La indignación popular obliga al presidente de Air Canada a aprender francés
La compañía ha recibido más de 2.000 quejas en los últimos días después de que el CEO Michael Rousseau reconociera que después de 14 años, no ha tenido tiempo de aprender francés
El presidente y consejero delegado de Air Canada ha tenido que enfrentar críticas y señalamientos en días recientes. Michael Rousseau está al frente de la principal compañía aérea del país desde febrero. Sin embargo, el coro de protestas comenzó el pasado 3 de noviembre, cuando pronunció un discurso ante la Cámara de Comercio de Montreal; una alocución de 26 minutos en inglés y de solo 20 segundos en lengua francesa. Al término del...
El presidente y consejero delegado de Air Canada ha tenido que enfrentar críticas y señalamientos en días recientes. Michael Rousseau está al frente de la principal compañía aérea del país desde febrero. Sin embargo, el coro de protestas comenzó el pasado 3 de noviembre, cuando pronunció un discurso ante la Cámara de Comercio de Montreal; una alocución de 26 minutos en inglés y de solo 20 segundos en lengua francesa. Al término del evento, un grupo de periodistas le preguntó por qué no habla francés a pesar de vivir en la metrópoli de Quebec desde hace 14 años. Rousseau señaló -entre otros puntos y en inglés- que sus múltiples ocupaciones se lo han impedido. Air Canada opera bajo reglamentación federal, en la que el bilingüismo canadiense resulta fundamental; al menos, en el papel.
Las reacciones no demoraron. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, declaró: “Me parece que es una situación inaceptable”. Por su parte, François Legault, primer ministro de Quebec, señaló: “Es un insulto. Espero que se disculpe y que aprenda francés”. Legault agregó que le parecía inconcebible por parte de un dirigente de una empresa afincada en Quebec. El cuartel general de la compañía está ubicado en Montreal. De acuerdo al diario La Presse, la firma aérea hizo caso omiso a las recomendaciones del Gobierno quebequés y del Comisionado de lenguas oficiales de Canadá de pronunciar el discurso en ambos idiomas. En Ottawa, el Nuevo Partido Democrático y el Bloque Quebequés exigieron la dimisión de Rousseau.
Michael Rousseau nació en Cornwall (provincia de Ontario). Graduado en contabilidad en la Universidad York, comenzó su carrera en Air Canada en 2007 tras haber laborado en la compañía Hudson’s Bay. Su madre y su esposa, según afirmó, hablan francés. Rousseau publicó el 5 de noviembre un mensaje en Twitter, señalando que en ningún momento quiso faltar al respeto a los quebequeses y a los francófonos de otros puntos del país. Además, se comprometió a “mejorar” su nivel de francés, idioma que definió como de “uso común” en Quebec. Simon Jolin-Barrette, ministro quebequés de la lengua francesa, respondió rápidamente: “El francés en Quebec no es solo el idioma común. Es el idioma oficial”. El Gobierno de François Legault presentó hace unos meses una iniciativa parlamentaria para reforzar dicha lengua en comercios y espacios de trabajo. Organismos anglófonos de Quebec, críticos de algunos puntos de este proyecto, han subrayado que no comulgan con el proceder de Michael Rousseau.
Chrystia Freeland, ministra canadiense de Finanzas y viceprimera ministra, envió este lunes una carta a la junta directiva de Air Canada. En la misiva, Freeland solicitó que las competencias en francés de Rousseau formen parte de la evaluación en su desempeño anual. También manifestó que la firma debe poner especial atención a sus políticas y prácticas en materia de bilingüismo. El Gobierno canadiense posee el 6% de las acciones de Air Canada; la compañía tiene un valor bursátil de 9.460 millones de dólares canadienses (unos 7.600 millones de dólares estadounidenses).
Air Canada y Michael Rousseau publicaron comunicados este martes en respuesta a la carta de Freeland. La empresa accedió a que el presidente y consejero delegado sea sometido a dicha evaluación; también se comprometió a velar más por el uso del francés en las actividades de la empresa. El Comisionado de lenguas oficiales de Canadá indicó que acoge, en promedio, unas 80 quejas anuales relacionadas con la compañía aérea, pero que ha recibido más de 2.000 en los últimos días por la polémica que envuelve a Michael Rousseau. Por su parte, Rousseau informó que ya está recibiendo lecciones “privadas” e “intensivas” de francés. En caso de que Air Canada decida prescindir de sus servicios, el ejecutivo tendría que recibir una indemnización de 5,4 millones de dólares canadienses (unos 4,3 millones del país vecino).
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