Vecinos leoneses devuelven los restos arqueológicos que se llevaron sus antepasados
Un proyecto de mejora de una antigua urbe romana, dañada por los expolios y el abandono, convence a los habitantes Villasabariego para devolver los vestigios del yacimiento que guardaban en casa
Hubo un tiempo en que el plan de los leoneses de la zona de Villasabariego o Mansilla Mayor consistía en expoliar el yacimiento romano olvidado de Lancia. Nadie prestaba especial vigilancia a una antigua ciudad donde hace más de 2.000 años los astures resistieron a las tropas de César Augusto. Las fuerzas imperiales acabaron sometiendo la rebeldía local y se instalaron en la villa, pero no lograron que siglos después esas viejas columnas, asentamient...
Hubo un tiempo en que el plan de los leoneses de la zona de Villasabariego o Mansilla Mayor consistía en expoliar el yacimiento romano olvidado de Lancia. Nadie prestaba especial vigilancia a una antigua ciudad donde hace más de 2.000 años los astures resistieron a las tropas de César Augusto. Las fuerzas imperiales acabaron sometiendo la rebeldía local y se instalaron en la villa, pero no lograron que siglos después esas viejas columnas, asentamientos y demás piezas arqueológicas no acabaran en las casas de los residentes de la zona. Este legado histórico ha vuelto a recibir atención en los últimos años y el Instituto Leonés de Cultura, dependiente de la Diputación, trabaja para recuperar este ilustre pasado. El proyecto pasa por excavar esa antigua población y convertirla en un punto de interés turístico e histórico. Para ello cuentan con la implicación de los vecinos del entorno, que están devolviendo restos que conservaban en sus viviendas tras llevárselos sus antepasados mientras que la Escuela de oficios de León, gratuitamente, ha replicado piedras para emular elementos como basas y columnas desgastadas por el tiempo.
El lugar se encuentra a 15 kilómetros del sureste de León capital y cuenta con cien hectáreas por analizar en busca del patrimonio de los romanos, que ocuparon este espacio tras vencer a los astures que habitaban la aldea. El responsable de Cultura de la Diputación y vicepresidente del Instituto Leonés de Cultura, Pablo López, explica que el valor incomparable de Lancia radica en cómo los invasores coexistieron con la arquitectura de sus predecesores peninsulares y, durante los cuatro siglos en los que Lancia dependió de Roma, cómo la ocupación se tradujo en termas, palacios y mercados cuyos vestigios se aprecian tanto desde el terreno como a vista aérea. “Las primeras excavaciones llegaron en el siglo XIX, en el XX también hubo trabajos y sobre todo en los años sesenta, pero quedaron desprotegidas más allá de que los jóvenes, en los noventa, iban a excavar y encontraban muchos restos”, señala López, que destaca que la Diputación se fijó en el yacimiento en 2019. Hasta ese momento, los detectores de metales y los arqueólogos aficionados causaron estragos en esta herencia cultural. Desde entonces, con una inversión de 2,5 millones de euros, han ido comprando terrenos de particulares para investigar más y se han diferenciado las zonas de Lancia con gravillas de distintos colores, además de consolidar y restaurar los hallazgos.
Un ejemplo es la recuperación de una columna monolítica que estaba almacenada en la Diputación hasta que se supo que pertenecía a esta mítica ciudad y se devolvió a su origen. Las décadas de maltrato se notan incluso en que infraestructuras como la carretera que conecta León con Valladolid se construyó en parte sobre estos terrenos, perdiéndose así muchos elementos valiosos. El coordinador de este organismo que ejecuta los avances, Emilio Gancedo, resalta las mejoras sencillas que propician que se puedan recorrer estos antiguos tesoros: “Queremos devolverlo al lugar que merece, hemos empezado mejorando accesos, poniendo paneles explicativos y creado pasillos paseables”.
La conexión entre épocas ha convertido al joven Daniel Sánchez, de 23 años, en el guía para los interesados en conocer este complejo. Este historiador de Arte por la Universidad de León, que cursa un máster en Cultura y pensamiento europeo rumbo a una tesis doctoral, combina su formación con la divulgación de este patrimonio. “Lancia es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia, situado entre los ríos Porma y Esla y las localidades de Mansilla Mayor y Villasabariego, se trata de un yacimiento de grandes dimensiones en el que se han hallado piezas que se remontan hasta el Paleolítico”, indica el guía, becado en el Instituto Leonés de Cultura, que valora su relevancia “durante la Segunda Edad del Hierro de la Península Ibérica, en la zona de influencia de los astures”. La armada de Publio Carisio tomó, en el año 25 antes de Cristo, este asentamiento en plenas guerras de las tribus del norte peninsular contra los romanos y pasó a llamarse Lance o Civitas Lanciensis. Sánchez destaca que los vencedores, en vez de arrasarla, la mantuvieron como símbolo de su victoria y comenzaron a realizar construcciones sobre ella. Los restos más importantes aún vigentes son los cimientos de una parte central de la ciudad romana: las termas, el mercado, corrales, almacenes y algunas viviendas domésticas, “aunque existen otros muchos lugares excavados repartidos por un gran terreno”. “El último gran hallazgo, el del foro urbano, se encuentra todavía en proyecto de excavación”, añade el historiador, pues este es el gran objetivo de los encargados de revitalizar la urbe.
El proceso de devolverle el esplendor a este paraje ha motivado a la Escuela de oficios de la ciudad, que tiene un taller de cantería y está empleando piedra caliza original del Boñar para labrar nuevas piezas para sustituir a las perdidas. La iniciativa ha sorprendido a los responsables de recuperar Lancia, que aplauden también que, según relata López, “la gente ha ofrecido materiales encontrados en su día con detectores y que custodiaban en sus casas, hay cientos de piezas en los pueblos, la gente está concienciada y quiere devolver el patrimonio”. El coordinador de este instituto leonés, Emilio Gancedo, apunta “al relato épico de Lancia” como principal argumento para rememorar esa “cruel batalla entre todas las tribus de astures contra los romanos, como en los cómics de Astérix”.
Una de las funciones más importantes ha recaído en Daniel Sánchez, encargado de informar al público de los hitos de Lancia. El historiador, de Sanabria (Zamora), lleva seis años en León y siente como hijo adoptivo el “orgullo de darle a Lancia la importancia que merece, es una ciudad romana muy valiosa”. Quienes acudan al yacimiento y vayan constatando los avances y los nuevos descubrimientos tienen allí un guía encantado de narrarles todo lo que sabe: “Tener la oportunidad de ayudar y transmitirle a la gente todo lo que fue esta ciudad es un placer”.