El Gobierno de Ecuador traslada a una cárcel de máxima seguridad a Fito, jefe criminal que amenazó de muerte al candidato Villavicencio

El recluso es el cabecilla de la banda criminal Los Choneros, brazo operativo del cartel mexicano de Sinaloa en el país

José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de los Choneros, tras ser trasladado este sábado.

El Gobierno de Ecuador ha trasladado este sábado a una cárcel de máxima seguridad, La Roca, en Guayaquil, al criminal más peligroso del país, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, cabecilla de la banda delictiva Los Choneros, que tenía la hegemonía del crimen en Ecuador. La medida se ha producido tres días después del asesinado del candidato presidencial Fernando Villavicencio, que a finales de julio denunció que había recibido una...

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El Gobierno de Ecuador ha trasladado este sábado a una cárcel de máxima seguridad, La Roca, en Guayaquil, al criminal más peligroso del país, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, cabecilla de la banda delictiva Los Choneros, que tenía la hegemonía del crimen en Ecuador. La medida se ha producido tres días después del asesinado del candidato presidencial Fernando Villavicencio, que a finales de julio denunció que había recibido una amenaza de muerte de Fito. Los Choneros son el brazo operativo del cartel de Sinaloa, según la policía. Unos 3.600 policías y militares participaron en la operación para llevar de madrugada al recluso de una prisión ordinaria a un penal de máxima seguridad ubicado en el mismo complejo carcelario de Guayaquil.

Hasta ahora Fito estaba encarcelado en la cárcel número 4, conocida como la Regional de Guayaquil. En más de una docena de operativos que ha hecho la fuerza pública a los centros penitenciarios en los últimos dos años, este centro era intocable.

Las autoridades filmaron el traslado del preso y difundieron las imágenes. Con el torso desnudo, un calzoncillo negro, la barba larga, el hombre conocido por ser un sanguinario, estaba sometido, con las manos atadas en la espalda, boca abajo en el patio del pabellón de la prisión junto a otro centenar de presos. El sistema penitenciario está en alerta por si la decisión del Gobierno despierta un nuevo motín carcelario, como ha ocurrido en otras ocasiones, cuando ha trasladado reclusos como respuesta a las masacres carcelarias.

El candidato presidencial asesinado esta semana explicó tras aquellas amenazas de Fito: fue “una advertencia de que si sigo refiriéndome a él y a su estructura, ellos atacarán en mi contra o atentarán contra mi vida”. Villavicencio puso una denuncia en Fiscalía por recomendación de su custodia policial, que el Estado le otorgó después de analizar que tenía un 97% de riesgo de que lo mataran.

Fito tiene motivos para someterse y no orquestar una revuelta violenta, y es su libertad. El pasado marzo un juez de garantías penitenciarias de Guayaquil extinguió cuatro de sus condenas. Con eso abrió camino para que su defensa utilice las mañas legales para que él pueda beneficiarse de una prelibertad, y terminar de cumplir su condena fuera de la cárcel, como lo hicieron otros líderes de Los Choneros, como Jorge Luis Zambrano, Rasquiña, y JR, ambos asesinados meses después de estar en las calles.

Fito creció en Manta, una ciudad costera que está en la provincia de Manabí, una ubicación estratégica para el tráfico de drogas. Con 43 años, tiene 14 procesos judiciales por delitos entre como asesinato, robo, delincuencia organizada, tenencia de armas, que suman 34 años de prisión, de los cuales lleva 12 recluido. En ese periodo estuvo 10 meses huido tras fugarse con otros 16 presos de la cárcel de máxima seguridad a la que ahora ha sido trasladado en una operación que duró ocho horas.

Los agentes se incautaron en el operativo de 3.400 gramos de marihuana, 937 gramos de cocaína, 147 municiones, 195 juegos pirotécnicos, otros artículos no autorizados como neveras, congeladores, aires acondicionados, parlantes, equipos de sonido y celulares, según detalla un boletín difundido por la Presidencia de Guillermo Lasso. Pero el documento no detalla las armas de alto calibre que usaban los presos que lo escoltaban en declaraciones que José Adolfo Macías grababa desde la cárcel.

La última publicación fue el 25 de julio, justo después de la masacre en la Penitenciaría del Litoral donde asesinaron a 31 internos. Fito anunció un acuerdo de paz con otras bandas para terminar con las extorsiones y los secuestros que alcanzan más de 17.000 denuncias desde el 2022. La escena era insólita. El cabecilla estaba sentado y detrás de él lo custodiaban cinco hombres, cuatro presos con armas y un policía de Inteligencia penitenciaria. El Gobierno calificó el hecho como un “incidente” y “una impertinencia del policía”, según dijo el comandante de la Policía, Fausto Salinas.

El ascenso de Fito a la cúpula de Los Choneros se dio a raíz del asesinato de Rasquiña, que lideraba toda la banda. Los Choneros ganaron fama de sicarios, aunque con el tiempo ampliaron su carta de delitos a extorsiones, robos y narcotráfico. Fueron los primeros en crear vínculos con cárteles extranjeros. Según información policial, Los Choneros son el brazo operativo del cartel de Sinaloa, los primeros en ser detectados del tráfico de droga a gran escala en el país.

Después de la muerte de Rasquiña, a finales de 2020, la pugna por ocupar ese cargo llevó la violencia a las cárceles del país en una ola de masacres que dejaron cerca de 300 muertos en el 2021. Con bala y sangre se decidió que Fito y JR quedarían a cargo de Los Choneros, pero su designación terminó por dividir al grupo criminal en otras bandas con las que ahora se enfrentan, algunas de las cuales trabajan con el cartel Jalisco Nueva Generación.

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