LA POSGUERRA DE IRAK

La CIA revisa el informe que realizó sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Irak

Analistas de la agencia afirman haber sufrido cierta presión para que sus informes fueran acordes con la política de la Administración Bush hacia Irak

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense ha iniciado una revisión interna sobre un informe, realizado en otoño y clasificado como Top Secret, en el que se concluía que Irak poseía armas de destrucción masiva y trataba de restaurar su programa de armas nucleares. Según publica hoy The New York Times, el objetivo de la investigación es determinar si la CIA calculó mal el alcance de la supuesta amenaza iraquí.

El informe, presentado en octubre por la CIA al Gobierno del presidente de EE UU, George W. Bush, concluyó que el régimen del depuesto presidente iraquí,...

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La Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense ha iniciado una revisión interna sobre un informe, realizado en otoño y clasificado como Top Secret, en el que se concluía que Irak poseía armas de destrucción masiva y trataba de restaurar su programa de armas nucleares. Según publica hoy The New York Times, el objetivo de la investigación es determinar si la CIA calculó mal el alcance de la supuesta amenaza iraquí.

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El informe, presentado en octubre por la CIA al Gobierno del presidente de EE UU, George W. Bush, concluyó que el régimen del depuesto presidente iraquí, Sadam Husein, disponía de armas químicas y biológicas e intentaba reconstruir su programa nuclear. Fuentes de los servicios secretos al tanto de la revisión aseguran que este informe proporcionó a Bush una "visión completa" del programa iraquí para el desarrollo de armas de destrucción masiva antes de llevar a cabo la invasión militar de dicho país.

El documento, clasificado de estimación de los servicios de inteligencia nacionales -una de las categorías de informes más importantes de la inteligencia estadounidense-, supuso el último intento de los servicios de espionaje de EE UU para dar a la Casa Blanca una información consensuada sobre los programas de armas en Irak antes del comienzo de la guerra, en marzo pasado, señala el periódico neoyorquino.

Un asunto político de gran calado

Este informe ha sido, desde el comienzo de la polémica intervención en Irak, el foco de atención de un pequeño grupo de analistas retirados de la CIA que han sido llamados por el director de la agencia, George Tenet, para que determinen la exactitud de las informaciones obtenidas por el espionaje estadounidense. Asimismo, la CIA está a punto de entregar al Congreso los documentos más destacados que se utilizaron por los analistas para preparar este informe.

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Esta revisión se produce en un momento en el que la ausencia de resultados en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak se está convirtiendo en un asunto político de gran calado. El diario señala que varios responsable de la CIA han eludido defender o comentar el papel que ha tenido en los últimos años una unidad central de inteligencia del Pentágono que ha dado especial relevancia a información procedente de iraquíes en el exilio y otras fuentes que a menudo habían sido descartadas por la CIA.

Otros analistas de la agencia afirman haber sufrido cierta presión para que sus informes fueran acordes con la política de la Administración Bush hacia Irak. Según un responsable cercano a la investigación, es posible que las fuentes y los métodos con los que se evaluó la presunta amenaza iraquí no sean de suficiente calidad y cantidad como para lograr datos precisos. La CIA y otras agencias de inteligencia habían recabado datos contundentes sobre los programas de armamento de Irak desde 1991, pero la calidad de los datos parece haber empeorado, especialmente desde que los inspectores de la ONU abandonaron el país en 1998.

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