¿Por qué Matthew McConaughey y su mujer, Camila Alves, no paran de posar sin pantalones? El negocio de éxito detrás de sus semidesnudos

Matthew McConaughey (Texas, 56 años) se ha desnudado muchas veces en pantalla de cintura para arriba. En la película de Magic Mike de 2012, de hecho, es difícil encontrar una escena en la que el actor lleve puesta una camiseta. Sin embargo, desde hace un par de años le ha dado por conservar la camisa y, en cambio, quitarse los pantalones, una costumbre que comparte con su mujer, Camila Alves (Minas Gerais, Brasil, 42 años). “Por favor, no te quedes con los tuyos puestos”, decía la pareja en una publicación de Instagram en octubre de 2023, en un vídeo en el que recorrían un campo de agave montados en sendas motos a pelo, con la zona pélvica pixelada. Algunos usuarios comentaron que daba cringe, otros respondieron con emoticonos de fuego. El caso es que aquel post, en realidad, era un anuncio, y consiguió dar que hablar. Desde entonces, lo de posar desnudos de cintura para abajo se ha convertido en un gesto recurrente de la pareja para promocionar su marca de tequila, que se llama, irónicamente, Pantalones.

“No. El mundo no necesita otro tequila de famosos. Pero, ¡por Dios!, la industria del tequila sí necesita un toque de diversión. Y eso es precisamente lo que es Pantalones: diversión sana y deliciosa”, describen McConaughey y Alves en la página web de la bebida, que lanzaron hace poco más de dos años. Pantalones es un tequila ecológico “superpremium” 100% de agave tequilana. ¿Por qué se llama Pantalones? El texano y la brasileña lo intentan explicar así, después de aclarar lo que significa esta palabra española en inglés: “Ponerse los pantalones también es una expresión coloquial que significa tener agallas. El tequila Pantalones representa el valor de dar el siguiente paso, divertirse y no tomarse las cosas demasiado en serio. Todo el mundo, sin distinciones, se pone pantalones alguna vez en su vida y, al igual que los pantalones, nuestro tequila es para todos”.

El actor y la modelo, casados desde 2012 y padres de tres hijos, han convertido sus fotos y vídeos sin pantalones en una de las señas de identidad de la marca que se vuelve contenido viral cada vez que los comparten. Lo han hecho posando muy elegantes de cintura para arriba y sin nada por abajo —más que calcetines y zapatos— durante una partida de croquet. También mientras preparan una barbacoa o toman el sol en la piscina. “Los bollos quemados no son divertidos”, dice el mensaje de esta última imagen, en la que está capturado el momento previo a que Alves eche crema solar en el trasero pixelado de su marido.

“Mientras que algunas marcas de licores se centran en la tradición y el legado, Pantalones apuesta por ser el alma de la fiesta. Su identidad desenfadada es parte de su atractivo en un mercado saturado de historias solemnes y barricas polvorientas”, aseguraba Forbes en julio de 2025, cuando este tequila comenzó su expansión internacional en Canadá, Australia y el Reino Unido.

De momento, el tono canalla funciona. En poco más de un año, Pantalones se ha posicionado entre los tres tequilas de 750 mililitros más vendidos en Total Wines —la mayor cadena independiente de tiendas de vinos y licores de Estados Unidos—, solo por detrás de Don Julio y Casamigos —fundada por George Clooney junto a sus amigos Rande Gerber y Mike Meldman—. Solo en 2024, vendió más de 100.000 cajas y amplió su distribución a más de 10.000 puntos de venta en 44 Estados de EE UU. También triunfa entre los más entendidos: su tequila Añejo ganó el doble oro en el Concurso Mundial de Bebidas Espirituosas de San Francisco 2024, superando a marcas tradicionales que se venden a precios mucho más altos —las botellas de Pantalones cuestan entre 45 y 55 dólares—. “Nos tomamos Pantalones muy en serio, pero, al mismo tiempo, nos lo pasamos genial juntos. Es algo muy especial para nosotros”, declaró Alves a Forbes hace cuatro meses.

Al principio, la botella o el vaso de tequila aparecía más o menos sutilmente en todas sus fotos sin pantalones. Ahora, se ha convertido en un gesto tan reconocible que ni siquiera necesitan mostrar el producto que venden. Tienen fotos juntos desnudos de cintura para abajo pasando el cortacésped, bailando country o recreando el cartel de la exitosa comedia romántica del actor Cómo perder a un chico en 10 días —aunque en este caso el vestido largo de Alves sí que la tapa de arriba abajo—.

También hay un making of en el que se desvela el secreto, y es que en realidad lo que se pixela son las mallas color carne que llevan pegadas al cuerpo. “Somos ecológicos y hemos ganado premios, pero también somos desenfadados y tenemos una energía irreverente que atrae a la gente”, opinaba McConaughey en la misma entrevista con Forbes.

Según la publicación sobre negocios, el ganador del Oscar por Dallas Buyers Club (2013) aporta “las grandes ideas y el talento para la imagen de marca”, mientras que la modelo está “profundamente involucrada en las operaciones diarias”, colaborando en tareas como la gestión logística o la cadena de suministro. “Por suerte, no es la primera vez que emprendo un negocio”, aclaró a Forbes la brasileña, que también lanzó su propia línea de bolsos en 2008. “Pero sí es la primera para Matthew, y hemos afrontado esto juntos con determinación. Me encanta trabajar en contabilidad, logística, números y la parte administrativa del negocio”, dijo.

Este miércoles, los dos han compartido una foto aullando a la luna llena del 5 de noviembre vestidos con cálidos jerséis y botas, pero sin pantalones, claro. Es su forma de presentar su nuevo cóctel, llamado Aullido de luna, una versión con tequila del clásico Espresso Martini cuyos ingredientes se pueden adquirir en su tienda online. “Nos conocimos tomando Margaritas, así que lanzar esta marca realmente cerró el círculo”, contó Alves a People en septiembre de 2024.

Ese primer encuentro, justo después del noviazgo de McConaughey con Penélope Cruz, también lo cuenta el actor en la web de Pantalones: “Era finales de 2006 y yo estaba presidiendo la mesa principal del Hyde Club, en Sunset Boulevard, cuando la vi. La voz de mi madre resonó en mi cabeza: ‘Esta no es una mujer cualquiera a la que saludas desde el otro lado de la barra, hijo. Levanta el culo y preséntate’. Después de presentarme, le preparé a Camila el mejor Margarita que jamás había hecho y hablé español como nunca. El único inconveniente era que ella hablaba portugués, porque es brasileña... pero el ritmo de las lenguas latinas parecía encajar”, relata. Dice que, a pesar de sus errores gramaticales, consiguió una cita con ella después de dos intentos fallidos. “Casi dos décadas después, sigue siendo la única mujer para la que he querido preparar un Margarita. Y así, amigos míos, es como empezó todo, con un giro del destino del tequila”, recuerda.