La Eurocámara bloquea el acuerdo de inversión con China por las sanciones a cinco eurodiputados
Las primeras dificultades para ratificar el pacto surgen apenas seis meses después de su firma
El acuerdo de inversiones de la Unión Europea con China apenas ha tardado seis meses en quedar en punto muerto. El Parlamento Europeo decidió este jueves bloquear la ratificación del pacto que Bruselas y Pekín alcanzaron en diciembre por las sanciones impuestas recientemente sobre cinco eurodiputados. La Eurocámara sacó adelante una resolución que tacha esas represalias como “parte de una amenaza totalitaria”, con 599 votos a favor, 30...
El acuerdo de inversiones de la Unión Europea con China apenas ha tardado seis meses en quedar en punto muerto. El Parlamento Europeo decidió este jueves bloquear la ratificación del pacto que Bruselas y Pekín alcanzaron en diciembre por las sanciones impuestas recientemente sobre cinco eurodiputados. La Eurocámara sacó adelante una resolución que tacha esas represalias como “parte de una amenaza totalitaria”, con 599 votos a favor, 30 en contra y 58 abstenciones. El texto denuncia de nuevo las “violaciones de los derechos fundamentales y humanos” en China, a la que urgió a cumplir con las convenciones internacionales que prohíben los trabajos forzosos.
La Comisión Europea ya preveía que la ratificación del acuerdo inversor con China iba a requerir un largo y arduo proceso en la Eurocámara, pero no calculaba que iba a descarrilar tan pronto. El Parlamento Europeo lanzó un potente mensaje a Pekín: sin levantar antes las sanciones a cinco de sus miembros ni siquiera examinarán el contenido del pacto. Pekín castigó a esos cinco diputados —entre ellos el jefe de la delegación de la Cámara para ese país, el alemán Reinhard Butikofer (Los Verdes)— después de que la UE decidiera aprobar las primeras sanciones a China por las violaciones de derechos humanos contra la minoría uigur en Xinjiang.
La eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero, miembro de la comisión de Comercio, explica que la resolución viene a dar respuesta a ese nuevo contexto creado en marzo. “Queremos mandar un mensaje nítido sobre la necesidad de que China adopte e implemente las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo sobre empleo infantil y forzoso, negociación colectiva y libre asociación. El Parlamento Europeo tiene claro que no va a ceder en eso”, sostiene Rodríguez-Piñero, quien considera que la Eurocámara no puede examinar el acuerdo de inversiones mientras pesen sanciones sobre varios de sus miembros. Además de esos parlamentarios, China aplicó represalias a otros cinco funcionarios europeos y a cuatro entidades, entre ellas el subcomité de Derechos Humanos de la Eurocámara.
La resolución, en concreto, recoge que para el Parlamento está “justificado el bloqueo del examen del acuerdo”, así como “cualquier debate sobre su ratificación” debido a “las sanciones chinas en vigor”. Y le pide a Pekín que levante ese castigo si quiere que entren a evaluar el contenido del pacto, sin que ello prejuzgue el resultado final. “El Parlamento tendrá en cuenta la situación de los derechos humanos, también en Hong Kong, cuando se le pida que lo apruebe”, agrega. “El acuerdo está definitivamente en el congelador. China calculó mal y se pegó un tiro en el pie”, afirmó Butikofer a través de su cuenta de Twitter.
La Eurocámara considera que China es la primera interesada en sacar adelante ese acuerdo para atar a la UE como socio ante la constatación de que el presidente de EE UU, Joe Biden, no ha emprendido una política más complaciente respecto a Pekín. Y pese al interés de Berlín por cerrar el acuerdo, desde que Bruselas cerrara el pacto en diciembre las relaciones no han hecho sino deteriorarse, hasta el punto de que el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, el pasado mes de abril afirmó en una entrevista a EL PAÍS: “Las sanciones de represalia contra los miembros del Parlamento Europeo [tras las adoptadas por la UE] no facilitarán el proceso”. La relación de Estados Unidos con la UE ha evolucionado justo en la dirección inversa, y Bruselas se ha comprometido a abordar con Washington las malas artes comerciales en el tablero mundial.