El kirchnerismo plebiscita su gestión en las elecciones primarias de Argentina
El electorado vota este domingo para habilitar a los candidatos para el Congreso argentino en una jornada obligatoria y abierta que funciona de facto como un referendo
Argentina celebra este domingo un original experimento electoral. La ciudadanía elige a los candidatos a diputados y senadores de los partidos para las legislativas del 14 de noviembre, pero el carácter abierto, obligatorio y simultáneo de las PASO, como se llaman, convierte a la jornada en un referendo sobre la gestión del Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Sin mucho que perder, los argentinos pondrán en evidencia su humor social, agotados como están por las restricciones de la pandemia y una crisis e...
Argentina celebra este domingo un original experimento electoral. La ciudadanía elige a los candidatos a diputados y senadores de los partidos para las legislativas del 14 de noviembre, pero el carácter abierto, obligatorio y simultáneo de las PASO, como se llaman, convierte a la jornada en un referendo sobre la gestión del Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Sin mucho que perder, los argentinos pondrán en evidencia su humor social, agotados como están por las restricciones de la pandemia y una crisis económica que parece no tener fin.
Los colegios electorales abrieron sus puertas a las ocho de la mañana y las mantendrán así hasta las seis de la tarde, con medidas extraordinarias por la pandemia de covid-19. Hasta esa hora, los argentinos están convocados a definir en las urnas los candidatos que se postularán a los 127 escaños en juego en la Cámara de Diputados y a los 24 en el Senado, la mitad y un tercio de cada cámara, respectivamente. El peronismo en el poder ha tomado nota de la importancia del resultado y presenta un solo candidato en 18 de los 24 distritos del país. La oposición liberal, representada por la alianza Juntos por el Cambio fundada por el expresidente Mauricio Macri, solo va unida en seis. El peronismo se ha protegido para no perder el pulso en este día de plebiscito nacional.
El presidente Alberto Fernández pone mucho en juego en esta elección. Los votantes evaluarán su gestión de la pandemia y, sobre todo, la marcha de la economía, donde la Casa Rosada no tiene mucho para ofrecer. El PIB cayó 9,9% el año pasado, el mayor derrumbe en casi dos décadas, producto de las restricciones impuestas contra el coronavirus. La emergencia sanitaria encontró a Argentina con dos años de recesión acumulada y su deuda externa en cesación de pagos. Sin crédito, el Gobierno se vio obligado a emitir dinero para financiar la estrategia contra la covid-19 y sostener con cheques públicos a empresas cerradas y empleados confinados. La inflación supera el 50% anual. Sin estadísticas en verde, la campaña oficial se ha concentrado en prometer un rápido regreso a la normalidad (el lema es “la vida que queremos”).
Los sondeos marcan un retroceso del Frente de Todos respecto de la última elección, en 2019, cuando Alberto Fernández obtuvo en la primera vuelta con el 47% de los votos, contra el 41% que sumó Mauricio Macri, que iba por la reelección. Juana Vázquez, jubilada, asegura que se mantendrá fiel al peronismo: “La pandemia fue un desastre no solo acá, en todo el mundo, pero nosotros teníamos la crisis y la deuda que había dejado Macri. Este año vamos a salir”, dice, optimista, en el acto de cierre de campaña de la coalición oficialista.
Otros votantes del Frente de Todos en 2019 planean ahora darle la espalda. Es el caso de Mariano, funcionario estatal de 39 años que prefiere no dar su apellido. “Durante la pandemia tuvieron recursos paralizados, recursos que eran necesarios y que podían ayudar a la población, pero nos obligaron a quedarnos en casa y ahora están haciendo que vuelva todo sólo para la foto, porque vienen las elecciones”, critica. “Hubo gente que se murió, pero los que no se murieron tienen que comer. El Gobierno está repartiendo chapas [para techar casas] y la gente las vende para poder comer. Y el Estado no sé, no lo ve o no lo quiere ver”, se desespera. Le gustaría no tener que acercarse a las urnas esta vez, pero lo hará por ser obligatorio.
La oposición espera beneficiarse del descontento generalizado, pero ha mantenido apartado a Macri, quien no se recuperó de la derrota de 2019 y hoy es una figura refractaria dentro de su coalición. Apenas ha aparecido durante la campaña electoral de estos comicios, mientras todos miran al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Sin ser candidato, Rodríguez Larreta ha colocado fichas propias en su distrito y en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% del electorado nacional. Si sus precandidatos hacen una buena elección, Rodríguez Larreta emergerá como la figura más presidenciable de Juntos por el Cambio.
En la vereda de enfrente, el presidente Alberto Fernández hace el equilibrista para mantener unido al peronismo que lo acompaña. La figura más relevante de esa red es sin duda la expresidenta y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Si hace dos años fue ella quien encumbró a Fernández a la Casa Rosada, hoy ha medido con precisión su participación en la campaña. Solo en el cierre pareció ponerse sobre los hombros el destino del oficialismo en las urnas, temerosa de que un desastre en las primarias ponga en riesgo en noviembre el control que la coalición oficialista tiene en el Congreso.
En este duelo entre Macri y Kirchner está la clave de esta elección, según el analista político Jorge Giacobbe, director de Giacobbe y Asociados. “Los dos grandes espacios políticos de la Argentina están en un momento vital de su historia”, dice. “El Frente de Todos sabe que tiene un problema y trata de retener el 35% de los votos, que es su núcleo duro. Entiende que el 48% de 2019 no fue la suma de las partes y que este domingo puede perder 13 puntos. Por otro lado, Juntos por el Cambio está matando al padre. Como Macri se sale de la pelea, el resto se da cuenta de que en [las presidenciales de] 2023 habrá una posibilidad y todos quieren presentarse como candidatos en esta elección. Pero el nombre que organiza todo sigue siendo Cristina Kirchner, esa es la grieta argentina: es Cristina Kirchner o no es Cristina Kirchner”, explica.
“El domingo se vota el poder territorial, el control de lo público y la suerte de los dirigentes”, resume el periodista y consultor político Ignacio Zuleta. “Si a Cristina Kirchner le va mal, se acelera su alejamiento de la política. Si no hace una buena elección que sostenga su poder en el Senado [en Argentina, el vicepresidente preside la Cámara alta], sus socios Alberto [Fernández] y Sergio Massa [presidente de la Cámara de Diputados] la van a ir apartando del escenario, porque es un elemento que complica la relación con la sociedad”, explica.
¿Pueden las elecciones PASO resolver el entuerto? Solo en parte, porque los resultados de este domingo no necesariamente se replicará en la elección definitiva por el Congreso, cuando el resultado sí será a todo o nada. Giacobbe hace cálculos. “Es tradición que en las primarias vote entre 6 y 8% votos menos de gente, al que se sumará ahora un ausentismo del 10%, producto de la pandemia. Otros cuatro puntos votarán por candidatos que no llegarán al piso del 1,5% que exige la ley para seguir en carrera. Es decir, que habrá más de 20% de gente que no votó o que se quedó sin opciones para noviembre. Ese grupo definirá el próximo Congreso”, explica.
De este juego de porcentajes saldrá el mapa político de los próximos dos años de gestión peronista. Alberto Fernández medirá las consecuencias de sus errores o aciertos, el kirchnerismo el peso real de su figura más importante y el massismo si será o no una opción de poder en el fututo. En la oposición, el resultado pondrá en su sitio al expresidente Mauricio Macri y definirá los nombres que darán la batalla futura por la Casa Rosada.
Se conocerá también cuánta trascendencia tienen incipientes experimentos de extrema derecha. Javier Milei, un economista que defiende a Jair Bolsonaro o Donald Trump, hará una buena elección en la ciudad de Buenos Aires, pero su relevancia nacional es aún una incógnita. En cualquier caso, habrá resultados este mismo domingo y el lunes todos encontrarán motivos para celebrar. “Aceptarán el resultado, se servirán una copa y seguirán viviendo pacíficamente”, asegura Ignacio Zuleta. Así de original es este experimento electoral argentino.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.