Bruselas ofrece concesiones al campo ante las protestas agrícolas
La Comisión propone derogar la exigencia de un porcentaje mínimo de barbecho en un momento en el que el descontento del sector se extiende
La Comisión Europea ha tenido un gesto con los agricultores este miércoles. Ha hecho caso a una de sus reclamaciones al plantear una derogación temporal de la exigencia de dejar un porcentaje mínimo de terreno en barbecho cada año. La propuesta del Ejecutivo de la UE, que tiene que recibir el visto bueno de los Estados miembros, llega en un momento en que ...
La Comisión Europea ha tenido un gesto con los agricultores este miércoles. Ha hecho caso a una de sus reclamaciones al plantear una derogación temporal de la exigencia de dejar un porcentaje mínimo de terreno en barbecho cada año. La propuesta del Ejecutivo de la UE, que tiene que recibir el visto bueno de los Estados miembros, llega en un momento en que las protestas del sector agrícola crecen y se van contagiando de país en país, hasta llegar, este jueves, a Bruselas. La iniciativa coincide con otra que muy probablemente no tendrá buena acogida en el sector: la prórroga por un año en la exención de aranceles a las importaciones de productos agrícolas de Ucrania y Moldavia, que tanto ha irritado a los agricultores de los países vecinos.
Este jueves el Consejo Europeo iba a tener, en principio, un solo tema o, al menos, uno destacadísimo: la revisión de los presupuestos plurianuales de la UE, en los que hay una gran partida de 50.000 millones de euros de ayuda a Ucrania. Pero es muy probable que el malestar agrícola en el continente se cuele de la mano de la gran protesta que hay organizada ante el Parlamento Europeo en Bruselas, a muy poca distancia de donde se reunirán los 27 mandatarios europeos. Hasta un millar de tractores viajan ya rumbo a la capital belga para denunciar la “incoherencia de las políticas europeas” para el campo, según medios locales. Aunque formalmente no lo ha solicitado, el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los gobernantes más presionados en estos momentos por la cólera del campo, ha anunciado que llevará el asunto a la reunión extraordinaria de líderes. Cuenta para ello también con el apoyo implícito del primer ministro belga, Alexander De Croo, enfrentado desde este pasado fin de semana también a bloqueos de carreteras y de ciudades por parte de los agricultores. Ya casi no hay dudas de que el malestar del campo, que siempre ha sido un gran protagonista de las políticas comunitarias, tendrá su espacio.
El paso que ha dado la Comisión este jueves consiste en derogar por un año, en aquellos países que lo quieran, una de las medidas de la nueva política agrícola comunitaria (PAC) que iba a activarse en este 2024: la obligación de que al menos el 4% del terreno agrícola no se destine al uso productivo, es decir, que se deje en barbecho o se dedique a instalaciones, setos, estanques u otro tipo de usos. A cambio, los agricultores tendrán que plantar un 7% de cultivos reparadores y podrán seguir recibiendo el dinero de la PAC, una partida presupuestaria cercana a los 400.000 millones de euros entre 2021 y 2027. La medida había sido reclamada por Francia, donde este miércoles hay convocada otra gran protesta agrícola.
“La Comisión cree que tomando esta acción estabilizadora podemos ayudar a aliviar la presión que sabemos que nuestros agricultores están sintiendo, para garantizar que pueden seguir siendo económicamente viables en este tiempo de gran incertidumbre”, ha apuntado el vicepresidente ejecutivo Maros Sefcovic, responsable del Pacto Verde europeo contra el que se dirige buena parte de la ira de los agricultores.
La medida ha sido rápidamente saludada por Christiane Lambert, copresidenta de Copa-Cogeca, que reúne a los principales sindicatos agrícolas europeos. “¡Por fin! Ante las perturbaciones climáticas y geopolíticas, se reconoce la falta de disponibilidad de cereales”, ha celebrado la sindicalista francesa en las redes sociales. Este mismo miércoles, la organización había enviado una carta a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, reclamando una respuesta ante un sector soliviantado “en la mitad de los Estados miembros”.
“A pocos meses de unas elecciones clave para el futuro de Europa, la comunidad agrícola, que es el principal actor de la primera política común europea, espera una reacción del Ejecutivo europeo para poder continuar sus actividades en condiciones aceptables, con ingresos decentes y menos cargas administrativas”, escribieron Lambert y el otro copresidente sindical, Lennart Nilsson.
“Una primera etapa importante para nuestros agricultores”, reaccionó a la medida De Croo en X (antiguo Twitter). “Menos cargas administrativas, a menudo impuestas por Europa”, agregó el primer ministro belga, cuyo país ostenta este semestre la presidencia de turno del Consejo de la UE y que, además, también celebrará elecciones generales coincidiendo con las europeas. La víspera, De Croo recibió a representantes de los agricultores valones, que llevan bloqueando la parte francófona del país desde el domingo y a los que se han ido sumando cada vez más compañeros flamencos. Todos confluirán, junto con agricultores de países vecinos, en la gran manifestación convocada en la mañana del jueves frente al Parlamento Europeo en Bruselas, a la misma hora en que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebran su cumbre extraordinaria a unos centenares de metros.
Junto a la propuesta sobre las tierras en barbecho, el Ejecutivo comunitario ha propuesto también prorrogar por un año la entrada sin aduanas de los productos agrícolas de Ucrania y Moldavia, una medida que se aprobó en junio de 2022 para ayudar al país invadido por Rusia y al vecino, amenazado desde Moscú. Esta iniciativa siempre ha provocado mucho rechazo en los Estados vecinos, principalmente en Hungría y Polonia. En este último caso, la entrada del nuevo Ejecutivo podía augurar otra posición, pero como explicaban fuentes diplomáticas la semana pasada: “Ha cambiado el Gobierno, pero no los granjeros”.
La nueva prórroga contempla un matiz respecto a las condiciones vigentes: la creación de un mecanismo de salvaguarda para cuando se detecte que las importaciones ucranias o moldavas que no paguen aranceles distorsionan el mercado de uno o más Estados. “Aunque no haya un problema general en el mercado [de la UE], puede haberlo en uno concreto”, ha justificado el vicepresidente Margaritis Schinas, asumiendo que esta ayuda al país agredido por Moscú sí que tiene el peligro potencial, aunque localizado, de perjudicar al sector agrícola de algunos Estados miembros.
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