Hamás lanza contra Israel un ataque sorpresa y sin precedentes desde Gaza
Las milicias palestinas matan al menos a 250 personas al infiltrar decenas de milicianos, secuestrar civiles y soldados, y disparar miles de cohetes, en el mayor ataque contra territorio israelí en décadas. Hamás justifica la estudiada operación sorpresa en “los crímenes de la ocupación”. “Estamos en guerra”, declara Netanyahu antes de que el Ejército matara a 232 palestinos en bombardeos
Israel y las milicias de Gaza han entrado en pocas horas en una guerra abierta después de que los grupos armados de la Franja lanzasen a primera hora de este sábado un ataque sorpresa sin precedentes, con la infiltración de decenas de hombres armados, secuestros de civiles y soldados y una intensa descarga de cohetes (3.000, según un portavoz militar israelí, hasta 7.000, según Hamás) que ha causado ya al menos 250 muertos y m...
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Israel y las milicias de Gaza han entrado en pocas horas en una guerra abierta después de que los grupos armados de la Franja lanzasen a primera hora de este sábado un ataque sorpresa sin precedentes, con la infiltración de decenas de hombres armados, secuestros de civiles y soldados y una intensa descarga de cohetes (3.000, según un portavoz militar israelí, hasta 7.000, según Hamás) que ha causado ya al menos 250 muertos y más de 1.450 heridos. Se trata de una operación inédita, no solo por su alcance y simbolismo, sino también por el número de hombres armados que ha logrado penetrar en territorio israelí. También de la mayor acción en territorio israelí en décadas, solo equiparable a las producidas en el marco de las sucesivas guerras con sus países vecinos árabes entre 1948 y la del Yom Kipur, en 1973, que muchos recuerdan hoy porque el país exhibió la misma debilidad ante un ataque sorpresa coordinado.
El número de muertos era ya un quinto del de toda la Segunda Intifada (2000-2005). Israel ha confirmado además que las milicias mantienen secuestrados a civiles y soldados, que Hamás cifra en decenas. Pasado el shock inicial, el Ejército israelí ha bombardeado masivamente la Franja, causando 232 muertos, según informó en la tarde del sábado el Ministerio de Sanidad de Gaza, que cifró en 1.697 los heridos. “Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. Y la ganaremos”, ha asegurado el primer ministro, Benjamín Netanyahu. Las Fuerzas Armadas han declarado el estado de preparación para la guerra y movilizado a miles de reservistas.
En un discurso televisado por la tarde, el primer ministro israelí ha prometido venganza: “Nos vengaremos por este día negro que han infligido en el Estado de Israel y sus ciudadanos”. Netanyahu ha afirmado luego: “Lo que ha ocurrido hoy nunca se había visto en Israel, y me aseguraré de que no vuelva a ocurrir jamás. Hamás ha empezado una guerra malvada y cruel. Ganaremos, pero el precio será alto”.“Las Fuerzas de Defensa de Israel van a usar, de forma inmediata, todo su poder para desmantelar las capacidades de Hamás”, ha asegurado también el primer ministro.
En la madrugada de este sábado, con el país a medio gas por coincidir la jornada del sabbat y el final de la festividad judía de Sucot, decenas de milicianos palestinos han logrado cruzar la ultraprotegida frontera por aire, mar y tierra, según un portavoz militar israelí. Algunos, aprovechando huecos en la barrera fronteriza; otros, abriendo una grieta con una excavadora o sobrevolándola en vehículos atados a parapentes.
Luego han mantenido tiroteos con soldados israelíes en localidades cercanas a la Franja. A última hora del día, los milicianos permanecían atrincherados y con rehenes en varias localidades del sur del país.
Vídeos y fotografías difundidos por medios locales muestran los secuestros de israelíes ―algunos aparentemente sin vida―, en imágenes que parecían impensables apenas 24 horas antes, al tratarse de una barrera fronteriza considerada inexpugnable y vigilada por uno de los ejércitos más avanzados del mundo. El portavoz de las Fuerzas Armadas, Daniel Hagari, no ha especificado el número de secuestrados, aunque Abu Obeida, portavoz de las Brigadas de Ezedín al Qasam, brazo armado de Hamás, los ha cifrado en decenas, entre ellos “altos cargos y militares”.
Las alarmas que alertan del lanzamiento de proyectiles han sonado una detrás de otra desde la madrugada, incluido en lugares donde solo sucede en los mayores repuntes de tensión, como Tel Aviv o Jerusalén. Los heridos superan el millar, según los servicios sanitarios.
Las autoridades israelíes pidieron desde el alba a la población en general que se mantenga cerca de refugios y, en concreto, a los residentes en las localidades cerca de la Franja que no salgan de sus casas. La policía hablaba al mediodía de “21 escenas activas” de enfrentamientos entre sus agentes y hombres armados palestinos, aunque ha ido recuperando algunas de las localidades.
Los vídeos han ido mostrando durante la jornada a milicianos sobre vehículos militares israelíes en la Franja o moviéndose en toda libertad con fusiles M-16 en localidades del sur de Israel. Hasta un periodista palestino ha cruzado e informa desde el lugar entre sonidos de disparos.
“Hamás ha cometido un grave error y lanzado una guerra contra el Estado de Israel. Las tropas del Ejército israelí están peleando contra el enemigo en cualquier lugar. Pido a todos los ciudadanos de Israel que sigan las instrucciones de seguridad. El Estado de Israel ganará esta guerra”, ha dicho el ministro de Defensa, Yoav Gallant, a media mañana. Fuentes de la Embajada israelí en Atenas citadas por la agencia Associated Press señalan que 5.000 reservistas se desplazarán a su país en 20 vuelos para ponerse el uniforme.
Poco después, decenas de cazabombarderos han empezado a bombardear Gaza, controlada por Hamás desde 2007. El Ejército ha puesto nombre a la operación (Espadas de Hierro) y Netanyahu ha anunciado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que será “contundente y prolongada”. También ha marcado como objetivo “limpiar la zona de las fuerzas enemigas infiltradas y restaurar la seguridad y la paz” en las localidades atacadas, así como “cobrar un enorme precio al enemigo, también en la franja de Gaza” y “fortalecer otros escenarios para que nadie cometa el error de unirse a esta guerra”.
Es una referencia principalmente a Líbano, donde viene creciendo la tensión con la milicia libanesa Hezbolá, que libró una guerra con Israel en 2006. Los cascos azules ―principalmente españoles― en la divisoria entre ambos países han anunciado un incremento de su presencia, incluidas “operaciones contra el lanzamiento de cohetes”. El domingo comienza la semana en Israel y las autoridades han cancelado las clases para un millón de niños, aproximadamente.
Mohammed Deif, el líder del brazo armado de Hamás, ha defendido en un vídeo la operación como una respuesta a los “crímenes de la ocupación”, la “desacralización” de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén (habitual foco de tensión) y el endurecimiento de la situación de los presos palestinos. “Es más grande de lo que la ocupación [Israel] piensa”, ha señalado, al bautizar la operación como Diluvio de Al Aqsa, en referencia al nombre de la mezquita por la que los palestinos denominan normalmente a todo el recinto. La Yihad Islámica ―una milicia menor, pero particularmente combativa― también está participando y se ha atribuido varios de los secuestros.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, ha propuesto integrarse en un Gobierno de emergencia ante la “difícil, compleja y prolongada campaña” que se avecina. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, enfrentado a Hamás, ha enfatizado desde Ramala el derecho de su pueblo a defenderse del “terrorismo y las fuerzas de ocupación” y la “necesidad de brindarle protección”.
En esa ciudad y en otras de Cisjordania, como Jericó, Hebrón y Qalqilia, cuatro palestinos han muerto en enfrentamientos con soldados israelíes, según el Ministerio de Sanidad palestino. Además, un grupo de colonos ha atacado la aldea de Yasuf, en el norte de Cisjordania, y herido a dos palestinos de bala. Los incidentes, que se han extendido a los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este, son fruto del efecto contagio y del llamamiento de Hamás a una acción conjunta.
Por la tarde, el ministro israelí de Energía, Israel Katz, ha ordenado a la Compañía Eléctrica de Israel cortar la electricidad a toda la Franja. En previsión de los bombardeos, el Ministerio de Educación de Gaza ya había anunciado en las horas previas la cancelación de todas las clases escolares. Cientos de residentes en la zona fronteriza (por la que suelen penetrar las tropas israelíes en caso de invasión terrestre) se habían ido desplazando hacia el interior y otros habitantes de la Franja se habían apresurado a comprar comida y otros suministros, ante el horizonte de días de conflicto.
El ataque lanzado por Hamás también ha desencadenado un aluvión de reacciones internacionales de gobiernos e instituciones. Este sábado la Casa Blanca ha expresado a Israel un apoyo “sólido como una roca e inquebrantable”, en palabras de Biden. El mandatario ha expresado a Netanyahu la “inequívoca condena de este atroz asalto contra Israel por parte de terroristas de Hamás desde Gaza”. La Unión Europea ha condenado a su vez “inequívocamente” la agresión y expresado su “solidaridad con Israel”. También el alto representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, se ha pronunciado: “Esta horrible violencia debe cesar inmediatamente. La UE expresa su solidaridad con Israel en estos tiempos difíciles”. Entre otros mandatarios, el presidente en funciones del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha rechazado el “ataque terrorista contra Israel”.
Egipto, uno de los mediadores tradicionales en el conflicto entre palestinos e israelíes, ha anunciado que mantiene “contactos intensos” para detener la escalada. Por su parte, Hezbolá ha apoyado desde Líbano a Hamás ante lo que califica de “continuos crímenes de la ocupación”. También lo ha hecho el régimen de Irán, aliado de la milicia palestina y, sobre todo, de la Yihad Islámica, a la que arma y financia. El portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Nasser Kanaani, citado por la agencia semioficial de noticias ISNA, ha calificado el ataque de la milicia palestina como una demostración de “confianza del pueblo palestino frente a los ocupantes”.
Arabia Saudí, en plenas negociaciones para establecer relaciones diplomáticas con Israel, se ha limitado a llamar al “cese inmediato de la violencia” a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, según Reuters.
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