Grupos armados provocan el desplazamiento de 3.700 campesinos en el municipio colombiano de Ituango
Los campesinos de esta zona viven en un eterno éxodo. Esta vez huyen del grupo paramilitar Clan del Golfo y de las disidencias de las FARC
Ituango es una población de Antioquia, en la cordillera occidental de Colombia, que es sinónimo de éxodo interminable que enfrentan sus pobladores, que han vivido en un eterno desplazamiento por diferentes grupos armados. Esta vez, más de 3.700 campesinos huyen de la muerte decretada por el grupo paramilitar del Clan del Golfo y las disidencias de las FARC. En chivas (autobuses) o a pie, con sus colchones y mascotas, lo hacen en medio de fuertes lluvias que han destruido las ya maltrechas vías de la pobla...
Ituango es una población de Antioquia, en la cordillera occidental de Colombia, que es sinónimo de éxodo interminable que enfrentan sus pobladores, que han vivido en un eterno desplazamiento por diferentes grupos armados. Esta vez, más de 3.700 campesinos huyen de la muerte decretada por el grupo paramilitar del Clan del Golfo y las disidencias de las FARC. En chivas (autobuses) o a pie, con sus colchones y mascotas, lo hacen en medio de fuertes lluvias que han destruido las ya maltrechas vías de la población.
Desde el municipio, sus líderes lanzan un SOS desesperado y piden al Gobierno de Iván Duque que reaccione ante la crisis humanitaria que viven. El desplazamiento comenzó el jueves 22 de julio, pero no fue hasta este lunes en la tarde logró aterrizar un helicóptero de la Gobernación de Antioquia y del Ejército con alimentos y frazadas. “Los campesinos están albergados en los colegios y ya hay desabastecimiento de alimentos y de colchones”, cuenta desde la población el líder comunitario, Edwin Úsuga. El líder agrega que hay un brote de covid-19 en uno de los albergues y temen que pueda expandirse.
No está claro aún qué ocasionó la orden de desplazar a los campesinos. No se han registrado combates en la zona, pero el riesgo estaba advertido. La Defensoría del Pueblo de Colombia había expedido una alerta temprana, mecanismo para llamar la atención de las autoridades, sobre las amenazas contra sus pobladores que van desde ser asesinados, desaparecidos, desplazados, confinados y obligados a ejecutar trabajos forzosos. “El escenario de riesgo se configura a partir de la expansión y accionar de las AGC [Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo], la presencia de otras estructuras ilegales presuntamente asociadas con el Bloque Virgilio Peralta Arenas y la expansión y accionar del Frente 18 Román Ruíz”, se lee en el documento de la Alerta temprana que hace referencia a los diferentes grupos armados que operan en la zona.
Los campesinos han optado por el desplazamiento para salvar su vida. Y no es la primera vez que lo hacen. Desde la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC se han presentado cinco éxodos masivos que han aumentado el número de víctimas. El último, ocurrido en febrero de este año, afectó a las mismas veredas que hoy se desplazan. En ese momento, los campesinos regresaron a pesar de no tener las garantías para su retorno y ahora vuelven a dejarlo todo.
De acuerdo con la ONG Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (Coeruropa), el crecimiento y poder de esos grupos tiene que ver con el “incumplimiento premeditado de los Acuerdos de Paz en esta región”. “Pese a los múltiples llamados que han realizado líderes y lideresas de Ituango, el Gobierno nacional y local siguen haciendo caso omiso al reclamo de nuestro derecho a la paz”, aseguró la ONG en un comunicado.
Ituango es un municipio cafetero, de topografía intrincada y apetecida por los grupos armados como ruta de narcotráfico. Su historia es también la del círculo vicioso de la guerra en Colombia. En la década de los ochenta tenía presencia la guerrilla de las FARC; a finales de los noventa las Autodefensas disputaron el territorio y cometieron las masacres de El Aro y La Granja, cuando 200 paramilitares torturaron y asesinaron a 15 campesinos en las calles del municipio.
Los grupos paramilitares se desmovilizaron en 2004 pero se reciclaron con otros nombres. También lo hicieron las FARC en 2016, después de años de dominar el territorio. Y ahora las disidencias de esa guerrilla, integradas por aquellos que no se sumaron al proceso de paz, se pelean el territorio con grupos como el Clan del Golfo o las Autodefensas Gaitanistas. Sus objetivos son los campesinos y los excombatientes que se mantienen firmes en el proceso de paz.
En la zona se instaló uno de los Espacios Territoriales de Capacitación (ETCR), donde los exguerrilleros de las FARC debían hacer su tránsito de reinserción a la sociedad. Pero ante el asesinato de al menos 15 de ellos, además de varios de sus familiares, 100 excombatientes tuvieron que desplazarse. En julio de 2020, el Gobierno de Iván Duque los reubicó en otro municipio, a unas 20 horas de Ituango, para continuar con su proceso de reincorporación.
Desde ese momento, varios pobladores de Ituango temían que una vez se hiciera el traslado, se llevarían también el puesto de salud, y el Estado volvería a abandonarlos a su suerte. Para Coeuropa, “desde mediados de los años 90 no se veía una situación tan compleja”. Por eso instan a que el Estado brinde asistencia humanitaria y que dé garantías para que los campesinos puedan retornar con seguridad. Para la ONG, no hay una intención de “impedir que se repitan estos hechos de violencia”.
El gobernador de Antioquia, Luis Eduardo Suárez anunció una recompensa de 50 millones de pesos (casi 13.000 dólares) para quien ofrezca información de alias ‘Camilo’, el hombre al que han identificado como responsable del desplazamiento. Sin embargo, en una población con el miedo enquistado, esto no se ve como una solución. “Hay también un problema de ausencia mínima del Estado y por lo tanto, desconfianza. Que tanta gente haya salido corriendo habla de que hay un miedo muy latente y generalizado”, explica el líder desde la población.
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