Cuba vive las mayores protestas contra el Gobierno desde la crisis de los años noventa
Miles de personas en todo el país se manifiestan contra el Ejecutivo, empujadas por la grave escasez y las penurias que vive la isla, agravadas por la pandemia; hay más de un centenar de detenidos
Las calles de La Habana y de varias ciudades y pueblos de Cuba vivieron este domingo las mayores manifestaciones contra el Gobierno desde el maleconazo de 1994, durante el llamado Periodo Especial, cuando cientos de cubanos salieron a protestar por la precaria situación económica en vísperas del estallido de la crisis de los balseros. El detonante del plantón de este domingo, en el que participaron miles de p...
Las calles de La Habana y de varias ciudades y pueblos de Cuba vivieron este domingo las mayores manifestaciones contra el Gobierno desde el maleconazo de 1994, durante el llamado Periodo Especial, cuando cientos de cubanos salieron a protestar por la precaria situación económica en vísperas del estallido de la crisis de los balseros. El detonante del plantón de este domingo, en el que participaron miles de personas en todo el país y se saldó con centenares de detenidos, fue la grave escasez y las penurias que sufren los habitantes de la isla, agravadas por los efectos de la pandemia. Inusuales gritos de “libertad” y “abajo la dictadura” se pudieron escuchar en La Habana Vieja y otros lugares de Cuba, amplificados por las redes sociales, que en los últimos meses han sacudido el panorama político del país caribeño.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, salió de inmediato en la televisión culpando a Estados Unidos y a su política de embargo del empeoramiento de la situación económica y de alentar las protestas: “Estamos convocando a todos los revolucionarios, a todos los comunistas, a que salgan a las calles y vayan a los lugares donde vayan a ocurrir estas provocaciones”, dijo en referencia a las protestas.
La chispa comenzó el domingo en el pequeño poblado habanero de San Antonio de los Baños, donde cientos de personas se echaron a la calle para protestar por los largos apagones de electricidad y para exigir a las autoridades que les vacunen contra la covid-19. Poco después, sin embargo, sus demandas se convirtieron en gritos de “libertad” y exigencias de cambios políticos. La protesta llegó en pocos minutos a Facebook y se difundió en vivo, generando convocatorias de más manifestaciones en las redes. Díaz-Canel se trasladó a San Antonio de los Baños al mediodía y recorrió el pueblo, habló de la difícil situación epidemiológica que vive el país y de los esfuerzos del Gobierno para hacerle frente. En los últimos días se han multiplicado exponencialmente los casos positivos de la covid-19 y los fallecidos por la pandemia, poniendo a provincias como Matanzas al borde del colapso sanitario.
El presidente cubano advirtió de que si “hay personas con insatisfacciones legítimas por la situación que están viviendo, y también revolucionarios confundidos”, al mismo tiempo “hay oportunistas, contrarrevolucionarios y mercenarios pagados por el Gobierno de EE UU para armar este tipo de manifestaciones”.
Fue entonces cuando dijo que no “se permitirán provocaciones” y pronunció la famosa frase que era un mantra de Fidel Castro: “La calle es de los revolucionarios”. “Aquí ningún gusano ni contrarrevolucionario va a tomar las calles”, dijo, y exhortó a frenar “las campañas mediáticas” y a que “el pueblo no se deje provocar”. Es decir, a la calle los fieles a combatir las protestas.
Salieron pronto noticias en Internet de manifestaciones simultáneas en el pueblo oriental de Palma Soriano, en Santiago de Cuba, en Alquízar y en otros lugares, algo absolutamente inédito en Cuba, y también hubo una convocatoria frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), en el barrio capitalino del Vedado, de algunos miembros del 27-N, el grupo de artistas que a finales del año pasado se manifestó frente al Ministerio de Cultura pidiendo libertad de expresión y el cese del hostigamiento contra los creadores contestatarios y disidentes. La sentada en el ICRT, en la que participaron decenas de personas, produjo una contramanifestación que acabó en acto de repudio y el arresto de todos los que protestaban.
A esa misma hora, varios miles de personas se concentraron también en el parque de la Fraternidad, cerca del Capitolio, en La Habana Vieja. Los asistentes habían visto la convocatoria a la protesta en las redes sociales. En poco tiempo, se reunieron allí varios miles de personas, manifestantes, curiosos y grupos de defensores de la revolución. Unos gritaban “Libertad” y “Patria y vida” —la canción hecha por un grupo de artistas cubanos radicados en Miami y en la isla que ha retado al Gobierno de La Habana—. Los otros coreaban “Viva la revolución” y “Patria y Fidel”.
Los detenidos por la policía fueron más de un centenar, todos de los del primer bando que exige más libertad. Hubo golpes a vehículos policiales cuando se llevaban a alguien, un fotógrafo español de la Associated Press (AP) fue agredido por agentes del orden en medio del bullicio. En Cárdenas, uno de los pueblos más afectados por el actual brote de coronavirus, llegaron a volcar una patrulla policial. En el trasfondo, el gran descontento popular por la crisis que atraviesa el país, con colas de horas para comprar artículos de primera necesidad y una agudísima situación de escasez de medicamentos.
Después de recorrer las calles de San Antonio de los Baños, Díaz-Canel fue a la televisión cubana y habló de lo que estaba sucediendo. Afirmó que el hilo conductor de todo, más allá de las graves dificultades derivadas de la ineficiencia de la economía cubana, era el recrudecimiento del embargo estadounidense. “Empezaron a recrudecer una serie de medidas restrictivas, de recrudecimiento del bloqueo, de persecución financiera en contra del sector energético con el objetivo de asfixiar nuestra economía, y que eso provocara el anhelado estallido social masivo que siembre las posibilidades para, con toda la campaña ideológica que se ha hecho, poder llamar a la intervención humanitaria que terminan en intervenciones militares y en injerencias”.
Mencionó la situación dificilísima que atraviesa la provincia de Matanzas, con una tasa de más de 1.300 infectados por cada 100.000 habitantes en los últimos 15 días, que ha provocado la toma de medidas de emergencia, como que el Gobierno haya mandado allí a miembros de las brigadas médicas Henry Reeve, que Cuba habitualmente envía a misiones internacionales cuando hay catástrofes humanitarias. Nunca antes se habían desplegado dentro del país. “De manera muy cobarde, sutil y oportunista y perversa, a partir de las situaciones más complicadas que hemos tenido en provincias como Matanzas y Ciego de Ávila, estos que siempre han estado aprobando el bloqueo y que sirven como mercenarios de la calle del bloqueo yanqui, empiezan a aparecer con doctrinas de ayuda humanitaria y de corredor humanitario”, aseguró.
Reflejo de la preocupación oficial que suscitaron las manifestaciones del domingo, tras el discurso de Díaz-Canel la televisión cubana emitió un programa en vivo en el que conectó con todas las provincias del país mostrando declaraciones de apoyo a la revolución y asegurando que todo lo sucedido era producto de la subversión alentada desde Estados Unidos, amplificada por las redes sociales. Por la noche, en las calles más calientes de La Habana, se desplegó un amplio operativo policial. Por si acaso.
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