Biden y Sunak acercan posiciones sobre el futuro ingreso de Ucrania en la OTAN
Carlos III recibe al presidente estadounidense en el castillo de Windsor y ambos celebran una minicumbre contra el cambio climático
Rishi Sunak ha esperado demasiado tiempo para recibir al presidente de Estados Unidos en la puerta del 10 de Downing Street como para que divergencias en sus respectivas estrategias sobre Ucrania ensombrecieran el encuentro de este lunes. Joe Biden ha hecho una escala en Londres, antes de acudir a la cumbre de la OTAN que se celebra Vilnius (Lituania). Ha sido un gesto de complicidad con un primer ministro británico al que respeta —...
Rishi Sunak ha esperado demasiado tiempo para recibir al presidente de Estados Unidos en la puerta del 10 de Downing Street como para que divergencias en sus respectivas estrategias sobre Ucrania ensombrecieran el encuentro de este lunes. Joe Biden ha hecho una escala en Londres, antes de acudir a la cumbre de la OTAN que se celebra Vilnius (Lituania). Ha sido un gesto de complicidad con un primer ministro británico al que respeta —frente a su manifiesto rechazo hacia Boris Johnson o su sucesora, Liz Truss— y con un país, el Reino Unido, ante el que su ascendencia irlandesa le ha hecho parecer en ocasiones esquivo. “Nuestra relación es sólida como una roca”, ha dicho públicamente Biden a su llegada a la residencia de Sunak.
Los fotógrafos han captado la imagen de ambos, mano a mano, sentados en los jardines del complejo que agrupa casa y oficina del primer ministro británico. El tema central de la conversación ha sido Ucrania, pero el propósito de Sunak ha sido en todo momento el de ofrecer una imagen de coordinación entre Washington y Londres, y reducir al mínimo las discrepancias de ambos países respecto a los dos asuntos más espinosos. Estados Unidos ha ofrecido a Kiev bombas de racimo, para paliar su escasez de munición frente a la agresión rusa. El Reino Unido, como signatario junto a más de un centenar de países de la convención que prohíbe ese tipo de armas, no seguirá los pasos de su aliado. Pero ha evitado una crítica pública. “Ha sido una decisión difícil para Estados Unidos”, explicaba el portavoz del primer ministro, “y ha sido la agresión rusa la que ha forzado que deba tomarse”, añadía.
En segundo lugar, la rapidez con que Ucrania debe iniciar el proceso de incorporación a la OTAN, uno de los temas centrales en la reunión de Vilnius. En las horas previas al encuentro entre Biden y Sunak, los mensajes emitidos desde Downing Street daban a entender que el Reino Unido, junto a los países del este de Europa, quería un ingreso acelerado de Kiev en la Alianza, frente a una postura más prudente de Washington. También eso se ha matizado este lunes, con un portavoz de Sunak que calificaba de inexactas las informaciones que señalaban divergencias entre los socios. “Por supuesto que queremos apoyar a Ucrania en su camino de incorporación a la Alianza. Pero deben ser los socios de la OTAN los que discutan los mecanismos concretos para lograr ese objetivo”, ha señalado.
La “relación especial” entre Londres y Washington, siempre tan cortejada por los gobiernos británicos, bien vale cualquier ejercicio de conciliación. Downing Street ha querido sobre todo resaltar del encuentro el compromiso de Biden y Sunak de impulsar la llamada “declaración atlántica” que ambos dirigentes lanzaron en la capital estadounidense durante la visita del británico a principios de junio y que prevé un aumento de la cooperación bilateral en áreas desde la transición energética a la industria de defensa. No se acerca en absoluto al anhelado tratado de libre comercio que los euroescépticos conservadores —comenzando por el ex primer ministro Boris Johnson— soñaron en alcanzar con el Brexit, pero supone otorgar de manera bilateral al Reino Unido una serie de acuerdos en materias como minerales críticos o seguridad en el suministro energético que Washington ya había acordado con la UE.
Biden y el rey
El Marine One, el helicóptero oficial de los presidentes de EE UU, ha llevado a Biden hasta el castillo de Windsor, donde le esperaba el rey Carlos III de Inglaterra. Los guardias galeses esperaban al dignatario en el patio de armas. Después de pasar revista, ambos jefes de Estado han escuchado la interpretación de la banda militar del himno estadounidense. “Han podido ver todos ustedes la calidez personal que existe entre ambos”, ha recalcado a la prensa un portavoz del palacio de Buckingham. La ausencia de Biden el pasado de mayo en la coronación del monarca británico había dado pábulo a determinada prensa conservadora británica para realzar los supuestos desaires del presidente hacia el Reino Unido. La realidad, sin embargo, es que el líder demócrata y Carlos III mantienen una relación cómplice respecto a un asunto central como es la lucha contra el cambio climático. Ya pudo verse en la COP-26 de Glasgow de hace dos años, cuando Carlos de Inglaterra era aún el heredero al trono.
Ambos han mantenido un encuentro privado, té incluido, del que no han dado información ninguno de sus respectivos equipos, antes de reunirse juntos con un grupo de filántropos y representantes de entidades financieras para discutir posibles soluciones para costear la transición energética en los países más pobres. A esta minicumbre, bautizada como el Foro Para la Movilización de Financiación para el Clima, y diseñada para resaltar el respeto de Biden hacia el compromiso medioambientalista de Carlos III durante décadas, han asistido también el enviado especial estadounidense para la lucha contra el cambio climático, John Kerry, y el ministro británico de Energía, Grant Shapps.
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