaborar en la investigación, según el diario Haaretz.
“Peligro para la seguridad nacional”
En una carta a Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pide que se abra una investigación por el supuesto retraso en la actuación policial ante esos asaltos por orden de Ben Gvir. “Los funcionarios que apoyan los disturbios” y “participan activamente en ellos representan un peligro muy grave que daña la seguridad nacional”, señala en la misiva.
“Estamos en medio de una guerra, y acciones de este tipo ponen en peligro la seguridad del Estado”, dijo tras los asaltos el general Herzi Halevi, jefe del ejército, en un comunicado. “Son precisamente estas investigaciones las que protegen a nuestros soldados en Israel y en el mundo y preservan los valores del ejército de Israel”, sostuvo.
Por Sde Teiman, donde habría muerto un número indeterminado de internos, habían pasado hasta principios de julio unos 4.700 detenidos en Gaza, según fuentes del ejército. Solo en Cisjordania el número de arrestados desde que comenzó la guerra el pasado 7 de octubre ascienden casi a 10.000, según la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Las denuncias de maltrato y abuso sexual cotidiano en penales israelíes contra palestinos llegan de organizaciones humanitarias tanto del Estado judío como de Palestina y del ámbito internacional, como Amnistía Internacional. “Cada vez son más los testimonios que indican que estos incidentes no son aislados. Sugieren abuso y violencia sistemáticos·” y, además, que se ha hecho “la vista gorda”, denuncia en un comunicado de este martes Physicians for Human Rights. “Sde Teiman debe cerrarse con urgencia, se debe poner fin a los abusos en todas las prisiones y se debe enjuiciar a los responsables”, exigen.
Además de activistas de derechos humanos, hay testimonios de prisioneros que habían advertido de la existencia de esos abusos. Los arrestos tienen lugar “después de meses en los que Physicians for Human Rights ha alertado sobre los abusos generalizados contra los detenidos palestinos por parte del ejército y el servicio penitenciario de Israel”, añade esta ONG. “Aunque demasiado tarde, el ejército israelí finalmente ha reconocido que no puede ignorar los crímenes cometidos por los soldados contra los palestinos bajo su custodia”, señala el texto, que agrega, además, que habían advertido ya a las autoridades de casos de “violencia grave, incluido el abuso sexual”.
El comisionado para los prisioneros palestinos de la ANP, Qadura Fares, ha pedido de manera “urgente” una investigación por parte de Naciones Unidas “para abordar los horribles crímenes a los que están expuestos los detenidos en general y los del campo de Sde Teiman en particular”, según un comunicado de la agencia palestina Wafa de la tarde del lunes. Una petición similar ha realizado Abdulá Zaghari, máximo responsable de la ONG Club de Prisioneros Palestinos.
En el corazón de la polémica se encuentra desde hace meses el centro de detención que las autoridades de Israel abrieron para presos de gaza al principio de la guerra en la base militar de Sde Teiman, cerca de la ciudad de Beer Sheva y a una treintena de kilómetros de la franja de Gaza. EL PAÍS ha entrevistado a dos de los internos palestinos que pasaron semanas en esas instalaciones, un periodista y un sanitario. Ambos describen maltratos y torturas y, en el caso del segundo, hasta la muerte de al menos dos compañeros. También ha prestado testimonio a este periódico un médico israelí que acudió a tratar a varios prisioneros en el hospital de campaña y que no dudó en reclamar el cierre de las instalaciones, que, al ser militares, se encuentran fuera del sistema israelí de prisiones.
El ejército está investigando 48 muertes de gazatíes, de las que 36 han tenido lugar en Sde Teiman, según el diario israelí Haaretz. Con respecto a los 36 fallecidos y posibles procesos abiertos, fuentes militares respondieron a principios de julio a EL PAÍS que de las “aproximadamente 70 investigaciones” que mantienen, “algunas se refieren a las muertes de palestinos, incluida la muerte de detenidos durante su traslado a centros de detención militar o en las propias instalaciones”. En medio del vendaval, con presiones incluso del Tribunal Supremo, las autoridades empezaron hace días a trasladar a prisioneros de Sde Teiman a tiendas de campaña de un penal del sistema carcelario israelí.
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