La huella de Wikileaks

Un año después de que se produjera la mayor filtración de documentos secretos de la historia, el estand de El País en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha organizado una mesa redonda bajo el nombre El periodismo después de Wikileaks. Los participantes, moderados por la periodista Alma Guillermoprieto, han sido Suzana Singer, defensora del lector del diario Folha, de Brasil; Alejandro Santos Rubino, de la revista Semana, de Colombia; Philip Bennett, director del programa Frontline; ...

Un año después de que se produjera la mayor filtración de documentos secretos de la historia, el estand de El País en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha organizado una mesa redonda bajo el nombre El periodismo después de Wikileaks. Los participantes, moderados por la periodista Alma Guillermoprieto, han sido Suzana Singer, defensora del lector del diario Folha, de Brasil; Alejandro Santos Rubino, de la revista Semana, de Colombia; Philip Bennett, director del programa Frontline; y Javier Moreno, director de El País.

El presidente de la FIL, Raúl Padilla, ha sido el encargado de presentar la charla y ha abierto el coloquio: "Wikileaks fue una revolución para la información. Cambió la forma de ver la política y las relaciones internacionales". Los participantes han desgranado su visión sobre qué ha supuesto para el periodismo la publicación de los cables. Para Moreno, el cablegate, como se conoció a la filtración, se hizo evidente la relación entre prensa y poder.

"Hemos tenido miedo a que una orden judicial nos revisara los documentos. El juicio a Assange vuelve a poner sobre la mesa el derecho de la prensa a publicar temas de Estado. Assange corre el riesgo de ser juzgado por cosas que hacemos a diario los periodistas, que es convencer a una fuente para que nos dé información. Creemos que la existencia de una prensa libre es esencial de una sociedad, pero ahora resulta que se cuestiona todo eso. Ha habido mucha presión sobre si los medios eran irresponsables", ha explicado el director de El País.

Como él, el director de la revista Semana ha admitido que no se produjo "una revolución en el periodismo", sino que lo que destaparon los documentos fue "cómo el poder no admite esta nueva configuración digital". Para el director del programa Frontline lo "más curioso" es que después de que salieran a la luz 77 millones de secretos de Estados Unidos, el Estado "responda a esta nueva amenaza con más secretos". La lección, ha dicho, es que "los secretos no matan, aunque Hillary Clinton dijera que el cielo se caía". También es verdad, ha añadido, que "revelar secretos no lo ilumina todo, es más complicado".

El director de El País ha añadido que es "preocupante" que los políticos le nieguen a los ciudadanos información básica a la que deberían tener derecho. "Las tecnologías emergentes deben ayudarnos a acabar o poner coto a esta ocultación", ha advertido. Además de toda la información desvelada, aún hoy existen muchas incógnitas alrededor de Wikileaks y su fundador. Bennet ha emplazado al próximo 15 o 16 de diciembre para conocer más acerca de la organización. En esas fechas se iniciará el juicio contra el soldado Bradley Manning, principal sospechoso de filtrar los cables del gobierno norteamericano al portal.

Una de las preguntas planteadas por el público asistente a la mesa redonda ha sido si se van a continuar investigando los documentos. Moreno ha explicado que, entre los cinco medios a los que se les dieron los documentos en exclusiva y los otros 40 regionales a los que se les pasó después la información, se ha extraído "lo más valioso", pero ha señalado que aún hoy se siguen mirando. El director de El País también ha recordado que el diario condenó la publicación por parte de Assange de cables sin editar que ponían en peligro la integridad de algunas fuentes. "Nosotros acordamos con él eliminar cualquier referencia a las fuentes y así lo hicimos", ha dicho.