La torre de la rectoría de la UNAM amanece desocupada

Un grupo de encapuchados había tomado el edificio el 19 de abril No ha habido intervención de las fuerzas de seguridad

Encapuchados abandonan la rectoría de la UNAM en la mañana del miércoles.AFP

La torre de la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la capital del país, amaneció este miércoles desocupada después de que desde el 19 de abril el edificio estuviese tomado por un grupo de encapuchados que entraron en las instalaciones de forma violenta. Los asaltantes exigían la readmisión de cinco estudiantes de un centro de bachillerato adscrito a la Universidad, el CCH Naucalpan, que fueron expulsados por agredir a administrativos del colegio.
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La torre de la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la capital del país, amaneció este miércoles desocupada después de que desde el 19 de abril el edificio estuviese tomado por un grupo de encapuchados que entraron en las instalaciones de forma violenta. Los asaltantes exigían la readmisión de cinco estudiantes de un centro de bachillerato adscrito a la Universidad, el CCH Naucalpan, que fueron expulsados por agredir a administrativos del colegio.

El rector de la institución, José Narro, ha llamado a quienes ocuparon el inmueble a conversar, pero les pide que sean personas identificadas y con argumentos. "Entiendo que tenemos que ver hacia adelante, que si lo que se ha pedido es diálogo, diálogo tiene que haber, pero un diálogo de universitarios, diálogo entre gente identificada, en donde prevalezca el argumento, la información y el más amplio debate al respecto de los asuntos que preocupan", dijo.

Los jóvenes, en torno a las ocho de la mañana, se dirigían a los medios de comunicación para leer el comunicado en el que confirmaban el desalojo voluntario y en el que aceptaban la propuesta de la Universidad. 

El martes por la noche la UNAM ofreció conformar una mesa de diálogo con representantes de los encapuchados a fin de resolver el conflicto y que fuera liberada la rectoría. A través de una carta entregada a los jóvenes por el abogado de la Universidad, Luis Raúl González Pérez, la institución proponía llevar a cabo reuniones después de que fueran liberadas las instalaciones.

A dicha mesa de diálogo, que se celebraría el 9 de mayo a partir de las 13:00 horas, asistirían representantes de la rectoría y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y de los encapuchados. "En mi carácter de representante legal de la UNAM, me dirijo nuevamente a ustedes para señalarles que la rectoría de la Universidad siempre ha privilegiado un diálogo franco y abierto entre los universitarios". En este sentido, la institución aseguraba que frente al proceso de actualización del plan de estudios del CCH, reconfirmaba el interés de llevar a cabo una discusión amplia y abierta de dicho proceso a través de la creación de una Comisión. El comunicado también se refería a los derechos de las personas sancionadas por parte del Tribunal Universitario: "Tienen garantizados sus derechos para interponer los recursos que la Legislación Universitaria prevé, así como otros recursos legales ante los Tribunales del Poder Judicial de la Federación", recoge el texto.

El grupo de encapuchados ha aceptado la propuesta pero ha expresado que el motivo de esta acción no fue la expulsión de compañeros, sino la reforma educativa y la negativa de dar respuesta a sus demandas. Los jóvenes insiste en que lo sucedido con los cinco alumnos Colegio de Ciencias y Humanidades fue por "motivos políticos" y han invitado a la comunidad universitaria a sumarse a "la lucha por la educación pública y gratuita" -habían anunciado que este 1 de mayo marcharían con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación-. Los manifestantes han reiterado que siempre se han declarado "abiertos al dialogo" y "hoy, que hay acuerdo por ambas partes", deciden "desalojar las instalaciones".

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Tras el anuncio y la retirada de los manifestantes, personal de la Universidad ha entrado en el inmueble para realizar una inspección que  permita comprobar si el edificio, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sufrido algún daño. 

Durante estos días, la postura sostenida por el rector de la institución, José Narro, y apoyada por multitud de organismos, había sido la de agotar todas las vías antes de permitir una intervención violenta de las autoridades federales, lo que llevó a que el conflicto se prolongase durante casi dos semanas. Tras ratificar las denuncias contra los asaltantes ante la Procuraduría (fiscalía) General de la República, la Universidad esperó a que la PGR algún tipo de actuación, si bien este martes, a través de su departamento de comunicación, la procuraduría aseguró no tener información al respecto. 

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