Denis Kataev, periodista: “Me avergüenzo de ser ruso en este momento”
El disidente, uno de los rostros de la cadena independiente Dozhd, salió de Moscú tras el inicio de la guerra y ahora emite por YouTube su programa desde París
Denis Kataev (Moscú, 37 años), periodista en la cadena de televisión independiente rusa Dozhd (Lluvia), hizo las maletas el 27 de febrero pasado, tres días después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, iniciase la invasión de Ucrania. Se subió al último avión de la compañía Aeroflot que salía de Moscú a Chipre. Y de ahí voló a París, desde donde sigue presentando un...
Denis Kataev (Moscú, 37 años), periodista en la cadena de televisión independiente rusa Dozhd (Lluvia), hizo las maletas el 27 de febrero pasado, tres días después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, iniciase la invasión de Ucrania. Se subió al último avión de la compañía Aeroflot que salía de Moscú a Chipre. Y de ahí voló a París, desde donde sigue presentando un programa por YouTube y prepara, junto a otros periodistas de Dozhd dispersos por varios países, el relanzamiento de la cadena.
Pregunta. ¿Por qué se marchó de su país?
Respuesta. Era peligroso quedarme, debido a la ley contra la libertad de prensa. Y para mi conciencia era imposible trabajar en un país agresor. La atmósfera era sofocante. Yo siempre estaba en antena, y no decía “operaciones militares especiales”: decía “guerra”. Según la ley, no puede decirse que es una guerra. El riesgo eran 15 años de prisión.
P. ¿Qué le cuentan los que se han quedado?
R. Nada ha cambiado en Moscú. Todo el mundo está en las terrazas, aprovechando el verano. Solo les preocupa el precio de los viajes, que ha aumentado después de las sanciones por la guerra, y cómo viajar al extranjero, si por Turquía o por Serbia.
P. Los rusos apoyan a Putin.
R. Hay minorías progresistas en las grandes ciudades. En Moscú, en San Petersburgo. Entre mis amigos, en mi burbuja, no conozco a nadie que apoye a Putin. Todos están contra la guerra. Pero por ahora es la voz de la propaganda de Estado lo que existe y estas personas no puede expresarse.
P. Los contrarios a Putin son una burbuja.
R. Sí, lo son. Pero también se dice que París no es Francia. Y, al mismo tiempo, siempre son los de París y Moscú los que acaban cambiando la historia. Esta guerra será el fin de Putin y su régimen. Sin duda los ucranios son las principales víctimas, pero no es solo una guerra contra Ucrania. Es una guerra contra los rusos y Rusia. Creo que hay un camino europeo para Rusia, es un camino de hace siglos.
P. ¿Dice que la guerra será el fin del régimen?
R. Sí. ¿Cuándo? No lo sé. Quizá años, semanas, días.
P. ¿Es Putin el problema? ¿O Rusia? Si mañana muere Putin, ¿no lo sustituirá otro igual?
R. No, no. Entiendo a Emmanuel Macron cuando dice que no hay que humillar a Rusia. Hay que diferenciar entre Putin y Rusia. En Francia y en España también hay una parte de la sociedad que está en contra de los valores europeos y contra la democracia. Se ha visto en las elecciones legislativas francesas, con el resultado de la extrema izquierda y la extrema derecha. Los representantes de estos campos son próximos a Putin. En Rusia los conservadores y los extremos son más fuertes que en Europa, pero también hay gente que está en contra y que apoya el camino europeo.
P. No es solo Putin, pues: le apoya la mayoría.
R. Sí. Pero en Francia y Europa no existe la propaganda de Estado. Si en Rusia cambiasen las cadenas y medios gubernamentales, cambiaría la opinión pública. Por eso, para los periodistas que nos hemos marchado es importante crear una red de periodistas independientes, con Dozhd, Novaya Gazeta, Eco de Moscú, para combatir la propaganda.
P. Usted dijo en una entrevista: “Perdónennos. Me avergüenzo”.
R. Soy ruso y me siento un poco como un antifascista en Alemania durante la II Guerra Mundial. Para las víctimas de nazismo, no había diferencia entre unos alemanes y otros: eran alemanes todos, culpables. Entiendo este sentimiento. Por eso me avergüenzo de ser ruso en este momento. Pero hay que mostrar la voluntad de los rusos que están contra la guerra, la voluntad de cambiar las cosas. Me avergüenzo, pero no he acabado de hacer mi trabajo ni he dejado de ser ruso. No tengo elección. Después de la guerra, habrá un largo camino de arrepentimiento, como en Alemania. Es nuestro deber.
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