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Sophie Winkleman, la otra actriz en la familia real británica, asegura que la vida de los Windsor es “un total infierno”

Lady Frederick Windsor se ha sincerado en una entrevista con ‘The Times’ sobre la fama no solicitada de su familia política: “Siento mucha pena por todos ellos. No creo que una vida con tanto escrutinio y presión sea remotamente sana, pero no les queda otra opción”

Meghan Markle no fue la primera actriz en formar parte de la familia real británica. La primera intérprete en entrar en la familia Windsor fue Sophie Winkleman (Londres, 45 años), desde su boda en 2009 Lady Frederick Windsor, título que adquirió al casarse con Lord Frederick Windsor, hijo del primo de la fallecida reina Isabel II, Miguel de Kent. Desde entonces, la actriz protagonista de series como Dos hombres y medio o Sanditon ha asistido a todos los eventos familiares y protocolarios importantes. Por eso, ha vivido de cerca lo que implica ser parte de los Windsor, y sobre eso ha hablado —y no especialmente en un tono positivo— en entrevista reciente con el periódico The Times.

“Cuanto más conozco a la familia real, más me doy cuenta de que sus vidas son un total infierno y que ese nivel de fama no solicitada es una forma de tortura”, confiesa al medio británico. “Ninguno de ellos participó en Pop Idol [el reality musical británico] ni en nada parecido para hacerse famoso. Tener ese tipo de foco cegador en la cara desde que naces, sin saber en quién puedes confiar, sin saber si alguien te va a traicionar, con gente escribiendo mentiras sobre ti todo el tiempo, es simplemente brutal”.

Aunque debido a su carrera como actriz ella sí haya elegido estar en el foco, los integrantes de su familia política, no. “Siento mucha pena por todos ellos. No creo que una vida con tanto escrutinio y presión sea remotamente sana, pero no les queda otra opción”, comenta en la entrevista a propósito de su participación en la nueva serie Wild Cherry, pues a pesar de ser parte de la familia real ella no ha abandonado su carrera en la interpretación.

Sophie Winkleman se casó con Frederick Windsor, quien trabaja como director ejecutivo en JP Morgan Chase, el 12 de septiembre de 2009. Una boda en la que la propia novia “no conocía a la mayoría de los invitados”, recuerda también. “Allí estaban mis mejores amigos, pero básicamente estaba lleno de caras que nunca había visto antes”.

Curiosamente, ellos se conocieron en una fiesta en la víspera de Año Nuevo de 2007 después de que él la reconociera por aparecer en el programa Peek Show. “Tú eres Big Suze [su personaje], ¡te amo!“, le dijo él. Después de su enlace, la pareja decidió mudarse a Los Ángeles —lugar elegido también por Enrique de Inglaterra y Meghan Markle tras abandonar sus deberes reales— para perseguir la carrera de la actriz, donde permanecieron seis años. Winkleman recuerda esa temporada viviendo en Estados Unidos como una de las mejores. “Amaban profundamente” que nadie ahí supiera de sus conexiones con la realeza. Pero decidieron volver al Reino Unido con el nacimiento de su primogénita, Maud, quien hoy tiene 12 años (tienen una segunda hija, Isabella, de 9).

En la entrevista con el medio británico también habla de las constantes críticas que reciben sus suegros. El príncipe Miguel de Kent estuvo envuelto en una polémica a principios de los años 2000, cuando recibió al menos 4000.000 euros del oligarca ruso Boris Berezovski. Además, recientemente controversias como la caída del expríncipe Andrés y Sarah Ferguson han ensombrecido el prestigio de la monarquía. En la conversión con The Times, ella defiende a su familia, sobre todo a sus suegros: “Los miembros de la realeza trabajan incansablemente con miles de organizaciones benéficas en Gran Bretaña y en todo el mundo, tanto entre bastidores como de cara al público. Es innegable que aportan un enorme prestigio e influencia a cualquier causa que apoyen”. Y añade: “The King’s Trust [la organización benéfica del rey Carlos III] es el principal impulsor de la movilidad social en Gran Bretaña. La princesa Ana participa en casi 500 actos públicos al año. La duquesa de Edimburgo acaba de regresar de Sudán, donde se reunió con cirujanos que operan a niños pequeños víctimas de violación; se trata de un trabajo traumático y muy serio. Sinceramente, creo que hasta mi abuelo comunista se convencería con mis argumentos a favor de la familia real”.

Winkleman también colabora con organizaciones benéficas, en especial con Jame’s Place, que ayuda a hombres con pensamientos suicidas. La cercanía con la organización se debe a que el año pasado, su cuñado Thomas Kingston, esposo de Lady Gabriella Kingston (hermana de Frederick), pareja con la que eran muy unidos, se quitó la vida. “Fue una gran tragedia en nuestras vidas y lo echamos mucho de menos. Mis hijas lo adoraban. Es terrible. Seguimos en contacto con toda su familia y sentimos que todavía está con nosotros”.

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