La ministra alemana de Defensa se enfrenta a las críticas de la oposición por llevar a su hijo en un helicóptero militar

La polémica se produce a pocos días de unas elecciones regionales decisivas para los socialdemócratas de Olaf Scholz

La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, junto a soldados alemanes destinados en Mali, el pasado abril.Kay Nietfeld (Europa Press)

La socialdemócrata Christine Lambrecht, ministra de Defensa alemana, vuelve a estar en el ojo del huracán. La oposición, que la lleva atacando sin descanso desde el inicio de la invasión de Ucrania, ha encontrado un nuevo filón para criticarla: un viaje en un helicóptero del Ejército en el que llevó a su hijo Alexander, de 21 años. En Alemania los familiares pueden acompañar a los ministros en sus viajes oficiales, pero deben pagar su plaza según unas tarifas fija...

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La socialdemócrata Christine Lambrecht, ministra de Defensa alemana, vuelve a estar en el ojo del huracán. La oposición, que la lleva atacando sin descanso desde el inicio de la invasión de Ucrania, ha encontrado un nuevo filón para criticarla: un viaje en un helicóptero del Ejército en el que llevó a su hijo Alexander, de 21 años. En Alemania los familiares pueden acompañar a los ministros en sus viajes oficiales, pero deben pagar su plaza según unas tarifas fijadas. Así ocurrió en este caso, según el Ministerio de Defensa. Pero que sea legal no quiere decir que sea ético, opinan sus críticos.

El viaje se conoció hace unos días, después de que Business Insider publicara una foto que el propio Alexander había colgado en su cuenta de Instagram. En la imagen se le ve sentado en el helicóptero militar, con el cinturón puesto y mirando por la ventanilla. Lambrecht voló desde Berlín a Schlewsig-Holstein, al norte del país, para visitar a un batallón que tiene su base en la localidad de Stadum. Un viaje como otro, si no fuera por lo que hizo después. Se da la circunstancia de que Stadum está frente a la isla de Sylt, un destino vacacional en el mar del Norte, a donde la ministra y su hijo se desplazaron posteriormente para pasar unos días de descanso por Semana Santa.

Christine Lambrecht, en 2020, cuando era ministra de Justicia alemana, con su hijo Alexander en la Berlinale. MICHELE TANTUSSI (Reuters)

La prensa alemana calcula que el uso del helicóptero Cougar con el que la ministra voló a Sylt ronda los 5.000 euros la hora. Nadie pone en duda que Lambrecht pagó lo que corresponde por llevar un acompañante, pero sus adversarios políticos le echan en cara que usara medios del Ejército para un desplazamiento, al menos en parte, privado. La sospecha de que escogió la visita a ese batallón y no a otro porque está cerca de Sylt flota en muchos de los análisis que se han escrito estos días. En cuestión está también el momento en el que se tomó unas vacaciones, en plena guerra de Ucrania. La ministra de Familia, la verde Anne Spiegel, dimitió el mes pasado tras admitir que el verano pasado se fue de vacaciones una semana después de las graves inundaciones que arrasaron Renania-Palatinado, donde ella era la máxima responsable de Medio Ambiente.

El periódico sensacionalista Bild se ha cebado especialmente con la ministra, con llamativos titulares que bromean con que ha confundido la Luftwaffe (Ejército del aire) con Lufthansa (la principal aerolínea privada alemana) o que la llaman “madre helicóptero”, en un juego de palabras con la expresión que describe a los padres sobreprotectores. “Usar medios del Ejército para fines privados y partidistas es poco elegante. Debería tener más tacto”, aseguró Thorstein Frei, portavoz de la CDU en el Bundestag. “La ministra no está a la altura”, añadió.

Lambrecht ha reconocido que podría haber gestionado el viaje de otra forma, pero aseguró que lo hizo todo conforme a las normas y pidió comprensión por el hecho de querer pasar tiempo con su hijo en medio de su exigente trabajo como ministra. Lambrecht, miembro del Gobierno que encabeza el socialdemócrata Olaf Scholz, ha adquirido un enorme protagonismo desde que empezó la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero. Como máxima responsable del Ejército alemán, ha sido la encargada de explicar las decisiones sobre la ayuda militar que Berlín ha brindado a Kiev. Sus críticos la han acusado de poner trabas al envío de material. Ya antes de la guerra, cuando el Gobierno ucranio pedía armamento defensivo a Alemania ante la amenaza rusa, una de sus decisiones provocó la mofa internacional. Ante la presión, Lambrecht anunció el envío de 5.000 cascos. “¿Qué será lo siguiente que envíe Alemania para apoyarnos? ¿Almohadas?” reaccionó el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.

Los democristianos de la CDU, relegados a la oposición tras las elecciones de septiembre el año pasado, han sido especialmente incisivos con Lambrecht, una de las tres mujeres que ocupan los ministerios relacionados con la seguridad nacional. Por primera vez, el Gobierno alemán cuenta con mujeres en Defensa, Interior (Nancy Faeser) y Exteriores (Annalena Baerbock). Ellas serán las encargadas de pilotar el giro histórico en las políticas de seguridad y defensa que ha anunciado Berlín, especialmente el rearme de su Ejército. Lambrecht es uno de los miembros del Ejecutivo peor valorados por los ciudadanos, según una encuesta reciente.

Desde el principio, la oposición ha sugerido que Lambrecht no era la mejor opción para encargarse de un ministerio de ese calibre. La polémica se produce en un momento delicado para los socialdemócratas, que en unos días se enfrentan a los democristianos de la CDU en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia, el land más poblado del país. Los dos candidatos están codo con codo en las encuestas. El domingo pasado el SPD sufrió una derrota aplastante en Schleswig-Holstein y ahora busca desbancar al primer ministro conservador Hendrik Wüst.

Lambrecht, que fue ministra de Justicia en el anterior Ejecutivo de gran coalición liderado por Angela Merkel, ha viajado en más ocasiones con su hijo. Alexander la acompañó en al menos siete visitas oficiales al extranjero, según ha informado el Ministerio de Justicia. Ahora los medios sensacionalistas rebuscan en el Instagram del joven en busca de otras instantáneas y elucubran sobre si el hecho de publicar fotos en un vehículo militar puede constituir un delito.

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