May pide a la UE una alternativa a su plan “inviable” para la frontera con Irlanda del Norte

La primera ministra británica exige a Bruselas que modifique su posición para lograr desatascar uno de los escollos clave de las negociaciones del Brexit

La primera ministra británica, Theresa May, ofrece un discurso este viernes en Belfast (Irlanda del Norte).Charles McQuillan (Getty )

A solo ocho meses de la fecha en la que se consumará la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la línea de 500 kilómetros que separa Irlanda del Norte –territorio británico–, y la República de Irlanda –país miembro de la UE– , se consolida como el obstáculo más peliagudo del divorcio."No hay más que hablar con los negocios situados cerca de la frontera, como hice yo ayer [este jueves], para comprobar que la noción de ...

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A solo ocho meses de la fecha en la que se consumará la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la línea de 500 kilómetros que separa Irlanda del Norte –territorio británico–, y la República de Irlanda –país miembro de la UE– , se consolida como el obstáculo más peliagudo del divorcio."No hay más que hablar con los negocios situados cerca de la frontera, como hice yo ayer [este jueves], para comprobar que la noción de una frontera rígida es casi inconcebible”, ha asegurado este viernes en Belfast la primera ministra británica, Theresa May, en el marco de una visita de dos días a Irlanda del Norte, donde ha aprovechado para pedir a la UE una alternativa a su "inviable" plan en este territorio.

Aunque las dos partes están de acuerdo en la necesidad de evitar una frontera rígida entre ambos territorios, los limitados avances en la negociación de los términos para lograrlo de momento no han dejado satisfecho a nadie. “Durante el referéndum, ambas campañas coincidimos en que la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda debe permanecer absolutamente inalterada”, ha afirmado May el mismo día que la UE ha vuelto a mostrar su desacuerdo con la iniciativa británica de evitar los controles de mercancías entre las dos Irlandas, por la que Londres se garantizaría un acceso ilimitado al mercado único sin aceptar las reglas del juego.

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La premier volvió a mostrar su rechazo al borrador presentado por Bruselas en mayo, que planteaba la opción de que Irlanda del Norte permanezca dentro de la unión aduanera, con total alineación regulatoria y bajo el control del Tribunal de Justicia de la UE, si no emerge otra fórmula factible. Algo que, según May, crearía una frontera regulatoria y aduanera en el mar de Irlanda que no está dispuesta a considerar: “Cualquier acuerdo que alcancemos con la UE tendrá que permitir el movimiento sin trabas de bienes a través de la frontera de Irlanda del Norte. Es igualmente claro que nunca podríamos aceptar que la manera de evitar una frontera rígida con Irlanda sea creando una nueva frontera dentro de Reino Unido”. Y añadió que eso supondría “una violación del espíritu del Acuerdo de Belfast” y “una amenaza a la integridad constitucional” británica.

La líder conservadora, que se reafirmó en el compromiso alcanzado en diciembre con la UE de “incluir una barrera de contención legalmente operativa en el acuerdo de salida”, aseguró que su libro blanco (el plan para el Brexit que publicó la semana pasada y que propone, entre otras medidas, un área de libre comercio en bienes y productos agrícolas entre Reino Unido y la UE) ofrece una “opción creíble” para desatascar las negociaciones. Y colocó la pelota en el tejado de Bruselas: “Ahora le toca a la UE responder. No sencillamente apoyarse en posiciones anteriores que ya han demostrado ser inviables, sino evolucionar en su posición de la misma forma. Y, sobre esa base, estoy deseosa de retomar un diálogo constructivo”.

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