El Parlamento alemán da luz verde al cuarto mandato de la canciller Merkel

La líder cristianodemócrata dirigirá una nueva gran coalición, seis meses después de las elecciones

Merkel, junto a los líderes del SPD, Olaf Scholz (derecha), y de CSU, Horst Seehofer, en el acto de firma de la gran coalición, el 12 de marzo, en Berlín.Vídeo: MICHELE TANTUSSI (GETTY IMAGES) / REUTERS-QUALITY

Merkel IV. La canciller alemana ha sido investida este miércoles por cuarta vez consecutiva para gobernar la mayor economía europea. Angela Merkel liderará una nueva gran coalición con los socialdemócratas, tras doce años al frente de Alemania. La investidura pone fin a casi seis meses de un bloqueo político inédito en la gran potencia de facto de la Unión. Con un Gobierno en Berlín, podrá por fin arrancar la dilatada refundación con la que la Unión aspira a protegerse de crisis presentes y fut...

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Merkel IV. La canciller alemana ha sido investida este miércoles por cuarta vez consecutiva para gobernar la mayor economía europea. Angela Merkel liderará una nueva gran coalición con los socialdemócratas, tras doce años al frente de Alemania. La investidura pone fin a casi seis meses de un bloqueo político inédito en la gran potencia de facto de la Unión. Con un Gobierno en Berlín, podrá por fin arrancar la dilatada refundación con la que la Unión aspira a protegerse de crisis presentes y futuras.

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A partir de las nueve de la mañana, los 709 diputados fueron llamados uno a uno para que depositaran su papeleta y el resultado fue más ajustado de lo esperado. En total, 364 votaron a favor de la investidura de Merkel, una cifra que supera solo por nueve votos los 355 de la mayoría absoluta. Hasta 35 diputados de los partidos de la gran coalición -Unión Demócrata Cristiana, CDU y su aliado bávaro CSU, junto a los socialdemócratas, SPD- no apoyaron a la canciller. Después, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier nombró formalmente canciller a Angela Merkel en el palacio de Bellevue.

Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Han hecho falta 171 días de negociaciones in extremis, toneladas de incertidumbre y cesiones mayúsculas para lograr que el nuevo Ejecutivo vea hoy la luz. Merkel ganó las elecciones del pasado septiembre, pero no logró la mayoría suficiente para gobernar en solitario. La búsqueda de un socio minoritario se ha convertido en un auténtico via crucis para la canciller en los últimos meses. Al final, el SPD aceptó con la nariz tapada cohabitar con el bloque conservador de Merkel en otra de las grandes coaliciones, que tanta estabilidad han proporcionado a Alemania, pero cuya fórmula comienza a dar síntomas de serio desgaste.

“Este Gobierno tiene que demostrar que es nuevo y diferente. Tiene que escuchar a los ciudadanos”, estimó Steinmeier. Los dos grandes partidos que conforman el nuevo gobierno sufrieron una sangría de votos en las pasadas elecciones. Buena parte de sus apoyos fueron a parar a Alternativa por Alemania, (Afd), el partido de extrema derecha, que ha entrado con fuerza, por primera vez en el Parlamento. El miércoles, Afd se convirtió en el primer partido de la oposición, con 92 diputados. Afd es un partido protesta y antiinmigración que ha sabido explotar y capitalizar los miedos que afloraron con la llegada de un millón y medio de refugiados a partir de 2015. Alice Weidel, copresidenta de Afd, consideró que la gran coalición “no hará nada bueno por este país”.

El nuevo Gobierno alemán es frágil políticamente, pero también muy rico. Cuenta con un superávit récord -38.400 millones-, que según el contrato de coalición se destinará a las familias, en educación, investigación y a invertir en las ruinosas infraestructuras alemanas.

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La fórmula de la groko, como se conoce a la gran coalición en Alemania, no es ninguna novedad. La que hoy nace es la tercera gran coalición que el bloque de Merkel pacta con el SPD en los últimos 12 años. Por eso en parte, en Alemania se ha vivido la jornada histórica de hoy con una cierta sensación de déjà vu y de lo que se inaugura es sobre todo el fin de una era.

París, primer viaje al extranjero

A sus 63 años, Angela Merkel, acumula retos en su próximo mandato. La hostilidad rusa, la guerra comercial estadounidense o la creciente asertividad de Pekín son algunos de los desafíos globales que marcarán su mandato. De puertas para adentro de la UE, Merkel tendrá que dar respuesta al presidente francés, Emmanuel Macron, que espera impaciente desde hace más de medio año a que haya Gobierno en Berlín para poner en marcha un ambicioso plan de reformas europeas.

Steffen Seibert, el portavoz de la canciller, ha informado de que el primer viaje al extranjero de Merkel tendrá como destino París. El próximo viernes a mediodía, Merkel volará a la capital francesa, donde se reunirá con Macron, antes de la cumbre europea de marzo.

El acuerdo de gran coalición firmado entre los partidos alemanes y que ejerce de programa para el próximo Gobierno, fija como prioridad absoluta el fortalecimiento de la Unión Europea. Ese documento ha sido recibido con entusiasmo en las capitales europeas, que esperan que a partir de ahora, Berlín se muestre más proclive a una verdadera integración y que el nuevo Gobierno alemán entierre la era de la austeridad que predicó y ejerció con puño de hierro el ex ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble.

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