“Quiero que los contenidos te ataquen como en TikTok”: cómo Richard Turley se ha propuesto revolucionar la forma en que leemos en papel
Este diseñador afincado en Nueva York ha dinamitado la lógica de la página impresa con ‘Civilization’, la revista en formato periódico que agota cada número que saca
En el último capítulo de la serie Supongamos que Nueva York es una ciudad, Fran Lebowitz explica cómo los periódicos lo eran todo en la Gran Manzana. Inundaban la ciudad. Las alcantarillas, las papeleras, el metro. Ahora, muy rara vez se ve...
En el último capítulo de la serie Supongamos que Nueva York es una ciudad, Fran Lebowitz explica cómo los periódicos lo eran todo en la Gran Manzana. Inundaban la ciudad. Las alcantarillas, las papeleras, el metro. Ahora, muy rara vez se ve a alguien leyendo uno por la calle. Algo parecido ha observado Richard Turley. Este británico afincado en Nueva York, actual director creativo de la agencia Wieden + Kennedy, es uno de los diseñadores gráficos más transgresores del momento, gracias a sus portadas para el semanario de economía Bloomberg Businessweek o el reciente relanzamiento de la mítica publicación Interview.
“Me siento frustrado con las revistas”, afirma Turley. “Todas me parecen iguales. Creo que todas las personas inteligentes que podrían estar innovando en el mundo de las revistas están haciendo documentales para Netflix”. Su respuesta a todo esto es Civilization, un periódico creado en 2018 con vocación local -solo da cabida a historias neoyorquinas- que ha conseguido un reconocimiento global. Es un periódico, sí, pero muy peculiar. Su tamaño desborda un A3 y lo acerca a los primeros diarios decimonónicos. No hay fotografías, el texto es el protagonista absoluto, ofrece un póster central para un único anunciante y cada número tiene una tirada limitada.
“Íbamos a llamarlo Bored [aburrido], porque así es como me sentía y así es como se llamaba la carpeta de Dropbox que utilizamos mi asistente [el artista Lucas Mascartello] y yo para guardar imágenes y documentos”, explica Turley apasionadamente. “Al final, lo llamé Civilization porque me gusta ese elemento épico y grandioso, casi totémico, de esta palabra, opuesto a lo que ofrece el periódico, que es muy cotidiano, historias pequeñas de gente cercana”. El resultado se parece a lo que debería ser un paseo por Nueva York evitando las zonas más turísticas de la ciudad. Cómo recuperar la figura del flâneur (paseante) pero con déficit de atención.
Con tan solo cuatro números, el inusual diseño de Civilization ya ha creado un lenguaje reconocible. “La intención era conseguir algo caótico, pero muy cuidado. Tratar de replicar cómo recibimos información en las redes sociales, las apps y los portales de noticias en Internet. Esa capacidad que tienen para atrapar tu atención, tan adictiva. Quería que una historia fuera acompañada de otra totalmente distinta al lado, creando una fricción. La lista de las cosas que tengo que hacer al lado del testimonio de un trabajador sexual. Conseguir esa tensión en un trozo de papel, que los contenidos te ataquen como sucede en Tik Tok o Instagram”, afirma. Sin embargo, no se trata de un gesto de sumisión ante lo virtual: “En realidad, es volver a lo que hacían los periódicos hace cien años. Antes no había ningún deseo de secuenciar las páginas por temas. Yo aprendí mi oficio cuando trabajé en The Guardian y vi cómo se clasifican las secciones: economía, política… No creo que tanta linealidad ni orden sean necesarios.”
Recientemente, el mundo de la moda ha fijado los ojos en la publicación. El japonés Junya Watanabe, de Comme des Garçons, le dedicó una colección masculina en 2019 y ahora Calvin Klein les ha encargado una colaboración. “Nos llamaron porque seguramente aparecimos en el moodboard [panel de inspiración e ideas] de alguien que trabaja allí. Lo de Watanabe fue muy bonito, porque la colección iba sobre la polinización y la idea de colaborar, y en ella aparecían otras revistas, como Real review.”
El número de marzo (el quinto de Civilization), que salió hace unos días y ya está agotado, ha sido elaborado en un contexto más complicado que nunca: “La intención es no hablar mucho del virus. El amor, las relaciones de pareja y de amistad son el hilo conductor”, informa. Durante el primer confinamiento, Turley, junto a Lucas Mascartello, decidió seguir experimentando con los formatos. ”Recuperamos la idea del mail art [formato artístico que utiliza la distribución postal] de los años sesenta inspirados por Ray Johnson. Empezamos a hacer cartas por tres dólares para que la gente se sintiera más acompañada. El sobre venía con una carta encabezada con tu nombre escrito a mano y un ‘te echamos de menos’. Dentro del sobre había todo tipo de dibujos, notas... Una manera de reflexionar sobre las posibilidades de lo afectivo del papel en un un contexto hostil”.
¿Y cómo ve el futuro de las revistas? “Es algo que queda en manos de señores mayores como yo. Creo que no volverán a ser algo súper importante, pero tampoco van a desaparecer pronto.”