Por qué ‘Last Christmas’ de George Michael sigue triunfando en Navidad 40 años después: “Él sabía que lo había clavado, era una genialidad brillante”
Los miembros del exitoso grupo ochentero Wham! no consiguieron ver cómo su villancico pop se alzaba a lo más alto de las listas en 1984, pero cuatro décadas después el tema ha alcanzado el estatus de fenómeno cultural
Cuatro décadas después de su lanzamiento, Last Christmas renueva cada diciembre su posición como el villancico pop más escuchado en todo el mundo. Es uno de los mayores éxitos de la efímera banda Wham!, formada por George Michael y Andrew Ridgeley (Windlesham, Reino Unido, 61 años). La canción se ha adaptado hasta en más de 500 ocasiones, pero su versión original sigue colándose en los primeros puestos de las listas de reproducción sin atisbo de caducidad. Con motivo de la efeméride y de su estatus de clásico atemporal —es el tercer sencillo más vendido de la historia en el Reino Unido—, al lanzamiento de un EP con una interpretación inédita de George Michael se le suma ahora Last Christmas: Unwrapped, un documental de la BBC que cuenta la historia de cómo una canción, que ni siquiera consiguió ser el número uno el año de su lanzamiento, acabó convertida en un fenómeno cultural global.
1984 fue el año de confirmación de Wham!, formada por un dúo de compañeros de colegio de la localidad londinense de Bushey, como la boy band más grande del planeta. Tenían el reconocimiento de la crítica, llenaban estadios en varios continentes —fueron los primeros ídolos pop en actuar en China— y sus caras —sobre todo la de George— decoraban las carpetas de las adolescentes de medio mundo. Se acuñó la expresión Wham!-mania para denominar la locura que despertaron en su gira por Estados Unidos y en el canal MTV los vídeos del grupo se repetían sin descanso. Wake Me Up Before You Go Go, Freedom, Careless Whisper… Cada canción hacía crecer su público, pero les faltaba algo fundamental para medir el calibre de un artista en la época: un éxito navideño. Así lo confirma Andrew Ridgeley: “Las cosas no podrían haber sido mejores para nosotros ese año. Aunque no pensaba que fuera a ser tan grande como acabó siendo, me pareció que sería genial terminarlo con una canción de Navidad”.
Last Christmas nació en una tarde aletargada de domingo. Mientras Andrew Ridgeley veía un partido de fútbol, George Michael probaba melodías con su grabadora de cuatro pistas. Cuando dio con el esqueleto del tema, él mismo grabó el teclado, la percusión básica y el coro. Una hora más tarde, bajó a buscar a su colega y, entusiasmado, le pidió que escuchara la maqueta. “Dios mío, eso es. Él sabía que lo había clavado, era una genialidad brillante”, evoca. Días después, George Michael insistió en tocar todos los instrumentos durante la grabación de la canción y se negó a que nadie de la discográfica interfiriera en su idea. El videoclip, concebido también por su creador, cuenta la historia de un triángulo amoroso dentro un grupo de amigos que se reencuentran cada Navidad en una estación de esquí del municipio suizo de Saas-Fee. Lo protagonizaron bailarinas, coristas y compañeros de la infancia del dúo que se han vuelto a reencontrar 40 años después en la misma localidad alpina en un documental producido por la BBC cuyos derechos ya han sido adquiridos por Netflix para Estados Unidos.
Andrew Ridgeley, de 61 años, reconoce que sabían que tenían algo especial entre manos, “la última pieza del rompecabezas” para lograr un nuevo número uno en las listas. No lo consiguieron. La iniciativa Band Aid, liderada por el músico y activista Bob Geldof, reunió a 25 de las mayores estrellas musicales de la década para grabar una canción que recaudara fondos para combatir la hambruna en Etiopía. Bono, Sting, Phil Collins y hasta el propio George Michael boicoteando sus propias esperanzas de “saborear la gloria” con Last Christmas, convirtieron Do They Know Its Christmas? en el gran éxito de la Navidad de 1984. George Michael recordaba así sus sentimientos encontrados respecto a este triunfo: “Lo irónico de Band Aid fue que todos pensaban que era una canción fantástica, el gran número uno, y yo sentía lo mismo, pero tenía dentro un pequeño demonio llamado ego que debía aplastar una y otra vez y que me decía ‘mierda, mierda, mierda”. El cantante no solo renunció a la gloria discográfica con su villancico, sino que donó las regalías cosechadas por Last Christmas a nivel mundial al fondo de ayuda para las víctimas de la hambruna en Etiopía. Geldof califica el gesto de “asombroso”.
Hoy el single es considerado atemporal por lo universal de su temática de despecho, una melodía proclive para ser cantada por cualquiera con el suficiente arrojo para ello y lo orgánico de una composición que, en palabras de Neil Tennant (líder de Pet Shop Boys), “no se puede creer que alguien la haya escrito, parece que llegó ya completa de algún lugar”. Un par de años después del lanzamiento, en 1986, Wham! se disolvió. George Michael se convirtió en la estrella del pop en solitario que estaba destinado a ser y Andrew Ridgeley se mudó al extranjero, cayendo en el olvido mediático. A pesar de que la frenética agenda distanció a George Michael de sus amistades, se aseguró de que cada Navidad volviera a repetirse la reunión que dio pie al videoclip de Last Christmas, siendo siempre él el anfitrión de la cena de Nochebuena. El que fuera su manager, Simon Napier-Bell, tilda al cantante como un amante de la Navidad “tan obsesionado con ella que hasta era diana de las bromas” de sus íntimos. Una de sus tradiciones era disfrazarse de incógnito en la víspera de Navidad junto a ellos e ir por las puertas cantando villancicos para recaudar dinero para la caridad, despojándose en el último momento de su careta para sorpresa de los afortunados vecinos.
El destino quiso que George Michael falleciera, precisamente, el 25 de diciembre de 2016, con solo 53 años. Su muerte, según narran en el especial de la BBC, dejó profundas secuelas en su grupo de amigos y se alejaron todavía más. “Perder a un amigo tan cercano, alguien con quien tienes una amistad y un vínculo tan particular, fue un momento de desesperación. En esencia, era mi otra mitad. Nunca concebí mi futuro sin él”, afirma Andrew Ridgeley. A pesar de lo triste de la letra y la ausencia de su autor, Last Christmas continúa poniendo banda sonora a estas festividades en el Reino Unido de manera hegemónica y en prácticamente todo el mundo. “Cuando suena en los pubs en Navidad, todo el mundo empieza a besarse, a bailar, a sonreír y a pasarlo bien. Es especial”, confirma el cantante Sam Smith. Cada año surgen nuevas versiones del tema —la última, de las jóvenes Sabrina Carpenter y Chappell Roan en el especial de la primera de Netflix—, parodias del videoclip en las redes, coreografías virales y hasta dio nombre a una comedia romántica protagonizada por Emilia Clarke (actriz conocida por su papel en Juego de Tronos). En 2023, 39 años después de su lanzamiento, Last Christmas se convirtió por primera vez en número uno en las listas de éxitos y se alzó como la canción que más tiempo había tardado en conquistar esa posición. Hoy vuelve a ser de nuevo el tema más reproducido en el Reino Unido en Spotify y está entre los cuatro más escuchados a nivel global en la plataforma.