El rechazo de un senador demócrata al plan de gasto social de Biden pone en peligro la agenda doméstica del presidente
El voto de Manchin resulta decisivo para la aprobación del paquete de 1,9 billones de dólares en el Senado por el empate a escaños de las dos bancadas
El senador demócrata Joe Manchin ha propinado este domingo un nuevo varapalo a los planes del presidente Joe Biden. En declaraciones al informativo Fox News Sunday, el senador, representante de la corriente centrista del partido, ha anunciado que retira su apoyo al paquete de gasto social valorado en 1,9 billones de dólares (1,6 billones de euros), uno de los dos grandes pilares de la agenda doméstica de Biden. Para no apoyar el programa, el senador por Virginia Occidental ha usado como argumento el “probable incremento del déficit” que tendrían las inversiones. Su rechazo pone en pelig...
El senador demócrata Joe Manchin ha propinado este domingo un nuevo varapalo a los planes del presidente Joe Biden. En declaraciones al informativo Fox News Sunday, el senador, representante de la corriente centrista del partido, ha anunciado que retira su apoyo al paquete de gasto social valorado en 1,9 billones de dólares (1,6 billones de euros), uno de los dos grandes pilares de la agenda doméstica de Biden. Para no apoyar el programa, el senador por Virginia Occidental ha usado como argumento el “probable incremento del déficit” que tendrían las inversiones. Su rechazo pone en peligro la aprobación del paquete, dado el empate en el Senado, donde demócratas y republicanos tienen 50 escaños cada uno.
La respuesta de la Casa Blanca ha sido inmediata. “Los comentarios del senador Manchin están en contradicción con sus discusiones de esta semana con el presidente, con el personal de la Casa Blanca y con sus propias declaraciones públicas”, ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, mediante un comunicado.
No es la primera vez que Manchin se opone abiertamente al desembolso previsto. Junto con la también senadora Kyrsten Sinema, ha sido una piedra en el zapato de la Administración Biden por su oposición a las reformas estructurales y sociales de la Casa Blanca, el mayor impulso al Estado de bienestar en más de medio siglo. “No puedo votar para sacar adelante esta legislación”, ha dicho este domingo Manchin, vinculado ―familiarmente y por el Estado al que representa― a la industria del carbón, acerca de una serie de reformas entre las que se incluye una decidida apuesta por la economía verde. “Simplemente, no puedo aceptarlo. Tengo que decir no a esta legislación. He hecho todo lo humanamente posible y todo lo que he podido”, se ha excusado Manchin en la cadena conservadora.
Manchin, de 74 años, no solo se opone a las energías limpias, sino también al permiso de maternidad ―en EE UU no está contemplado en la legislación laboral―; a la baja pagada por enfermedad; a un nuevo impuesto a los milmillonarios con el que la Administración demócrata pretende sufragar las inversiones; o, en su día, a la subida del salario mínimo a 15 dólares la hora. Junto a Kyrsten Sinema, senadora también centrista, Manchin lleva meses disparando fuego amigo contra los ambiciosos planes de Biden. El desgarro en las filas del partido quedó patente en septiembre, cuando Biden pretendía pasar página de la caótica retirada de Afganistán volcándose en su programa doméstico. Pero ahora el senador, más próximo a la bancada republicana que a sus correligionarios progresistas, deja en el limbo una iniciativa que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, su correligionario Chuck Schummer, preveía votar antes de Navidad. Las perspectivas de consenso ya habían quedado empañadas esta semana cuando el Senado suspendió la sesión sin abordar el proyecto de ley.
El plan de gasto social de Biden debe aprobarse en la Cámara alta por un método legislativo denominado “reconciliación presupuestaria”, que sólo requiere mayoría simple, en lugar de los 60 votos habituales que marca el procedimiento llamado filibusterismo. Pero dado el empate entre las bancadas, y aunque el voto de calidad de la presidenta del Senado, la vicepresidenta Kamala Harris, dirima cualquier empate, la defección de un solo demócrata haría imposible el trámite.
La industria del carbón ―y por extensión la de los combustibles fósiles―, aparte de ser un de los mayores sectores del Estado que representa Machin, es uno de los principales donantes para su campaña, según OpenSecrets, una plataforma independiente que escruta las contribuciones a los políticos estadounidenses. Manchin ha batido un récord de donaciones en el tercer trimestre del año, según los datos registrados y publicados por Financial Times. Logró 1,6 millones de dólares, frente a los 1,5 millones del segundo trimestre y los 175.000 dólares del primero.
El mes pasado, la Cámara de Representantes, la Cámara baja del Congreso, aprobó el paquete en cuestión, denominado Build Back Better (Reconstruir Mejor) por 220 votos a favor frente a 213 en contra. No hubo un solo apoyo entre la oposición republicana. La legislación, paralela a otro gran paquete para la reconstrucción y modernización de infraestructuras aprobado a principios de noviembre, contempla ampliar la cobertura de seguridad social e invertir cientos de miles de millones para luchar contra el cambio climático. Si bien, esa dotación ha debido reducirse significativamente desde la propuesta inicial de la Casa Blanca de 3,5 billones de dólares (tres billones de euros). También contiene medidas para facilitar el acceso a la atención médica y a la vivienda y para ampliar los cuidados a domicilio para las personas mayores. Es el plan más revolucionario desde los grandes programas sociales de los presidentes Franklyn D. Roosevelt y Lyndon B. Johnson.
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