La retirada parcial de Argentina congela Mercosur
La Casa Rosada anuncia que no participará de las negociaciones comerciales que sus socios impulsan con terceros países
Mercosur ha quedado paralizado. Luego de la acelerada que supuso la firma, el año pasado, de un acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (pendiente de ratificación), la consolidación del bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay está en un limbo. La Casa Rosada comunicó el viernes por la noche que se baja de las negociaciones por nuevos TLC que sus socios insisten en impulsar con Corea...
Mercosur ha quedado paralizado. Luego de la acelerada que supuso la firma, el año pasado, de un acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (pendiente de ratificación), la consolidación del bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay está en un limbo. La Casa Rosada comunicó el viernes por la noche que se baja de las negociaciones por nuevos TLC que sus socios insisten en impulsar con Corea del Sur, Canadá, India, Líbano y Singapur. La Cancillería argentina dijo que el mundo está patas para arriba y que es momento de ocuparse de los devastadores efectos que la pandemia tendrá sobre las economías domésticas. Paraguay, que ejerce la presidencia pro tempore del bloque, advirtió que los socios “evaluarán las medidas jurídicas, institucionales y operativas” necesarias para no afectar las negociaciones en curso.
Argentina tomó la decisión de salirse de las mesas negociadoras tras un encuentro virtual de coordinadores nacionales. Allí, pidió congelar las conversaciones con terceros países hasta nuevo aviso. Pintó a sus socios un panorama desolador, donde “los organismos internacionales predicen la caída del PIB en los países de mayor desarrollo, una disminución brusca del comercio global de hasta un 32% y un impacto imprevisible en la sociedad”, según el contenido del encuentro que difundió la Cancillería en un comunicado. Dijo entonces que el Gobierno de Alberto Fernández se ha puesto como prioridad ante la pandemia la protección de las empresas locales y los más pobres. Y lanzó enseguida el dardo de la discordia: “Lo hace a diferencia de las posiciones de algunos socios, que plantean una aceleración de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros”.
Brasil, Paraguay y Uruguay respondieron que de ninguna manera congelarían las negociaciones con esos países, y Argentina pegó el portazo. De mar de fondo están las grandes diferencias ideológicas entre Fernández y sus pares de Mercosur, que con matices propios predican la apertura comercial y el libre mercado. El peronista no tiene relación con el brasileño Jair Bolsonaro, a quien no ha visto en persona tras cuatro meses en la Casa Rosada, y mantiene una distancia cordial con el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo Benítez. Pasaron los tiempos en que Mauricio Macri se fundía en abrazos con Bolsonaro para celebrar el acuerdo Mercosur – Unión Europea.
Buenos Aires ha dicho que ese TLC seguirá en marcha, pero nada más. La reacción de los socios fue diplomática. El canciller uruguayo, Ernesto Talvi, deseó a Argentina “un pronto regreso a la mesa” porque “juntos somos más”. Paraguay, en tanto, dijo que analizará los mecanismos legales necesarios para que las negociaciones sigan en marcha. Sucede que la decisión argentina deja en un limbo cualquier avance. Sin la firma de los cuatro miembros, cualquier acuerdo no será válido. Es posible entonces que la crisis acelere otros temas pendientes, como una flexibilización de las normas que prohíben a los integrantes del Mercosur firmar acuerdos bilaterales sin el visto bueno del resto. No hubo reacciones desde Brasil.
En el frente interno argentino, las respuestas fueron menos medidas. El macrismo repudió de inmediato la decisión de la Casa Rosada y la comparó con “los modelos nacionalistas como los ocurridos en la debacle de 1929, que arrasó gran parte de la economía mundial y desembocó en la tragedia de la Segunda Guerra Mundial”. En un texto que lleva la firma de la dirección de la alianza que impulsó la reelección fallida de Macri, los principales referentes opositores acusaron a Fernández de usar la pandemia como “excusa” para “frenar negociaciones de largo plazo. “La negociación por la deuda y sus dificultades tienen el efecto contrario. Argentina abriendo nuevos mercados ayuda, no entorpece la negociación”, dijeron. Hasta nuevo aviso, las relaciones exteriores del Cono Sur están en suspenso.
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