Joe Biggs, cabecilla de los Proud Boys, condenado a 17 años por el asalto al Capitolio

Es la segunda sentencia más dura hasta el momento. El resto de los líderes del llamado “ejército de Trump” serán sentenciados en los próximos días

El líder de los Proud Boys, Enrique Tarrio (a la izquierda), y su lugarteniente Joe Biggs, durante una manifestación en Washington el 12 de diciembre de 2020.STEPHANIE KEITH (AFP)

El peso de la justicia empieza a caer sobre los dirigentes de los Proud Boys (Chicos Orgullosos), un grupo paramilitar de extrema derecha del que los fiscales dijeron que se veían como “el ejército de Trump”. Los miembros del grupo tuvieron un papel destacado al encabezar el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 para impedir la certificación de la amplia victoria de Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020. ...

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El peso de la justicia empieza a caer sobre los dirigentes de los Proud Boys (Chicos Orgullosos), un grupo paramilitar de extrema derecha del que los fiscales dijeron que se veían como “el ejército de Trump”. Los miembros del grupo tuvieron un papel destacado al encabezar el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 para impedir la certificación de la amplia victoria de Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020. Cuatro fueron declarados culpables de conspiración sediciosa en mayo pasado, entre ellos el líder del grupo, Enrique Tarrio. El primer sentenciado ha sido su lugarteniente Joe Biggs, condenado este jueves en Washington a 17 años de cárcel. Tras él, otro de los líderes del grupo, Zachary Rehl, ha sido condenado a 15 años.

La sentencia de Enrique Tarrio, prevista en principio para el miércoles, se ha retrasado hasta el martes de la semana próxima por enfermedad del juez. Los fiscales piden para él una pena de 33 años, la misma que pedían para el ya sentenciado Biggs, mientras que para Rehl solicitaban 30. La condena de Biggs es la segunda mayor impuesta por el asalto al Capitolio. Se queda por debajo de la de Stewart Rhodes, fundador y líder del grupo de extrema derecha Oath Keepers (Guardianes del Juramento), condenado en mayo a 18 años de prisión, la mayor pena impuesta hasta el momento.

Más de 1.100 personas han sido acusadas de delitos federales relacionados con los disturbios en el Capitolio. Más de 600 de ellas han sido condenadas y sentenciadas. No directamente por el asalto al Capitolio, pero sí por sus intentos de revocar el resultado electoral, Trump está imputado tanto en Washington, donde está previsto que se siente en el banquillo el 4 de marzo de 2024, como en Georgia. En el caso del expresidente no hay acusación de conspiración sediciosa, pero sí múltiples cargos, incluido uno relativo al crimen organizado, que pueden conllevar importantes penas de cárcel. La conspiración sediciosa se tipificó durante la Guerra Civil, para perseguir a los sublevados de la Confederación, pero los fiscales la han desempolvado por el asalto al Capitolio.

Biggs, de 39 años y nacido en Ormond Beach (Florida), se autodenominaba organizador de los Proud Boys. Sirvió en el Ejército de Estados Unidos durante ocho años antes de ser dado de baja médica en 2013. Biggs trabajó más tarde como corresponsal de Infowars, el sitio web operado por el teórico de la conspiración Alex Jones.

El condenado, que tuiteó “esto es la guerra” como respuesta a la victoria de Biden, estuvo entre los cabecillas del asalto al Capitolio. El 6 de enero de 2021 miles de personas, incluidos muchos miembros de su organización, se dieron cita en Washington para acudir a un mitin de Donald Trump. La turba emprendió desde ahí una marcha hacia el Capitolio, donde los más violentos rompieron las líneas de defensa policiales. Entraron por la fuerza en la sede del poder legislativo cuando se hallaba reunido en una sesión para certificar el triunfo electoral del demócrata Biden. Senadores y congresistas tuvieron que huir y refugiarse mientras los asaltantes ocupaban los hemiciclos, entraban en los despachos y recorrían el edificio.

El juicio se celebró durante cuatro meses desde enero pasado, antes de la sentencia condenatoria que llegó en mayo. “Sé que metí la pata aquel día”, ha dicho Biggs al juez instantes antes de ser condenado, “pero no soy un terrorista”, según ha recogido AP. “Me pudo la curiosidad, y tendré que vivir con ello el resto de mi vida”, añadió, afirmando que no tenía “odio en el corazón” y que no quería hacer daño a nadie.

El juez de distrito Timothy Kelly ha dicho que el atentado del 6 de enero pisoteó una “importante costumbre estadounidense”, la de certificar el voto del Colegio Electoral. “Ese día rompió nuestra tradición de transferir pacíficamente el poder, que es una de las cosas más preciadas que teníamos como estadounidenses. Fíjense que digo teníamos”, ha añadido.

A la espera del líder

Enrique Tarrio, un residente de Miami que fue el presidente nacional y máximo líder de los Proud Boys, fue también condenado en mayo aunque no se encontraba en Washington el 6 de enero. Había sido detenido dos días antes del asalto al Capitolio acusado de haber pintado una pancarta de Black Lives Matter durante una manifestación anterior en la capital del país, y cumplió la orden del juez de abandonar la ciudad tras su detención.

Según los fiscales, al no poder estar él presente, eligió a Biggs y a Ethan Nordean para que fueran los líderes del grupo sobre el terreno. Ellos tres y Zachary Rehl fueron condenados por conspiración sediciosa y un quinto acusado, Dominic Pezzola, por otros delitos. Los fiscales piden penas de 27 años para Nordean y 20 años para Pezzola, cuyas sentencias llegarán este viernes.

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