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Empresarios frente a políticos

Macri ha llenado de CEO su Ejecutivo mientras la presidenta Kirchner recurría al peronismo

Un recorrido por las biografías de los Gobiernos de Mauricio Macri, que ya ha presentado al suyo en pleno, y Cristina Fernández de Kirchner, aún en el poder, dice muchas cosas de las enormes diferencias entre las dos formas de hacer política. Hay excepciones, pero también una clara tendencia: mientras los ministros de Kirchner vienen mayoritariamente del mundo de la política tradicional, en muchos casos con largas carreras dentro del peronismo, Macri, que antes que político fue empresario y es hijo de uno de los hombres más ricos del país, ha llenado su Ejecutivo de gerentes de grandes empresas o personas con larga trayectoria en el mundo empresarial y financiero. En Argentina ya se habla de “gobierno de los CEO”, esto es los consejeros delegados de las empresas.

La comparación de los datos globales ofrece respuestas claras. El 61% de los ministros de Macri tienen una extensa experiencia en el sector privado, vienen de allí, algunos de puestos muy destacados en multinacionales, y solo el 25% de los ministros de Kirchner cumplen esa categoría. También la educación marca una diferencia clara. En un país donde la universidad pública es gratuita y siempre tuvo mucho prestigio, el 47,8% de los ministros de Macri estudió en la universidad privada, algo que solo hizo el 18,8% de los responsables del Gobierno de Kirchner. Hay algunos datos curiosos más que salen de esa comparativa, como el hecho de que casi el 70% de los ministros de Macri son de Buenos Aires, por un 50% de los responsables del Ejecutivo de Kirchner. De hecho, los tres ministros de Macri que son de la Unión Cívica Radical, su socio de Gobierno, son los que alteran las estadísticas porque sin ellos el porcentaje de empresarios y licenciados de universidades privadas sería mucho mayor.

Hay algunos casos especialmente simbólicos. La comparación de los presidentes ya da una idea. Fernández de Kirchner, como su marido, Néstor, fallecido en 2010, estudiaron en colegios y universidades públicas, ejercieron brevemente la abogacía y acumularon una cierta fortuna pero después estuvieron toda la vida en política. Son una familia rica, cuya fortuna ha crecido mientras estaban en política, y son dueños de hoteles en su provincia, la patagónica Santa Cruz, pero nunca dirigieron empresas. De hecho sus opositores sostienen que esa fortuna es fruto de la corrupción y hay una investigación en marcha por el llamada caso Hotesur que afecta a sus hoteles por posible blanqueo de dinero de uno de los principales constructores de la provincia, Lázaro Báez, íntimo amigo de los Kirchner. Macri sí viene del mundo empresarial. Riquísimo desde la cuna, estudió en colegios y universidades privadas y dirigió una de las empresas de su padre antes de lanzarse a dirigir el club Boca Juniors. Conserva una gran fortuna que ahora ha prometido entregar a un gestor, como hacen los presidentes en EEUU, para que sus decisiones no se vean condicionadas por sus intereses empresariales.

El 61% de los ministros de Macri tienen una extensa trayectoria en el sector privado

Aún más evidente es la diferencia entre los ministros de Economía. Axel Kicillof estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, la élite de las escuelas públicas del país, hiperpolitizado y del que han salido tres presidentes de la república. Después estudió en la universidad pública más importante, la UBA, y fue profesor de economía cercano al marxismo conocido por un gran estudio sobre Keynes. Alfonso Prat-Gay, el que será ministro de Finanzas de Macri, estudió en el elitista colegio privado Cardenal Newman, el mismo al que acudió el presidente. Después se licenció en Economía en la Universidad Católica de Buenos Aires, privada, y realizó un máster en la Universidad de Pennsylvania, EE UU. Prat-Gay trabajó para el banco de inversión JP Morgan en Nueva York, Londres y Buenos Aires. Hay otros casos muy simbólicos como el del nuevo ministro de Energía, Juan José Aranguren, que fue presidente de la filial argentina de Shell, Francisco Cabrera, el ministro de Producción, que desarrolló la mayor parte de su carrera en el holding financiero Grupo Roberts y luego en el Grupo HSBC, o el que va a ser el coordinador del equipo económico a las órdenes del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Se trata de Gustavo Lopetegui, que era el consejero delegado de LAN Argentina. El enorme cambio que está viviendo Argentina también se ve en estos perfiles. Algunos temen que Macri haya elegido un perfil demasiado empresarial para tiempos políticos difíciles, pero era difícil esperar otra cosa teniendo en cuenta el perfil del propio presidente y su idea de la política: para él solo cuenta la gestión. “Un país no es una empresa”, le ha criticado Kirchner. Ahora este equipo será juzgado por sus resultados.

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