Bildt, ex primer ministro sueco: “Con la desesperación de Putin, no se puede descartar un ataque nuclear inminente”
El también exministro de Exteriores vaticina que la guerra terminará cuando se derrumbe el régimen del presidente ruso
Carl Bildt, primer ministro de Suecia entre 1991 y 1994, vivió la anexión de Crimea por parte de Rusia en su última etapa como ministro de Exteriores de su país, un cargo que desempeñó entre 2006 y 2014. Desde entonces, Bildt (Halmstad, 73 años) ha pasado buena parte de su tiempo viajando por todo el mundo, ahora con el foco puesto especialmente en las consecuencias del conflicto en Ucrania. De su dilatada experiencia diplomática y sus abundantes contactos extrae conclusiones rotundas so...
Carl Bildt, primer ministro de Suecia entre 1991 y 1994, vivió la anexión de Crimea por parte de Rusia en su última etapa como ministro de Exteriores de su país, un cargo que desempeñó entre 2006 y 2014. Desde entonces, Bildt (Halmstad, 73 años) ha pasado buena parte de su tiempo viajando por todo el mundo, ahora con el foco puesto especialmente en las consecuencias del conflicto en Ucrania. De su dilatada experiencia diplomática y sus abundantes contactos extrae conclusiones rotundas sobre la guerra en la antigua república soviética. Bildt, que recibió a EL PAÍS este miércoles en una finca en Rascafría donde ha participado en la reunión del consejo de la consultora internacional Kreab Worldwide, de la que es vicepresidente, vaticina que la ofensiva rusa terminará cuando caiga el régimen de Vladímir Putin. Hasta que ese final llegue, advierte de que “no hay que subestimar la desesperación” del presidente ruso, al que ve capaz de ordenar un ataque nuclear de manera inminente. El exdirigente del Partido Moderado de Suecia —que acaba de volver al poder tras llegar a un acuerdo con otras formaciones conservadoras y la extrema derecha— defiende el endurecimiento de las leyes en materia de inmigración en su país y afirma que Turquía “no se ha equivocado del todo” al señalar que Estocolmo no ha estado “suficientemente vigilante en la lucha contra el terrorismo”.
Pregunta. Putin está agitando el riesgo de que Ucrania utilice supuestamente una bomba sucia, en lo que parece un pretexto para una escalada. Se temió también cuando se anexionó ilegalmente cuatro provincias ucranias. ¿Cree que esta vez sí podría producirse?
Respuesta. Sí lo creo. Claramente, la guerra no le ha ido especialmente bien. El ejército ruso ha fracasado y ahora se ve obligado a movilizar a civiles. Eso probablemente tampoco ayude demasiado. Pero Putin seguirá escalando [el conflicto] hasta que se derrumbe. Y lo preocupante de lo que está haciendo ahora es que podría ser una especie de pretexto para utilizar armas nucleares. No puedo estar seguro, pero está enviando señales muy preocupantes. La atmósfera política en Moscú está cambiando. Hay cada vez más gente escéptica hacia la guerra. No diría que su posición esté en riesgo ahora mismo, pero las cosas se están moviendo en dirección contraria para él, en el frente diplomático global, en el apoyo político dentro de Rusia, en Ucrania, y ciertamente, con la cohesión de Occidente.
P. Usted dijo recientemente que la evacuación de Jersón podría ser por una retirada o la señal de un ataque nuclear inminente. ¿Qué cree ahora?
R. No estoy muy seguro. Mucha gente interpretó que podía ser que los rusos se estuviesen retirando de Jersón completamente. También que estuviesen despejando el camino para usar un arma nuclear contra las tropas ucranias que avanzan por la zona. Lo que ocurre en Jersón puede interpretarse de diferentes maneras, pero no debemos subestimar la desesperación de Putin.
P. Entonces, ¿considera que un ataque nuclear podría ser inminente, en cualquier momento?
R. Sinceramente, espero que no. Pero con la desesperación de Putin y con todo lo que se mueve en su contra, no se puede descartar.
P. ¿Cómo terminará la guerra, en su opinión?
R. Terminará cuando Putin desaparezca del Kremlin. Pienso que él también lo ve así y lo ha dicho en varios discursos. Dice que esto [la guerra] es un asunto de vida o muerte para Rusia. No es así, pero sí es una cuestión de vida o muerte para él y para su régimen. Y se ha comprometido tanto con esta guerra que no creo que el conflicto termine hasta que su régimen se derrumbe.
P. ¿Ve posible que eso ocurra?
R. Rusia es un país que el siglo pasado se derrumbó dos veces. En 1917 y en el colapso del 91. Y, básicamente, por las mismas razones: no se había modernizado; era demasiado autoritario; su economía estaba bajo una fuerte presión; mucha gente había dejado de creer en los poderes del Estado. Esas son normalmente las recetas para el colapso y yo diría que va en la misma dirección. Pero predecir el cuándo es imposible. Al mismo tiempo, cuando el régimen caiga va a ser un momento bastante difícil para Rusia. Habrá facciones que competirán de diferentes formas.
P. Se han visto algunos movimientos entre demócratas y republicanos en EE UU que cuestionan la ayuda militar a Ucrania. Si EE UU se plantea si es sostenible apoyarles militarmente hasta el final, ¿cómo se sitúa la UE como vecina?
R. Las encuestas de opinión en EE UU recogen que tanto entre los demócratas como entre los republicanos hay un apoyo muy fuerte para la ayuda a Ucrania. Pero la política es la política, así que algunos empiezan a maniobrar. Aun así, el apoyo estadounidense seguirá siendo sólido. Me preocupa que dentro de un año nos encontremos con una situación en la que los estadounidenses digan: “Nosotros hemos suministrado todas estas cosas, pero ¿qué habéis hecho vosotros los europeos?” Porque en este momento son los estadounidenses los que están haciendo más en términos militares y financieros. Puedo entender la parte militar porque son una superpotencia militar. Pero creo que los europeos deberían hacer más en el aspecto financiero.
P. ¿Qué más debería hacer Europa?
R. Ucrania tiene un déficit presupuestario. Se necesitan entre 3.000 y 5.000 millones de euros al mes. Si les obligamos a pagar eso imprimiendo dinero, habrá hiperinflación y muchos problemas. Es mucho dinero, pero en relación con la economía europea, es una suma muy pequeña. El Consejo Europeo ha hablado ahora de 1.500 millones al mes. Considero que al menos deberíamos duplicar esa cantidad.
P. ¿Hay algún indicio desde que el nuevo Gobierno tomó posesión en Suecia de que Turquía esté dispuesta a aprobar la adhesión del país a la OTAN?
R. Creo que nuestro nuevo primer ministro [Ulf Kristersson, del Partido Moderado, el mismo que Bildt] y el presidente [de Turquía, Recep Tayyip] Erdogan se reunirán en las próximas semanas. Erdogan se ha quejado de que no hemos sido lo suficientemente vigilantes en la lucha contra el terrorismo. En algunos puntos no ha estado del todo equivocado. Hemos reforzado la legislación y espero que eso allane el camino para que la situación se resuelva.
P. ¿Qué opina sobre el acuerdo de gobierno con la extrema derecha de los Demócratas de Suecia?
R. Es un acuerdo sobre siete áreas. A grandes rasgos, hay bastantes puntos abiertos. El acuerdo pone a Suecia en la senda de Dinamarca en materia de migración. No tan lejos como Dinamarca, que es más dura. Pero era un ajuste necesario porque hemos tenido una de las políticas de inmigración más abiertas y liberales. Eso ha supuesto muchas ventajas para Suecia, pero también desventajas. Ahora es necesario hacer una pausa y corregir el rumbo. Y eso es lo que va a suceder.
P. En Suecia había un cordón sanitario respecto a la extrema derecha desde 2010. ¿Qué ha cambiado para que ahora se produzca este acuerdo?
R. Lo que ha ocurrido es que han obtenido un 20% en las elecciones. Eso no se puede ignorar. Y luego hubo unas duras negociaciones que permitieron llegar a un acuerdo que se consideró correcto por las diferentes partes. Es un acuerdo muy parecido a lo que hemos visto en otros países nórdicos: en Dinamarca, aproximadamente desde el año 2000, en diferentes versiones. Lo hemos visto también en Noruega. Vamos a ver cómo funciona en Suecia.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.