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El ojo por ojo se descontrola en Argentina

Los casos de víctimas de robos que se convierten en victimarios preocupan al gobierno de Macri

Federico Rivas Molina
Daniel Oyarzún, el carnicero que persiguió y atropelló con su auto a un ladrón que horas más tarde murió en el hospital.
Daniel Oyarzún, el carnicero que persiguió y atropelló con su auto a un ladrón que horas más tarde murió en el hospital.Telam

Dos hombres robaron la cartera a una mujer, se subieron a una moto y huyeron a toda velocidad. Un taxista los persiguió, logró derribarlos y los golpeó hasta dejarlos inconscientes con ayuda de unos 20 vecinos. Días antes, una secuencia parecida terminó con un ladrón muerto tras quedar atrapado entre el auto de la víctima, un carnicero, y un semáforo. Este caso siguió al de un médico que mató a tiros a un adolescente que intentó asaltarlo a la salida de su consultorio. El primero ocurrió en Córdoba (centro del país), el segundo en Zárate (90 kilómetros al norte de Buenos Aires) y el último en el conurbano de la capital. Los casos de justicia por mano propia se suman en Argentina y el debate divide a quienes defienden el derecho de la gente a defenderse y quienes consideran que ese trabajo debe ser sólo responsabilidad del Estado. El tema también parte aguas en el Gobierno. Mientras el presidente Mauricio Macri pidió la libertad del carnicero de Zárate “porque es un hombre sano y querido”, su ministro de Justicia, Germán Garavano, ha dicho que la gente “no debe reaccionar” ante un robo porque “pone en riesgo su vida”.

Vecinos de Córdoba intentan linchar a dos ladrones en moto

La inseguridad es un tema recurrente en Argentina, amplificado ahora por la difusión de casos en las redes sociales. El último ha sido un vídeo grabado en un pueblo cordobés que muestra la ira de la gente contra dos “motochorros”, como se llama a los arrebatadores que aprovechan la ocasión para robar y huir entre el tránsito a bordo de una moto. La policía apenas pudo evitar que los vecinos matasen a dos hombres que yacían en el suelo, víctimas de un taxista que los atropello con su auto. El vídeo llegó rápido a YouTube y desde allí a los noticieros de televisión, donde se sumó a la lista iniciada por el médico y el carnicero: "No estoy arrepentido. Mañana lo vuelvo a hacer de nuevo. Ojalá mañana esté arriba de un camión así los paso por encima”, dijo sin inmutarse el taxista ante las cámaras, en línea con la opinión del periodista Eduardo Feinman para celebrar la muerte de un ladrón en manos de un médico. "Uno menos, este no jode más", dijo en su programa.

En ese ambiente de crispación, la muerte de una maestra “acribillada pese a darles todo a los ladrones” no hizo más que sumar argumentos a los defensores de la mano dura. El conductor televisivo más popular de Argentina, Marcelo Tinelli (también dirigente del club San Lorenzo), se metió en el debate con un mensaje que leyeron los 8,8 millones de personas que siguen su cuenta en Twitter: “Vergonzoso!!! Que impotencia!! Los argentinos queremos SEGURIDAD!!! Y leyes duras para que estén de por vida en la cárcel los asesinos!”. "Las leyes tienen que ser justas, no duras", le respondió Garavano. “Yo entiendo la decisión difícil que se está viviendo, pero no hay que reaccionar. La gente tiene que llamar a las fuerzas de seguridad e ir a la Justicia. El camino es ese”, agregó el ministro.

La opinión de Garavano ha sido disonante con la de Macri, quien pidió la libertad del carnicero de Zárate, y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Maria Eugenia Vidal, atenta al caso del médico. "Fue víctima de un delito, no salió a cometer uno. Estaba en su casa y lo asaltaron, y dio la respuesta que pudo dar porque se sintió en riesgo. Ahora la Justicia tiene que evaluar si la respuesta que dio es proporcional al peligro que sintió el médico", dijo.

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El Código Penal argentino exime de responsabilidad penal a quien actúe en defensa propia para evitar la vulneración de sus derechos, toma una medida proporcional para evitar esa injusticia y lo hace cuando esa situación es actual, es decir, durante el asalto y no durante la huida del ladrón, porque en ese caso se trataría de venganza y se consideraría homicidio con exceso en la legítima defensa. La situación parece más clara en el caso del médico, aunque la situación del carnicero de Zárate parece más complicada. El hombre persiguió a los ladrones varios cientos de metros y los atropelló, según su testimonio sin intención. Pero un nuevo video muestra como grita al delincuente, ya agonizante, que está dispuesto a matarlo “aunque vaya preso”. En el caso de los motochorros, la intervención de la policía evitó que la ira vecinal terminase en un linchamiento.

Según las estadísticas oficiales, 96 personas han sido asesinadas durante intentos de robo en la provincia de Buenos Aires en lo que va de año. Además, en el mismo periodo se han registrado 56 delincuentes muertos, sin que las cifras aclaren las circunstancias. Los casos de justicia por mano propia no son nuevos en Argentina, aunque no siempre están al tope de la agenda mediática. El más recordado fue el del “ingeniero Santos”, como pasó al léxico popular. El 16 de junio de 1990, Horacio Santos estaba de compras con su mujer cuando escuchó la alarma de su auto y vio cómo dos ladrones escapaban con el radio. Los persiguió y cuando logró darles alcance los mató de dos tiros. Santos fue condenado en 1995 a tres años de prisión en suspenso por homicidio con exceso en la legítima defensa. Además, tuvo que indemnizar económicamente a las familias de sus víctimas.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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