Torturado y asesinado un rival de MS-13 identificado a través de Facebook

El cabecilla de la banda en Virginia testifica por el asesinato con 50 puñaladas de un joven de 18 años

Miembros de MS-13.AFP

Los asesinatos de la Mara Salvatrucha (MS-13) continúan asediando los alrededores de Washington. En un juicio esta semana, miembros del grupo explicaron una de sus últimas brutalidades. Carlos Otero Henríquez, de 18 años, colgó fotos en Facebook con las insignias de su grupo, la banda Calle 18. Los miembros de la MS-13 lo detectaron, le raptaron y le apuñalaron 50 veces hasta asesinarle. “Para ascender, hay que matar a rivales”, testificó Wilmar Javier Viera Gonzalez, el líder de la banda en Virginia.

Gonzalez admitió su implicación en la matanza y testificó en contra de seis subordinad...

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Los asesinatos de la Mara Salvatrucha (MS-13) continúan asediando los alrededores de Washington. En un juicio esta semana, miembros del grupo explicaron una de sus últimas brutalidades. Carlos Otero Henríquez, de 18 años, colgó fotos en Facebook con las insignias de su grupo, la banda Calle 18. Los miembros de la MS-13 lo detectaron, le raptaron y le apuñalaron 50 veces hasta asesinarle. “Para ascender, hay que matar a rivales”, testificó Wilmar Javier Viera Gonzalez, el líder de la banda en Virginia.

Gonzalez admitió su implicación en la matanza y testificó en contra de seis subordinados suyos a cambio de reducir su condena, que se conocerá en los próximos días. La operación ocurrió en 2016. Un miembro de la MS-13 fue quien alertó de la pertenencia de Henríquez a la banda Calle 18, rival de la Mara desde hace años en El Salvador, el país en el que se encuentra el liderazgo de ambos grupos. Ante la presencia de un enemigo en su territorio, decidieron actuar. “Siempre patrullamos la zona para asegurarnos de que está limpia”, explicó el líder ante el juez.

Gonzalez y otros miembros de la violenta banda recogieron a Henríquez en una furgoneta y le aseguraron de que iban a una fiesta con chicas. Bebieron cervezas y charlaron amigablemente. Al ser preguntado por su víctima, Gonzalez negó pertenecer a MS-13. El conductor y el copiloto subieron el volumen de la música para hablar sobre dónde sería el mejor lugar para matar al joven.

Optaron por los aislados campos de Virginia Occidental. Cuando llegaron a un descampado, los jóvenes de la Mara acorralaron a su rival y cuando el cabecilla dio la señal, cuatro de ellos se abalanzaron sobre él. El propio Gonzalez le asestó tres cuchillazos. “Todos se fueron pasando el cuchillo, uno por uno. Le apuñalaron tantas veces en el estómago que se le veían los intestinos”, afirmó el líder de grupo.

Para asegurarse de que Henriquez había muerto, otro miembro le metió un navajazo en la garganta. “Asesinar a alguien —ese es el trabajo”, dijo otro de los imputados. Todo fue grabado en vídeo y enviado a los líderes en El Salvador, encargados de hacer las promociones dentro de la jerarquía de la organización. Desnudaron al joven, metieron su cuerpo en un agujero y quemaron su ropa.

El caso es solo uno de las decenas de los violentos asesinatos que la Mara ha cometido en los últimos años en esta y otras zonas del país. Gonzalez, que hasta su detención era el jefe de Virginia Locos Salvatrucha, la vertiente regional del grupo, coordinó muchos de esos ataques. También era uno de los responsables del Programa de la Costa Este, que engloba las operaciones de la banda en las principales ciudades de la costa este estadounidense.

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La lucha contra la Mara ha sido un asunto relevante en la agenda política de Donald Trump. En su primer año en la Casa Blanca, el Departamento de Justicia ha arrestado a 214 miembros y en El Salvador a otros 53. Sin embargo, todavía faltan muchas redadas para frenar a los cerca de 10.000 integrantes que hay en 40 Estados de EE UU. Más allá, los críticos con la Administración advierten de que medidas como la revocación del programa migratorio que da refugio a miles de salvadoreños en el país podría provocar un auge de la MS-13 en su país de origen.

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