El secretario general del Ministerio de Exteriores de Estonia: “Las batallas militares no terminarán con esta guerra”

Jonatan Vseviov sostiene en una entrevista con EL PAÍS que los aliados deben “lograr que el coste de la agresión para Rusia sea mayor que el de su retirada”

Jonatan Vseviov, secretario general del Ministerio de Exteriores de Estonia, en la Embajada de su país en Madrid, el pasado jueves.Samuel Sánchez

Jonatan Vseviov (Tallin, 41 años) se acostó el 23 de febrero de 2022 sin poner la alarma. La información que manejaba el secretario general del Ministerio de Exteriores de Estonia, el funcionario de mayor rango del departamento, no ofrecía espacio para la duda. Se despertaría de madrugada con una llamada, cuando comenzara la invasión rusa de Ucrania. Los 16 meses desde el inicio de la ofensiva a gran escala han sido frenéticos para Vseviov, exembajador en Estados Unidos ...

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Jonatan Vseviov (Tallin, 41 años) se acostó el 23 de febrero de 2022 sin poner la alarma. La información que manejaba el secretario general del Ministerio de Exteriores de Estonia, el funcionario de mayor rango del departamento, no ofrecía espacio para la duda. Se despertaría de madrugada con una llamada, cuando comenzara la invasión rusa de Ucrania. Los 16 meses desde el inicio de la ofensiva a gran escala han sido frenéticos para Vseviov, exembajador en Estados Unidos y una de las voces más autorizadas del país báltico en asuntos de defensa. “Estonia es uno de los países de la UE que reclama medidas más duras contra Rusia, pero no es por una cuestión de cercanía geográfica, sino por la catástrofe histórica que supusieron los 50 años de ocupación soviética”, sostenía el pasado jueves el alto cargo estonio en una entrevista en la embajada de su país en Madrid. El diplomático confía en que los reveses militares y la creciente presión occidental fuercen al Kremlin a recular, pero recalca que solo dependerá de Ucrania la opción de realizar alguna concesión para poner fin a la guerra.

Pregunta. Ucrania ha lanzado en las últimas semanas su esperada contraofensiva. ¿Qué resultado podría considerarse un éxito?

Respuesta. Confío en que el ejército ucranio va a ser capaz de lograr avances significativos, y esa es la intención con la que los aliados hemos acelerado el envío de armamento en los últimos meses. Sin embargo, nuestro apoyo a Kiev no está condicionado ni por el paso del tiempo ni por el resultado de unas determinadas operaciones militares; será firme hasta que se restablezca la integridad territorial.

P. Y en el mejor escenario, ¿cuántos años puede necesitar el ejército ucranio para liberar todo el territorio ocupado?

R. Esta guerra terminará únicamente cuando en Moscú asuman que han de dar marcha atrás y abandonar el territorio de Ucrania reconocido internacionalmente. Y para forzar esto hay que mantener la asistencia militar y económica a Ucrania, y la presión a Rusia con las sanciones y el aislamiento, además de hacer lo posible para que los crímenes de guerra y agresión no queden impunes. La contraofensiva de Ucrania y futuras operaciones similares son fundamentales desde un punto de vista estratégico, pero no serán las batallas lo que termine con esta guerra.

P. No parece que estemos cerca de que el Kremlin retire sus tropas.

R. Rusia no ha cambiado ninguno de sus objetivos estratégicos; sigue aspirando a controlar toda Ucrania y alterar por completo la arquitectura de seguridad europea. Y no lo vamos a permitir. Apoyaremos a Ucrania el tiempo que sea necesario; hasta que restaure la soberanía en todo su territorio y la agresión como herramienta política vuelva a quedar absolutamente desacreditada. En definitiva, hasta su victoria.

P. Y si Ucrania no recupera Crimea y las zonas de Donbás ocupadas desde 2014, ¿no habrá victoria?

R. Definir qué será considerado una victoria es un asunto exclusivamente ucranio, pero es crucial que los aliados occidentales perseveremos en nuestra rotunda defensa de la integridad territorial. Me resulta inimaginable que pueda llegar un punto en el que nos resignemos a aceptar y dar legitimidad a la transformación de fronteras en Europa a través de la fuerza militar. Me niego a aceptar esa posibilidad.

P. Estonia es el país de la UE que más ayuda militar ha donado a Ucrania en relación al tamaño de su economía y uno de los que más sufre la inflación. Los refugiados ucranios, además, representan ya el 4% de la población. ¿Puede aguantar el país otros tres o cinco años más así?

R. Por supuesto que sí. El apoyo a Ucrania tiene su coste, pero no hay alternativa. Esta guerra es de tal magnitud que puede establecer un nuevo orden mundial. Y si permitimos que un país grande pueda alterar impunemente las fronteras de sus vecinos con agresiones militares, no habrá ningún país a salvo.

P. ¿Cree que si el ejército ucranio no logra resultados sobre el terreno, pueda traducirse en fatiga y dudas de la ciudadanía estonia y del resto de la UE?

R. La situación es muy complicada para muchos europeos, pero lo que está en juego en esta guerra es mucho más que el futuro de dos países. Y aunque sea largo y difícil para nosotros, es muchísimo peor para los ucranios, especialmente para los que están cerca de la línea del frente.

P. ¿Respalda Estonia los ataques en territorio ruso?

R. Mientras se respete el derecho internacional, consideramos que no hay límites, no hay líneas rojas; Ucrania es la víctima y tiene el legítimo derecho a defenderse. Esta guerra solo terminará cuando Rusia ponga fin a su agresión; pero hasta entonces, el ejército ucranio se ha de defender dentro de la legalidad, incluso fuera de su territorio.

P. Las sanciones occidentales han tenido un impacto en la economía rusa menor del que proyectaban algunos analistas hace un año. ¿Qué más se puede incluir en los futuros paquetes sancionadores?

R. Quedan muchas cosas por hacer. El único parámetro por el que se debe evaluar el éxito o el fracaso de las sanciones es su capacidad de poner fin a esta guerra. Así que, mientras sigan muriendo civiles y los misiles rusos vuelen sobre Ucrania, tenemos trabajo por delante, y ya estamos preparando la undécima ronda de sanciones. El camino es el correcto, el objetivo es lograr que el coste de la agresión sea aún mayor que el de la retirada. En algunas ocasiones, los socios comunitarios hemos sido lentos a la hora de alcanzar los acuerdos. Y es lógico, llegar a consensos entre democracias lleva su tiempo, pero también ha tenido un coste humano en Ucrania. Aun así, la dirección de las políticas sancionadoras ha sido en todo momento la adecuada para transmitir a Rusia que no le queda otra que retirarse. Y cuanto antes, mejor.

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