Kanye West se enfrenta a una nueva demanda por “trato degradante” hacia los empleados de Yeezy

En este nuevo frente abierto, Ye tendrá que responder por crear un “ambiente racista” y por unas condiciones laborales “inhumanas”

Kanye West y Bianca Censori en el desfile de Marni, en Milán, en febrero de 2024.Arnold Jerocki (Getty Images)

Hace menos de un mes, el rapero Kanye West (Atlanta, Georgia, 46 años), ahora rebautizado como Ye, se enfrentaba a una nueva demanda por parte de su exasistente, Lauren Pisciotta, que alegó acoso sexual, incumplimiento de contrato, despido injustificado y ambiente de trabajo hostil. Ahora, otros empleados de Yeezy, la empresa propiedad del artista, han demandado a West con una serie de acusaciones que parecen secundar la versión de Pisciotta y que, en esta ocasión, también salpican a su esposa, la arquitecta y modelo Bianca Censori. En esta nueva demanda, a la que ha tenido acceso el portal de entretenimiento TMZ, y que ya recogen y amplían medios de todo el mundo, se acusa a Ye y a su exjefe de gabinete, el agitador de la extrema derecha Milo Yiannopoulos, de someter a sus empleados a “trabajos forzados y tratos crueles, inhumanos o degradantes” que incluían comentarios e insultos racistas.

Tanto West como Yiannopoulos (que abandonó la compañía el pasado mes de mayo, cuando West anunció el lanzamiento de un negocio de películas para adultos, llamado Yeezy Porn) han sido acusados de hacer falsas promesas a sus empleados y obligarles a trabajar jornadas largas mientras eran objetos de burlas abiertas y comentarios racistas, ya que les llamaban “nuevos esclavos”. Los hechos por los que están siendo demandados se remontan a la primavera de 2024, cuando Ye decidió lanzar una aplicación de música para competir con Tidal, Spotify y Apple Music. Según los documentos, en aquel momento el rapero y Yiannopoulos contrataron a un grupo de desarrolladores internacionales, entre los que se encontraban varias personas negras, y que también incluía a menores de edad de hasta 14 años. Un equipo que trabajaba de manera remota, manteniendo contacto directo con los dos acusados mediante herramientas como Discord, Zoom y Slack.

Según los documentos, en abril de 2024, Yiannopoulos prometió pagar 120.000 dólares al grupo de desarrolladores tras completar la aplicación si aceptaban las condiciones de trabajo y no se quejaban. Más adelante, Ye supuestamente ordenó a los empleados firmar acuerdos de confidencialidad, negándose a pagarles si no lo hacían. También se exigió que los desarrolladores menores de edad firmasen acuerdos “voluntarios”. Durante este periodo, los trabajadores extranjeros y pertenecientes a grupos racializados se enfrentaron, supuestamente, a comentarios e insultos racistas por parte de los supervisores blancos, y fueron bautizados como “esclavos” y “nuevos esclavos”. La demanda recoge insultos supuestamente proferidos por Yiannopoulos, que llegó a llamar a un trabajador negro school shooter (o “tirador de escuela”). Los empleados también aseguran que fueron intimidados para trabajar muchas horas durante la noche, sin descansos ni compensación económica.

A finales de abril de 2024, el rapero anunció la creación de su negocio de películas para adultos y, según esta última demanda, su esposa, Bianca Censori, envió a un trabajador un enlace que contenía vídeos sexuales. La demanda indica que los trabajadores menores de edad también tenían que ver aquellos vídeos, al encontrarse desarrollando la aplicación pornográfica. A pesar de ello, Bianca no figura como acusada. Finalmente, el 1 de mayo, después de un intenso periodo de trabajo, los extrabajadores aseguran que presentaron a Ye una de las aplicaciones terminadas, pero ni Ye ni Yiannopoulos pagaron nunca a sus empleados. La demanda solicita daños y prejuicios por salarios no pagados y horas extra, así como por angustia emocional.

Esta última demanda se suma a una larga lista que el rapero ha ido recibiendo en los últimos años. Entre 2023 y 2024, comenzó a acumular denuncias por parte del personal docente que trabajó en su escuela infantil Donda Academy, situada en Ventura, a unos 50 minutos de Los Ángeles. Tal y como recogieron en su momento varios medios que tuvieron acceso a la denuncia, un antiguo empleado, llamado Isaiah Meadows, acusaba a West de no pagarle el salario prometido y de despedirle de forma improcedente.

Las quejas eran similares a las de las dos profesoras, Cecilia Hailey y Chekarey Byers, que demandaron a West el pasado mes de abril de 2023, acusándolo de falta de compromiso en sus pagos, así como de racismo, asegurando que, como las dos únicas docentes negras del centro, recibían unos salarios inferiores a los de sus compañeros. Isaiah Meadows, antiguo profesor de Educación Física, demandó al rapero por “daños a causa de los impagos, pérdida de ingresos y estrés emocional”, entre otras cuestiones. Estas demandas también revelaron cuestiones preocupantes en cuanto al funcionamiento del centro de estudios del artista, como la ausencia de cristales en las ventanas, ya que, al parecer, según la demanda de Meadows, a West no le gusta el cristal. “El agua calaba en el suelo, lo que llevaba a tener un olor a moho durante los días siguientes”, puede leerse en la denuncia. Además, las fosas sépticas estaban desbordadas “causando olores terribles”, afirmaba el demandante. Además, según las profesoras Hailey y Byers, no se enseñaba el Holocausto y “querían suprimir muchísima información histórica”. Había prohibiciones y restricciones en la enseñanza: “No querían que los estudiantes conocieran partes de la historia negra o asiática de nuestro país”.

Fuera de su propia escuela, West también se encontró a principios de 2024 en medio de una disputa legal con los hijos de Donna Summer, quienes acusaron a Ye de haber falsificado sin permiso el éxito de 1977 I Feel Love —una de las canciones más populares de la cantante estadounidense—, utilizando “partes reconocibles” de la canción en su tema Good (Don’t Die), todo ello después de que los mismos herederos hubiesen rechazado explícitamente y por escrito su petición de utilizarla. El rapero llegó a un acuerdo con la familia a finales de junio.

Otro de los grandes quebraderos de cabeza que envuelven al rapero procede de una de sus colaboraciones con Adidas, a la que acusa de vender sus populares zapatillas Yeezy en colores que él nunca aprobó. La marca ha demandado al artista por sus comentarios racistas y le pide una indemnización de 250 millones de dólares por incumplir el contrato en cuestión. West subió a sus redes una foto portando las zapatillas junto a un mensaje en el que aseguraba que “Cualquiera que ame a Ye no compraría estos Yeezys falsos”.

Más información

Archivado En