Maduro y Morales alertan de un “golpe de Estado” contra Rousseff

El presidente de Venezuela denuncia "una arremetida contra el progresismo" de la región

Rousseff, en la cumbre de Jefes de Estado de Mercosur, en julio.Lula Marques (Agência PT)

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales han criticado este martes lo que consideran un intento de "golpe de Estado" contra la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que enfrenta varias tentativas de proceso de destitución en su país.

"Manifestamos nuestra preocupación y alarma. Vamos a iniciar un conjunto de consultas porque parece anunciarse en Brasil, con una nueva modalidad, un golpe de Estado contra Dilma Rousseff y contra el movimiento popular", co...

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Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales han criticado este martes lo que consideran un intento de "golpe de Estado" contra la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que enfrenta varias tentativas de proceso de destitución en su país.

"Manifestamos nuestra preocupación y alarma. Vamos a iniciar un conjunto de consultas porque parece anunciarse en Brasil, con una nueva modalidad, un golpe de Estado contra Dilma Rousseff y contra el movimiento popular", comentó Maduro durante un foro social sobre cambio climático en Cochabamba (Bolivia). El presidente de Venezuela ha asegurado que se está produciendo "una arremetida contra todos los procesos progresistas, del pueblo y para el pueblo" en América Latina. “No nos vamos a quedar callados ni nos vamos a dejar maniatar”, ha advertido.

La presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los trabajadores (PT) vive una época turbulenta. En plena crisis económica, la agencia de calificación Standard and Poor´s rebajó en septiembre de la nota de crédito de Brasil al nivel de bono basura y el Gobierno no consigue aprobar una batería de medidas de ajuste fiscal para recuperar la confianza de los inversores y los mercados.

Aislada políticamente, la mandataria reformó su gabinete hace solo una semana para garantizar su estabilidad y contentar al Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), una formación de ideología variable que le ofrece un apoyo extremadamente inestable. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, pertenece a esta formación y en julio anunció oficialmente que rompía con el Gobierno porque sospechaba que el PT intentaba desestabilizarlo acusándolo de recibir sobornos en el escándalo de corrupción de Petrobras. La reforma del gabinete de Rousseff, que concedió al PMDB hasta el estratégico Ministerio de Sanidad, no le debió parecer suficiente a Cunha, porque está inmerso en un ataque parlamentario contra la presidenta. Este martes, debía dar luz verde a la tramitación en la Cámara de una solicitud de destitución de Rousseff, por supuestas maniobras fiscales. Por ahora solo le ha parado los pies el Tribunal Supremo.  

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