Bolsonaro recibe al peruano Castillo y confirma que visitará Rusia este mes

Los presidentes celebran una cumbre bilateral pese a que el brasileño criticó la victoria del izquierdista conservador

Los presidentes Castillo, de Perú, y Bolsonaro, de Brasil, este jueves durante la cumbre bilateral que han celebrado en Porto Velho.BRAZILIAN PRESIDENCY (via REUTERS)

El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, ha recibido este jueves a su homólogo peruano, el izquierdista Pedro Castillo, para una cumbre bilateral y un almuerzo confirmados muy pocas horas antes que se han celebrado en Porto Velho, capital del Estado de Rondonia. Más allá de sus divergencias sobre el mejor modelo económico para sus países, ambos defienden postulados conservadores, populistas y son proclives a los relevos ministeriales. Los mandata...

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El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, ha recibido este jueves a su homólogo peruano, el izquierdista Pedro Castillo, para una cumbre bilateral y un almuerzo confirmados muy pocas horas antes que se han celebrado en Porto Velho, capital del Estado de Rondonia. Más allá de sus divergencias sobre el mejor modelo económico para sus países, ambos defienden postulados conservadores, populistas y son proclives a los relevos ministeriales. Los mandatarios han eludido comparecer ante la prensa tras la cumbre.

Lo tratado en la cumbre bilateral de Bolsonaro con su homólogo peruano ha sido eclipsado en cierta manera por la confirmación del viaje que tiene previsto realizar el día 14 a Moscú, una visita oficial que el brasileño mantiene pese a lo delicado del momento.

Cada día aumenta un grado más la tensión entre Moscú, por un lado, y EEUU y la OTAN por otro, en un pulso que recuerda los tiempos de la Guerra Fría. El mandatario brasileño desoye así la petición que, según el diario Folha de S. Paulo, le hizo a principios de esta semana el Gobierno estadounidense de que cancelara el viaje. Washington desea aislar diplomáticamente a Vladímir Putin y quiere evitar a toda costa un desfile de líderes extranjeros posando sonrientes con él en plena tensión prebélica en Ucrania. “Brasil es Brasil, Rusia es Rusia. Tengo una buena relación con todo el mundo. Si [Joe] Biden me invitara, iría también con gusto a Estados Unidos”, ha respondido a una pregunta sobre el asunto, informa Estadão. Más adelante, tiene previsto viajar a Hungría.

Aunque Bolsonaro criticó la victoria electoral de Castillo, las fotografías del encuentro en el que han repasado los asuntos bilaterales, sobre todo los económicos, reflejan un clima de armonía. El antiguo militar posó sonriente con el sombrero del antiguo profesor y líder sindical junto a este. Castillo, que este miércoles nombró su tercer gabinete en seis meses, no deja de acumular crisis. La última, la revelación de que su nuevo primer ministro fue denunciado por agredir a su esposa y a su hija.

El comunicado final de la cumbre incluye impulsar el comercio bilateral que suma 4.300 millones de dólares, promover las inversiones mutuas. Además, ambos mandatarios se felicitaron por haber sido invitados a iniciar las negociaciones para la entrada en la OCDE, el club de los países ricos. Es uno de los pocos tantos que la diplomacia brasileña puede apuntarse durante la presidencia de Bolsonaro, marcada por el aislamiento diplomático sobre todo desde la derrota de Donald Trump.

Antes de la reunión, Bolsonaro había detallado los temas a abordar: “Vamos a tratar temas de defensa, delitos transnacionales, comercio y la más variada cooperación posible. Ese es el espíritu de una buena relación, ambos países tenemos mucho que ganar”.

Cuando la victoria de Castillo frente a la derechista Keiko Fujimori estaba a punto de ser confirmada por el recuento, el presidente brasileño lamentó el resultado: “Ahora perdemos Perú, si un milagro no lo revierte” para apuntar acto seguido: “Mire la Constituyente de Chile”.

Elección a elección, Bolsonaro ha ido perdiendo aliados en la región: desde el argentino Mauricio Macri hasta el principal, el estadounidense Donald Trump. Y le cuesta evitar su desdén por sus homólogos izquierdistas. No estuvo en la toma de posesión de la hondureña Xiomara Castro, ni tampoco tiene previsto asistir a la del chileno Gabriel Boric.

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