La camiseta sin mangas de Alcaraz: un homenaje a Nadal que cosecha titulares
El murciano estrena en el US Open una colorida y ajustada equipación firmada por Nike que da argumentos de estilo a quienes ven en él al nuevo Rafa Nadal
La pista de tenis, un territorio codificado hasta el extremo, sigue siendo capaz de dar titulares por la indumentaria de sus jugadores. A los espectadores del US Open que comenzó el pasado 28 de agosto, no les ha pasado desapercibido el estilismo que Carlos Alcaraz, actual número 1 del mundo, estrenó en su primer partido de uno de los cuatro torneos más importantes del mundo: una ajustada camiseta sin mangas con un colorido estampado abstracto sobre fondo blanco. Dada la costumbre del murciano a vestir del mismo m...
La pista de tenis, un territorio codificado hasta el extremo, sigue siendo capaz de dar titulares por la indumentaria de sus jugadores. A los espectadores del US Open que comenzó el pasado 28 de agosto, no les ha pasado desapercibido el estilismo que Carlos Alcaraz, actual número 1 del mundo, estrenó en su primer partido de uno de los cuatro torneos más importantes del mundo: una ajustada camiseta sin mangas con un colorido estampado abstracto sobre fondo blanco. Dada la costumbre del murciano a vestir del mismo modo durante toda la competición —así lo ha declarado él en varias ocasiones—, cabe esperar que lo mantenga hasta el final.
El público no ha tardado en señalar las coincidencias con otro de los pioneros en sustituir la manga corta por la camiseta sin mangas, que no fue otro que Rafa Nadal. El propio Alcaraz ha reconocido que se trata de un guiño al mallorquín. El torneo estadounidense, más flexible que otros en materia indumentaria, es un escenario fructífero para innovaciones estilísticas, y también para declaraciones de intenciones. La de Alcaraz lo es por partida doble. Primero, porque hasta ahora había lucido manga corta. Además, consagra la buena relación del tenista con Nike, la empresa con la que tiene un acuerdo de patrocinio desde 2019, y que ha creado en exclusiva su nueva equipación. Prueba de ello es que, desde esta semana, la firma de ropa deportiva vende en su tienda online un modelo muy similar —de momento, solo con mangas— con versiones en blanco, en azul y en un inconfundible color burdeos, que es el que Alcaraz luce en las bermudas de tenis que emplea en la competición.
El tenis, un deporte individual e individualista, es un escaparate perfecto para la personalidad de sus campeones: en un ámbito, antaño dominado por una elegancia clásica y uniforme, que alguien saque los pies del tiesto sigue siendo noticia y objeto de polémica. La nueva equipación de Alcaraz ha generado titulares y suscitado revuelo en las redes sociales, con reacciones a favor —hay quien sugiere a Nike que generalice el patrón diseñado para Alcaraz, por favorecedor e innovador— y en contra, debido a lo llamativo del estampado. Lo que nadie discute es que todo gran tenista tiene derecho a crear un estilo propio.
Pocos deportes reúnen un plantel de rebeldes del estilo tan completo como este: de Björn Borg, con la melena rubia y los pantalones cortos ajustados como correspondía a la era disco —y a su fructífera alianza con Fila—, a la bandana (¡y los rizos!) de John McEnroe o la colorida revolución de André Agassi, con su mullet y su afición por los estampados, el flúor y las superposiciones de prendas, que llegó a renunciar varias temporadas a Wimbledon ante el fastidio que le generaba la obligación de vestir de blanco. En fechas más recientes, los degradados y las ilustraciones digitales que Novak Djokovic suele incorporar a sus equipaciones han convivido con el neoclasicismo casi retro de Federer, alérgico a los estampados y a los colores chillones. En un término intermedio está Rafa Nadal, abonado a las prendas ceñidas y a los tonos llamativos, incluso fluorescentes. También a esas camisetas sin mangas, destinadas a mejorar la ergonomía, y que podrían haber inspirado la elección de Alcaraz en 2023.
El murciano, en todo caso, vive un momento especialmente dulce no solo en lo deportivo, sino también en su relación con el mundo de la moda, cuyo idilio con el tenis vive un momento álgido. Convertido desde este verano en el primer español nombrado embajador global de Louis Vuitton, la firma de lujo más influyente del mundo, su sintonía con las firmas con que colabora revela el talante de un deportista que entiende los mecanismos de la celebridad. Se prodiga poco, pero con marcas líderes en sus respectivos ámbitos. Y su comentadísima camiseta sin mangas, que lo ubica en una posición distinta al resto de competidores —de los ocho tenistas que siguen peleando por el torneo, solo Tiafoe ha optado por un corte similar— tiene todas las papeletas para ser otra jugada maestra que fije aún más la imagen del murciano en la memoria visual de nuestro tiempo.
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