El ‘caso Heavens’ se atasca en los enredos de la burocracia mexicana

La fiscalía federal entrega a la del DF los restos de las víctimas tras un lío incomprensible entre ambas instituciones. Las familias exigen "profesionalidad"

Familiares del 'caso Heavens', este jueves en México DF.S. G. (EFE)

Las familias de los 12 jóvenes secuestrados hace tres meses en el bar Heavens de México DF, y cuyos cadáveres fueron hallados por las autoridades hace dos semanas en una fosa clandestina, dieron este jueves por la mañana una rueda de prensa en la que dijeron que querían saber si el peritaje forense de los cuerpos se ha hecho correctamente y en qué entidad oficial están ahora los restos, que aún no les han permitido ver.

Por la primera petición todavía deberán esperar....

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Las familias de los 12 jóvenes secuestrados hace tres meses en el bar Heavens de México DF, y cuyos cadáveres fueron hallados por las autoridades hace dos semanas en una fosa clandestina, dieron este jueves por la mañana una rueda de prensa en la que dijeron que querían saber si el peritaje forense de los cuerpos se ha hecho correctamente y en qué entidad oficial están ahora los restos, que aún no les han permitido ver.

Por la primera petición todavía deberán esperar. Pero la segunda se ha resuelto inmediatamente después del reclamo público de las familias y de su repiqueteo en los medios: esta tarde el Instituto Forense del Tribunal Superior de Justicia del DF ha recibido los cadáveres de parte de la fiscalía federal, que fue la que los halló y la que les ha hecho estudios forenses, y el Tribunal ya los tiene a disposición de la fiscalía del DF, que es la encargada de la instrucción del caso.

Así, las fiscalías federal y del DF han desatado un nudo que unas horas antes seguía enredado hasta el absurdo. Tras la rueda de prensa en la que las madres de las víctimas protestaron porque las autoridades no les aclaraban dónde estaban los restos, este diario preguntó a las dos fiscalías qué ocurría con el asunto.

Primero respondió un portavoz de la fiscalía federal, o Procuraduría General de la República (PGR). Dijo: “Todo está con ellos. Acá ya no tenemos nada”.

La discordancia entre la fiscalía federal y la del  DF indica una falta de sintonía entre agencias

Un minuto después respondió el portavoz de la fiscalía del DF. Dijo: “[Los papeles y los cuerpos] van a llegar, pero no se ha concretado la entrega. Pero de que van a llegar, van a llegar. ¿Cuándo?, no lo sé”.

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El sinsentido radicaba en que el martes de la semana pasada la PGR difundió un comunicado en el que informaba de que ya había concluido el peritaje de los cuerpos y se los había entregado a la fiscalía del DF. "Cosa que nunca fue cierta", ha añadido esta tarde el portavoz de la fiscalía del DF en una segunda conversación después de conocerse que al fin los restos estaban en poder de las autoridades capitalinas.

¿Mintió entonces la PGR? ¿Y en tal caso, por qué demonios iba a decir que los cuerpos los tenía el DF si los seguía teniendo ella? Estas preguntas son los preocupantes flecos absurdos que de momento han quedado una vez resuelto el misterio de quién tenía en verdad los cuerpos. Y queda también el indicio de que la comunicación entre la fiscalía de la capital de México, gobernada por el PRD, de la izquierda, y la fiscalía del Gobierno federal, gobernado por un partido contrario, el PRI, no es un ejemplo de coordinación interinstitucional.

En medio quedan las familias de las víctimas, que llevan más de cien días sobrellevando un proceso de pesquisas lento, estéril y con permanentes lagunas en las investigación y en la política de comunicación oficial. Este mismo jueves por la noche una de las familiares, al enterarse de que los cuerpos habían llegado al Instituto Forense, repetía lo mismo que muchas otras veces: "Nos enteramos por ustedes. A nosotros no nos habían dicho nada". Y por la mañana se quejaban de que nueve días después de que la PGR dijera que había enviado los restos a la fiscalía del DF ellas no habían recibido información oficial sobre los resultados de los trabajos de identificación de los cuerpos, que son 13, dado que en la fosa aparte de los 12 del Heavens hallaron restos de otra persona cuya identidad todavía se desconoce.

"Tenemos total desconfianza de las autoridades", dicen las familias

Las familias se consideran agraviadas por la falta de información, y le han pedido a la fiscalía local que convoque a una reunión con ellas a los peritos federales que examinaron los cadáveres para que les den “una explicación profesional, clara y sin tecnicismos sobre los métodos que llevaron a los resultados de presunta identificación” de sus familiares, según se lee en una “solicitud urgente” que enviaron el miércoles al organismo local.

Dicen “presunta” identificación porque no se fían de la labor de las autoridades. En el mismo documento indican: “Tenemos TOTAL desconfianza de los trabajos de la PGR, así como de la propia fiscalía del DF”. Por ello solicitan también que les entreguen copias de cada uno de los dictámenes forenses para que un especialista de la Comisión de Derechos Humanos del DF pueda certificar que están bien hechos y para que eventualmente pueda analizarlos de forma independiente un equipo argentino de forenses con el que las familias se han puesto en contacto por su cuenta.

En las últimas dos semanas, desde el hallazgo de la fosa en un bosque apartado afuera del DF, la fiscalía federal ha recibido varias veces a las familias para explicarles cómo iban los trabajos periciales. Las familias dicen que en la última reunión que tuvieron los forenses les precisaron que habían identificado a diez de los 13 cuerpos por pruebas de ADN y por otras señas como tatuajes y prótesis quirúrgicas. Pero para las familias el tipo de pruebas que les ofrecieron no fueron suficientes para convencerlas de que aquellos restos de los que les hablaban eran sus hijos. Algunas madres dicen por lo bajo que asumen que creen que sí son los cuerpos de ellos, pero la mayoría se agarra a la posibilidad de “un milagro” y su posición de conjunto es que no darán a sus hijos por muertos hasta que la Comisión y los forenses argentinos puedan ver las pruebas y ratificarlas.

En la rueda de prensa las familias también han dicho que le pedirán una cita al alcalde del DF, Miguel Ángel Mancera, para que les comunique “de manera formal” los pasos que se están dando en el caso y aclare “la información contradictoria que dan los funcionarios tanto federales como de la Ciudad de México”. El martes de la semana pasada, Mancera, cuyo crédito político viene sufriendo un desgaste considerable por las sombras y las incoherencias del caso, dijo que esperaba que todas las dudas pendientes se resolviesen en breve. “Yo creo que estamos prontos a cerrar el caso”. Este jueves por la mañana las madres de los jóvenes secuestrados estaban cabreadas con esas palabras de Mancera, dado que hasta la fecha, la fiscalía del DF, subordinada al alcalde, ha hecho detenciones de supuestos involucrados en el crimen pero no ha dado señales de tener pistas sólidas de quién y por qué dio la orden de raptar a sus hijos, matarlos y enterrarlos en el monte.

Este jueves por la tarde la fiscalía del DF ha informado de que dos de los detenidos, Ricardo Antonio Méndez Muñoz y José de Jesús Carmona Aiza, han sido trasladados a un penal de México DF bajo cargos de secuestro agravado.

Maneras de esperar al final

Esta mañana en la rueda de prensa las madres de las víctimas del caso Heavens iban uniformadas con unas camisetas en las que aparecía la cara de cada uno de sus desaparecidos. Han pasado más de cien días desde que empezó el caso y siguen juntas. Por dentro cada una lleva a su manera la espera por el desenlace final.

Después de la rueda de prensa, en la sede de la ONG Cencos (Centro Nacional de Comunicación Social), las familiares se quedaron un rato por allí. En una esquina dos de ellas estaban sentadas hablando. Una se destapó el hombro y le enseñó a la otra unas rasgaduras superficiales en la piel. “Me estoy llenando de ronchas por los nervios, por la pura comezón”, le dijo. La otra dijo que ella iba a ir un día de estos a un taller “de cómo superar la pérdida de un ser querido”, y que también una amiga a la que le mataron a un hijo le había dado buenas referencias de otra psicóloga.

Otra de las familiares, Ruth Marines, madre del desaparecido Rafael Rojas, explicó que a ella le había sucedido una cosa paranormal. Dijo que encendió una vela por su hijo y que la cera al derretirse hizo la forma de “unas alitas de ángel”, y que otro hijo suyo puso otra vela y en esta se dibujó en la llama la figura de un corazón. Ruth Marines cree que las dos cosas las hizo su hijo Rafael para decirles que está bien.

–¿Pero usted cree que lo hizo desde aquí o desde allá?

–¿Esto? –responde. Y con una sonrisa comprensiva dice–: Desde el otro lado. Él ya no está con nosotros.

La mayoría de ellas mantienen la fe. La madre de Alán Omar Atiencia le pone rosas blancas en un altar casi todas las mañanas, a no ser que las del día anterior todavía estén frescas. La madre de los hermanos Josué y Aarón Piedra dice que tiene “toda la ropa guardada” y que le pide a Dios a diario. La hermana de Eulogio Fonseca dice que ellos son católicos y que toda su familia se reúne cada noche después de cenar en la habitación de su madre para rezar “novenas”. Normalmente son siete en la habitación. Encienden velas y las oraciones duran una hora. Mientras rezan no hablan. Cuando acaban se van a dormir.

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