Un juez ordena destruir los antecedentes de Claudette Colvin, pionera de los derechos civiles en EE UU
Hace 66 años fue detenida al negarse a cederle el asiento a una mujer blanca en un autobús de Alabama, gesto con el que se adelantó nueve meses a Rosa Parks
La mancha en el expediente juvenil de Claudette Colvin, cuya digna actitud en un autobús de Alabama, a bordo del cual se negó el 2 de marzo de 1955 a cederle el sitio a una mujer blanca, ha quedado limpia 66 años después. Un juez de Montgomery, Alabama, decretó el 24 de noviembre que ese antecedente por arresto fuera borrado, orden que se ha ejecutado este jueves. Colvin tenía 15 años cuando el conductor le exigió que se levantara de su asiento. Ahora, c...
La mancha en el expediente juvenil de Claudette Colvin, cuya digna actitud en un autobús de Alabama, a bordo del cual se negó el 2 de marzo de 1955 a cederle el sitio a una mujer blanca, ha quedado limpia 66 años después. Un juez de Montgomery, Alabama, decretó el 24 de noviembre que ese antecedente por arresto fuera borrado, orden que se ha ejecutado este jueves. Colvin tenía 15 años cuando el conductor le exigió que se levantara de su asiento. Ahora, con 82, ha conseguido que le den la razón.
Con aquel gesto, se convirtió en una pionera de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, aunque la historia no le otorgó los honores que sí obtuvo Rosa Parks, quien también escenificó ese acto de resistencia nueve meses después. La policía detuvo a la muchacha, y la acusó de violar la ordenanza de segregación de Montgomery y de agredir a un agente. La encontraron culpable de esos delitos, aunque un tribunal de apelación anuló la condena. Pese a haber pasado seis décadas, la libertad de Colvin seguía siendo condicional.
El pasado mes de octubre, inició un proceso en un juzgado de Montgomery, su localidad natal, para lograr limpiar su expediente. Sus abogados explicaron que lo hacía por “justicia”. Además, añadieron, esperaban que así se reconociera su papel crucial “en el movimiento de derechos civiles”. “No lo hago por mí, tengo 82 años”, dijo entonces. “Quiero que mis nietos y mis bisnietos comprendan que su abuela se plantó por algo importante, y que eso cambió mucho nuestras vidas, cambió las actitudes”.
El juez le ha dado la razón por entender que aquel acto ha pasado a la historia como “el gesto valiente de alguien que actuó en interés de su comunidad”.
En 1955, la organización por los derechos de los afroamericanos (NAACP) llevaba tiempo en busca de un icono que pudiera liderar la lucha contra la segregación en el transporte público. Descartaron a Colvin por por su carácter desafiante (del autobús hubo que sacarla a golpes), por su edad, y porque consideraron que una futura madre soltera como ella podía atraer demasiada atención negativa en una batalla legal pública y poca empatía de la comunidad negra conservadora y de los blancos.
La propia interesada explicó en 2009 en una entrevista en The New York Times que entendía que se hubieran decantado por Parks (ambas acabaron siendo amigas), cuya piel era más clara. “Mi madre me dijo que guardara silencio sobre lo que hice. Me dijo: ‘Deja que Rosa sea la única. Los blancos no la van a molestar, su piel les gustará más que la tuya”, contó Colvin, quien añadió: “Sabía que [Parks] era la persona adecuada”.
Colvin fue madre en marzo de 1956. Ese mismo año, se personó como una de las cuatro demandantes del caso Browder contra Gayle, que desembocó en una sentencia del Tribunal Supremo que declaró inconstitucional la segregación en el transporte público. El boicot a los autobuses de Montgomery dio alas al movimiento de derechos civiles encabezado por Martin Luther King y otros líderes de la comunidad que cambió la historia de Estados Unidos. Vive en Nueva York desde finales de los años cincuenta.
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