Ucrania afianza la contraofensiva con ataques en Zaporiyia
La región sureña, controlada al 80% por Moscú, es el punto estratégico en el que Kiev trata de romper el corredor que permite a los invasores conectar la península de Crimea con Donbás
Dentro de una operación que puede durar semanas o meses, Ucrania trata de asestar un hachazo al territorio ganado por el ejército ruso con la gran invasión puesta en marcha en febrero del año pasado. Los enfrentamientos entre las tropas locales y los invasores rusos en el sureste del país se han intensificado en las últimas horas, particularmente en la región de Zaporiyia, según confirman testimonios ucranios y occidentales de forma anónima, en una señal de que la esperada contraofensiva ucrania se afianza. ...
Dentro de una operación que puede durar semanas o meses, Ucrania trata de asestar un hachazo al territorio ganado por el ejército ruso con la gran invasión puesta en marcha en febrero del año pasado. Los enfrentamientos entre las tropas locales y los invasores rusos en el sureste del país se han intensificado en las últimas horas, particularmente en la región de Zaporiyia, según confirman testimonios ucranios y occidentales de forma anónima, en una señal de que la esperada contraofensiva ucrania se afianza. Los primeros indicios se registraron el lunes.
El escenario de esa nueva batalla desatada es Zaporiyia, la región estratégica en la que Ucrania trata de romper el corredor que permite a Rusia conectar la península de Crimea, anexionada ilegalmente en 2014, con Donbás (el territorio que incluye las regiones de Donetsk y Lugansk). En Zaporiyia se ubica también la mayor central nuclear de Europa, ocupada desde marzo de 2022 por las fuerzas rusas. Hay indicios de que ya están combatiendo allí los tanques Leopard de fabricación alemana que Kiev ha recibido de diferentes países europeos, entre ellos España, según se observa en algunas imágenes que circulan por redes sociales y aseguran fuentes militares rusas. Mientras, Ucrania sostiene que sigue avanzando frente a posiciones enemigas en Bajmut (región de Donetsk), localidad que Rusia controla casi completamente desde mayo tras largos meses de encarnizados combates.
Alguna de las confirmaciones de la gran operación militar proviene incluso del entorno del presidente Volodímir Zelenski, según la cadena estadounidense ABC, aunque el mandatario guarda silencio en público para no frustrarla. Uno de los avances más novedosos se ha producido alrededor de la ciudad de Orijiv, según ha señalado la viceministra de Defensa, Hanna Maliar, en Telegram. Zelenski ya reconoció a finales de mayo en una entrevista con el periódico The Wall Street Journal que lo tenían todo listo para la contraofensiva. El Gobierno y el ejército han insistido en que no iba a haber banderazo de comienzo de la operación, pero, al mismo tiempo, no han dejado de ofrecer pistas sobre su inminencia.
El propio mando ruso reconoce que Ucrania ha lanzado en las últimas horas un ataque serio en Zaporiyia, región controlada en un 80% por Moscú, pero, según el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú, han logrado repelerlo, causando “serias bajas” entre los 1.500 efectivos ucranios. Tres de los tanques Leopard fueron destruidos, según fuentes militares rusas citadas por la agencia Reuters. En otra muestra de que esa nueva fase en la guerra ya se ha iniciado, el Ministerio de Defensa británico señala en su informe diario que el ejército local ha tomado la iniciativa en el campo de batalla. Dos medios de comunicación estadounidenses, la cadena ABC y el diario The Washington Post, dieron por comenzada la contraofensiva este jueves, aunque las autoridades locales rehúsan ofrecer confirmación alguna. Un alto funcionario de EE UU informó a The New York Times de que los combates se han intensificado en el sureste. Ante ese silencio oficial, los medios locales ucranios citan a medios extranjeros.
También los militares de las más altas instancias se han pronunciado. “Ha llegado la hora de recuperar lo que es nuestro”, decía un vídeo del 27 de mayo publicado por el máximo jefe de las Fuerzas Armadas, el general Valeri Zaluzhni, que dio así la bendición a la gran operación para retomar terreno perdido. “Nuestros heroicos soldados van a la ofensiva para liberar Ucrania de los ocupantes rusos y levantar la bandera de la victoria”, añadía el anuncio rodeado de épica militar e inspirado en la obra de hace un siglo del autor local Osip Mashchak.
Esos movimientos apuntan a que la rotura esta semana de la presa de Nova Kajovka en el Dniéper y la inundación de decenas de localidades en la región de Jersón no han bastado para alterar de manera significativa los planes que Kiev llevaba meses cocinando. Algunos analistas, sin concluir de manera precisa que fueron los rusos los que volaron la presa, consideran, pese a todo, que ha podido ser una estrategia para tratar de impedir el avance ucranio, como ha dejado ver el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, según sus siglas en inglés).
En la práctica, el agua ha obligado a un repliegue ruso hasta posiciones en las que tiene más complicado seguir atacando con su artillería zonas ucranias en el lado occidental del río que venía bombardeando casi a diario. Ese movimiento los ha obligado a colocarse entre cinco y 15 kilómetros más allá de los terrenos inundados, según la portavoz del Mando Sur de las Fuerzas Armadas, Natalia Humeniuk. Dos tercios del espacio anegado corresponden a zona bajo dominio ruso, según las autoridades locales de Jersón.
Visita de Zelenski
Sin referirse a aspectos relacionados con la contraofensiva, el presidente Zelenski se desplazó este jueves a la zona para seguir de cerca las labores de rescate y estar al tanto de las consecuencias. El Kremlin anunció que el presidente Vladímir Putin no tiene pensado desplazarse hasta las localidades anegadas que se encuentran bajo control de sus militares. Los ataques se suceden desde el lado ruso sobre la orilla occidental del Dniéper mientras los equipos de emergencia ucranios desarrollan las labores de rescate.
En total, nueve personas resultaron heridas, entre ellas dos miembros de los servicios de rescate, según informaron fuentes de ese servicio y el gobernador de Jersón. Las autoridades prorrusas que detentan el poder en el lado oriental del río acusaron a Ucrania también de lanzar a ataques que causaron la muerte a dos personas. Otras cinco habrían perecido a causa de las inundaciones.
Superado el principal escollo de las primeras semanas de la gran invasión, que consistió en frenar a las tropas del Kremlin en su intento de hacerse con Kiev, el ejército local ha efectuado desde entonces dos contraofensivas exitosas. Una, el pasado septiembre, le permitió recuperar casi en su integridad la región de Járkov, en el noreste. Otra, en noviembre, hizo posible expulsar a los rusos del margen occidental del río Dniéper y liberar de la ocupación la ciudad de Jersón, la única capital de provincia con la que se habían hecho en la invasión a gran escala iniciada el 24 de febrero del año pasado.
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