Un refugio verde para 1.500 estudiantes: así es el súper huerto gestionado por vecinos del barrio de Fuencarral

La agencia creativa Wozere Studio, en colaboración con el diseñador madrileño Lucas Muñoz, han convertido este espacio verde de 3.740 metros cuadrados en un lugar de encuentro con actividades lúdicas y educativas

El proyecto realizado por Lucas Muñoz en colaboración con Wozere Studio se ha basado en la adecuación formal del solar; ordenándolo, limpiándolo y dotándolo de las infraestructuras necesarias para la recogida de agua. ©Wozere Studio

En las ciudades existen espacios frontera, un término que define los límites físicos –autopistas, ríos, vías de tren o solares urbanos– que dividen zonas socioeconómicas desiguales. Lo interesante de estos escenarios urbanos radica en su potencial transformador, ya que pueden acabar dándose dos situaciones antagónicas: que se conviertan en espacios conflictivos y de exclusión social o en lugares de oportunidad e inclusión. El segundo caso sucede cuando se cuenta con las herramientas de mediación necesarias.

Recientemente se ha finalizado la primera fase de un plan de regeneración urbana...

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En las ciudades existen espacios frontera, un término que define los límites físicos –autopistas, ríos, vías de tren o solares urbanos– que dividen zonas socioeconómicas desiguales. Lo interesante de estos escenarios urbanos radica en su potencial transformador, ya que pueden acabar dándose dos situaciones antagónicas: que se conviertan en espacios conflictivos y de exclusión social o en lugares de oportunidad e inclusión. El segundo caso sucede cuando se cuenta con las herramientas de mediación necesarias.

Recientemente se ha finalizado la primera fase de un plan de regeneración urbana a pequeña escala y mediación social que ilustra a la perfección este proceso. El proyecto se inició cuando la compañía micampus –una de las mayores redes de residencias universitarias en España– encargó a la agencia creativa Wozere Studio mejorar el entorno de una de sus últimas localizaciones: el barrio madrileño de Fuencarral. Su objetivo era implantar una identidad visual propia con la intención de hacer más atractiva la zona para el público juvenil. Ante esta petición, Wozere Studio tuvo claro desde el inicio su postura: “Hicimos ver a micampus que su público no era el único público, sino que existía un contexto social que también se debía trabajar sin invadirlo con su estética y maneras de hacer”.

En el huerto se ha incluido un colector de aguas común para evitar el desabastecimiento en caso de escasez de lluvia. ©Wozere Studio

Inspeccionado el barrio, Wozere Studio se fijó en la existencia de un solar de 3.740 metros cuadrados de superficie que estaba siendo explotado como huerto urbano por vecinos del barrio desde hacía más de 15 años. Un ejemplo perfecto de espacio frontera entre la identidad social existente y los nuevos moradores –un total de 1.500 estudiantes internacionales– que podía ser transformado en un lugar de encuentro para ambos públicos. Fue en ese punto del proyecto cuando el diseñador madrileño Lucas Muñoz se sumó al plan con el objetivo de diseñar una propuesta global para El Huerto. “Cuando Wozere me cuenta la iniciativa me interesa el carácter social del proyecto y la posibilidad de crear un vínculo que permita que dos núcleos sociales permeen entre ellos”, cuenta a ICON Design Muñoz.

El estado inicial del huerto, compuesto por un total de 20 parterres gestionados con herramientas muy básicas, presentaba un alto grado de desorden. En consecuencia, el proyecto incorporó dos casetas prefabricadas y desmontables destinadas a almacenamiento e incluyó una partida importante de limpieza general, desbroce del terreno, mejora de los caminos y adecuación de los bancales existentes a cargo de La Huertoteca. La implementación de estas mejoras se hizo siempre respetando las preexistencias y evitando imponer decisiones formales externas. “No construimos nada que no estuviese ya en el huerto. Lo que hicimos fue coger el mejor estándar y replicarlo por todo el solar”, afirma el diseñador Lucas Muñoz.

Se han diseñado cinco colectores capaces de almacenar hasta 2.000 litros de agua pluvial. ©Lucas Muñoz

También se dotó de agua al solar, una de las principales demandas de los horticultores. Con esa finalidad se dividió la parcela en cinco cuadrantes y se colocaron colectores de agua pluvial para abastecerlos de manera igualitaria. “Tratamos de no generar diferencias entre horticultores para evitar conflictos”, comentan desde Wozere Studio. También se incluyó un colector común que se puede rellenar de manera externa en caso de ausencia de lluvia. Cada una de estas piezas funcionales ha sido cuidadosamente diseñada y elaborada por Lucas Muñoz utilizando materiales reciclados y piezas sobrantes de otros lugares a las que se ha dado una segunda vida. De este modo los embudos superiores de los colectores se materializaron con paneles de acabado para la cubierta de un edificio en proceso de derribo perteneciente a micampus, las estructuras de madera y vidrio de los invernaderos provenían de oficinas abandonadas y los palés, los contenedores de agua y las bicicletas que producen el bombeo de agua fueron comprados de segunda mano.

El estado actual de El Huerto supone la finalización de la fase 1, un 40% aproximadamente del proyecto planteado inicialmente por Lucas Muñoz. Se ha mejorado considerablemente la funcionalidad y aspecto del solar y se ha abierto al barrio para que pueda ser considerado un espacio público. La siguiente fase prevista para el próximo año tratará de generar una agenda de actividades lúdicas y educativas para introducir a los estudiantes de micampus en la ecuación urbana y social. “El proyecto se convierte en una herramienta social pero hasta que no esté activa no tiene sentido. No es una imagen, es una película”, concluye Lucas Muñoz.

Cartel de acceso a El Huerto. ©Wozere Studio

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