La vicepresidenta de Estados Unidos se reúne con Benny Gantz, rival político de Netanyahu

Kamala Harris ha transmitido la “profunda preocupación” de su Gobierno por la situación humanitaria en Gaza

El ministro israelí de la Guerra, Benny Gantz, y la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, durante el encuentro en una imagen de la vicepresidenta en Twitter.

La vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, ha transmitido este lunes al ministro del Gobierno de guerra israelí Benny Gantz -rival del primer ministro Benjamin Netanyahu- la “profunda preocupación” de su Gobierno por la angustiosa situación humanitaria en Gaza, en el transcurso de una reunión en la Casa Blanca. Harris, según la oficina presidencial, también ha urgido a Israel a tomar más medidas que permitan la entrada de mayor ayuda humanitaria en la franja y a desarrollar un plan humanitario ...

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La vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, ha transmitido este lunes al ministro del Gobierno de guerra israelí Benny Gantz -rival del primer ministro Benjamin Netanyahu- la “profunda preocupación” de su Gobierno por la angustiosa situación humanitaria en Gaza, en el transcurso de una reunión en la Casa Blanca. Harris, según la oficina presidencial, también ha urgido a Israel a tomar más medidas que permitan la entrada de mayor ayuda humanitaria en la franja y a desarrollar un plan humanitario “creíble” antes de atacar Rafah, donde se apiñan cerca de 1,5 millones de palestinos, la gran mayoría ya refugiados de otras zonas que Israel ha bombardeado.

El encuentro, el primero de una serie de reuniones de Gantz con altos cargos de la Administración estadounidense durante su visita a Washington, llega cuando aumentan las presiones para el logro de una pausa de seis semanas en el conflicto que ya se ha cobrado la vida de más de 30.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños, según las cifras del Ministerio de Sanidad gazatí. Harris había instado el domingo a poner en marcha esa tregua de manera “inmediata”, dadas las “inhumanas” condiciones de desabastecimiento y hambre en la Franja.

La reunión tenía lugar a pesar de la oposición del primer ministro Benjamin Netanyahu, que en los tres años y medio de mandato de Joe Biden no ha sido aún recibido en la residencia presidencial estadounidense. El ministro israelí se verá en los próximos días con el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el enviado de la Casa Blanca para Oriente Próximo, Brett McGurk, y el secretario de Estado, Antony Blinken.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, negó que estos contactos puedan representar un gesto de crítica hacia Netanyahu. “Nos reunimos con Benny Gantz porque es uno de los tres miembros del gobierno de guerra … que tiene un voto fundamental y parte fundamental en cómo se conduce esta guerra”.

Un grupo de manifestantes se concentra ante la Casa Blanca para exigir un alto el fuego permanente, durante la reunión de la vicepresidenta Kamala Harris con el ministro israelí Benny GantzMICHAEL REYNOLDS (EFE)

“La vicepresidenta y el ministro Gantz abordaron la situación en Rafah y la necesidad de un plan humanitario creíble y factible antes de plantearse ninguna gran operación militar, dados los riesgos para los civiles”, indica el comunicado de la Casa Blanca sobre el encuentro.

Bajo presión del ala progresista del Partido Demócrata y los votantes árabes estadounidenses para que respalde un alto el fuego permanente, la Casa Blanca, que al comienzo de la guerra en Gaza se alineó codo con codo con Israel, ha adoptado en las últimas semanas una retórica relativamente más crítica hacia su aliado. “La gente en Gaza se está muriendo de hambre. Las condiciones son inhumanas. Y nuestra humanidad compartida nos impele a actuar”, señalaba Harris en su discurso en Selma (Alabama) el domingo.

Estados Unidos presiona para lograr la pausa humanitaria de seis semanas en la guerra, en las conversaciones que se retomaron el domingo en El Cairo pero a las que Israel no ha enviado representantes. También exige un plan “creíble” de protección a los civiles en Rafah antes de cualquier ofensiva, y reclama la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza, dado que hoy por hoy apenas llega a cuentagotas. Este fin de semana comenzaba el lanzamiento de ayuda humanitaria desde el aire a la Franja.

Washington asegura que mantener el apoyo a su aliado le concede capacidad de presión. Pero hasta el momento esa capacidad se ha demostrado, en el mejor de los casos, solo relativa. Reconoce que no ha visto ningún plan de protección para Rafah y que “demasiados palestinos inocentes han muerto”. Netanyahu insiste en que la guerra continuará hasta la “victoria total”. Los lanzamientos de ayuda humanitaria son una medida de último recurso, cara y poco eficaz, forzada en este caso por el desinterés israelí en facilitar el acceso por vía terrestre.

Mientras tanto, Washington mantiene su respaldo a la ofensiva y no se plantea suspender la ayuda militar que le entrega en abundancia; tampoco apoya un alto el fuego permanente, y ha vetado una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que hubiera exigido el cese de las hostilidades.

Biden, que se ha descrito a sí mismo como “sionista”, está pagando un precio político por ese apoyo. Una mayoría de los demócratas apoya un alto el fuego permanente. En varios Estados se ha lanzado una campaña para votar “no declarado”, el equivalente a un voto en blanco, en las primarias del partido. En Michigan, el primero de ellos y con una importante población árabe estadounidense, el 13,3% de las papeletas recibidas había marcado esa opción. La popularidad del presidente se encuentra en niveles muy bajos, sin haber logrado despegar a lo largo de sus tres años y medio de mandato.

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