Arlo Parks, voz de la Generación Z: “Creo que los jóvenes de mi edad están avanzando a la hora de hablar de sexualidad y salud mental”
La BBC la nombró la mayor promesa musical de 2020. Esta jovencísima londinense nombra con elocuencia a los poetas del siglo XX a las primeras de cambio y en enero lanza su álbum de debut
Arlo Parks cree que deberíamos leer poesía, pero no cualquier poesía: “Sylvia Plath y los poetas estadounidenses de los ochenta. También Allen Ginsberg o Jim Morrison”, recita con voz suave y tenue desde el otro lado del teléfono en su casa de Hammersmith, en el oeste de Londres. “Nada de poesía antigua”, concluye.
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Arlo Parks cree que deberíamos leer poesía, pero no cualquier poesía: “Sylvia Plath y los poetas estadounidenses de los ochenta. También Allen Ginsberg o Jim Morrison”, recita con voz suave y tenue desde el otro lado del teléfono en su casa de Hammersmith, en el oeste de Londres. “Nada de poesía antigua”, concluye.
No muchos jóvenes de 20 años pueden nombrar con tanta elocuencia a los poetas del siglo XX a las primeras de cambio, pero ella no es como la mayoría de la gente de su edad. Anaïs Oluwatoyin Estelle Marinho, nacida en Londres de padre nigeriano y madre francesa, se ha convertido en la voz de la Generación Z en Reino Unido. Con su recortado pelo afroteñido de un naranja óxido, su holgada ropa unisex y su característica bandana, Parks es un soplo de aire fresco en el pop británico.
Sus canciones, introspectivas y profundas, expresan una ternura y una sabiduría poco habituales. Para sus letras, escoge palabras y frases de su mente con las que compone canciones sosegadas cargadas de significado. Y es aquí donde interviene la poesía. “Como formato puede resultar bastante alienante, intelectual y elitista”, concede. “Pero la poesía que me gusta la puede leer todo el mundo y extraer algo diferente de ella”. Para todo el mundo 2020 está siendo un año un tanto extraño, y para ella un poco más. Durante el confinamiento, su carrera alcanzó alturas estratosféricas. En enero, fue nombrada Sound of 2020, una distinción que la BBC concede a la propuesta musical más prometedora y que en ediciones anteriores ha recaído sobre artistas como FKA Twigs y Dua Lipa.
Sus canciones Eugene y Cola han alcanzado cada una 13 millones de escuchas en Spotify. Ha grabado con la cantante estadounidense Clairo y ha tenido la oportunidad de hablar con sus idolatradas Phoebe Bridgers y Billie Eilish. Hacer una colaboración con Eilish “sería un locurón”, dice con voz encendida. Todo esto le ha ocurrido antes de sacar su disco de debut, titulado Collapsed in sunbeams, cuya publicación está prevista para el 21 de enero de 2021. Con un futuro tan prometedor, algunos artistas viajarían a algún lugar remoto para componer, pero Parks se ha alquilado por Airbnb un piso en el este de Londres porque prefiere “los espacios neutrales”, lo cual dice mucho de su modestia. El despegue de su carrera ha sido “muy interesante”, afirma con lentitud, reflexivamente.
“Mi vida ahora mismo es un torbellino, pero al mismo tiempo me siento bastante centrada”. En lugar de presenciar cómo aumenta el público en sus conciertos, ha tenido que conformarse con ver cómo las escuchas de sus canciones alcanzan los seis y los siete dígitos y con dar conciertos virtuales desde su dormitorio. “Mi música llegó a mucha gente durante el confinamiento, eso me hizo sentir que estaba ayudando, que estaba teniendo un efecto tangible sobre la vida de las personas, algo sin duda muy bonito”.
En sus letras aborda a menudo la salud mental. Parks es embajadora de la organización benéfica CALM In The UK: “Mucha gente de mi entorno, buenos amigos míos, lo pasaron muy mal cuando éramos adolescentes. Lo viví muy de cerca”, explica. “Cuando hablo de enfermedades mentales no me refiero necesariamente a mí, sino a los de mí alrededor. Intento mirar desde la perspectiva de un amigo que ayuda a alguien en su lucha contra la depresión o la ansiedad”. Parks también habla con libertad sobre su sexualidad. “Para que se hable de las cosas y se normalicen, hay que ser abiertos y sinceros”, razona. “Creo que mi generación está avanzando a la hora de hablar de temas como la sexualidad y la salud mental. Así nos sentiremos más a gusto con nosotros mismos y se juzgará menos a la gente”.
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