Archewell, la fundación de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, declarada como morosa en California
El fiscal general del Estado ha incluido a la organización en su lista de deudores, lo que le impide “solicitar o desembolsar fondos benéficos” hasta que no pague lo que debe. También puede enfrentarse a sanciones
No están siendo los mejores tiempos para Archewell, la fundación de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle. Si hace unos meses, a finales de 2023, su declaración de impuestos dejaba ver que había perdido la mayor parte de sus donaciones (pasando de 12 millones a solo dos), ahora la cuestión se complica en el plano le...
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No están siendo los mejores tiempos para Archewell, la fundación de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle. Si hace unos meses, a finales de 2023, su declaración de impuestos dejaba ver que había perdido la mayor parte de sus donaciones (pasando de 12 millones a solo dos), ahora la cuestión se complica en el plano legal. El fiscal general de California, Rob Bonta, ha emitido un aviso de que la fundación está en deuda y es morosa, por lo que prácticamente tiene que cesar su actividad hasta que la situación se resuelva. Portavoces oficiosos de los duques de Sussex afirman que se trata solo de un problema administrativo, de que han pagado pero el dinero no ha llegado a tiempo.
Fue el pasado 3 de mayo cuando Bonta realizó el aviso, que ahora ha desvelado el diario Page Six en exclusiva y que People ha confirmado. El fiscal realizó el aviso, según los documentos obtenidos por People, para dar cuenta de que la organización está “en la lista de morosos del Registro de Organizaciones Benéficas y Recaudadores de Fondos por no haber presentado el informe o informes anuales requeridos y/o las tasas de renovación” requeridas.
La cuestión es que, al ser parte de esa lista de morosos y con falta de pago, a Archewell se le cierran muchas puertas, por lo que es urgente que si quieren seguir recibiendo financiación y, por tanto, teniendo actividad, los duques solucionen el asunto. “Una organización que figura en la lista de morosos no está al corriente de sus obligaciones y tiene prohibido realizar actividades para las que se requiere el registro, como solicitar o desembolsar fondos benéficos”, explica la nota del fiscal Bonta. “La organización también puede estar sujeta a sanciones y su registro puede ser suspendido o revocado por el Registro. Una vez que presente el registro o registros morosos, se le notificará el importe de las tasas de demora que adeuda”, asegura el escrito. La cuestión le puede salir realmente cara a la fundación de los duques de Sussex si no toma medidas a tiempo.
Fuentes cercanas a Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, que acaban de realizar un viaje a Nigeria para promocionar los Juegos Invictus —competición creada por el príncipe para veteranos de guerra—, afirman que todo es un error administrativo, una cuestión de tiempos. Que ellos enviaron un cheque en el plazo adecuado (en California sigue siendo algo habitual pagar tasas y recibos por correo postal), pero que este nunca llegó y que ya han mandado otro y, por tanto, esperan que se solucione rápido, de hecho en unos siete días hábiles.
El príncipe y la duquesa decidieron crear una fundación en 2019, y entonces contaron que tendría una sucursal en Estados Unidos. Finalmente, y tras disolver Sussex Royal, que les asociaba a la familia real británica, la establecieron en 2020 y, según estos documentos, está ubicada legalmente en Beverly Hills (junto a Los Ángeles) y no en Montecito, la localidad de Santa Bárbara —unas dos horas al norte de la ciudad californiana— donde ellos viven. Cuando decidieron marcharse de la familia real británica, a principios de ese año, sabían que se asentarían en California, pero no exactamente en qué punto, por lo que tiene sentido que establecieran la fundación en Los Ángeles y alrededores y con ayuda de algún abogado cercano a Markle (nativa de la ciudad) que les echara una mano.
El primer año completo de vida de la fundación fue un éxito. En 2021 lograron recaudar más de 13 millones de dólares; de esos, ocho habían sido donados por un particular, aunque no se sabe quién fue. Sin embargo, en 2022 las cuentas cayeron con fuerza hasta los dos millones de dólares (2.000.911, exactamente), con donaciones realizadas por tan solo dos personas, de quienes tampoco se desvelan sus identidades, aunque sí que cada uno de ellos donó aproximadamente un millón de dólares. Eso se supo a finales de 2023, cuando se hicieron públicas las cuentas del año anterior de Archewell. Entonces también se hizo público que la fundación había registrado un déficit en sus cuentas de 674.000 dólares.
En 2022 la organización tenía cinco empleados —los Sussex son sus directores y no perciben salario—, entre ellos su director ejecutivo, James Holt, exjefe de prensa de Enrique y Meghan pero también de su hermano Guillermo y de Kate, entonces duques de Cambridge. Si en 2021 Holt cobró 60.000 dólares, en 2022 su salario ascendió hasta los 227.400 euros anuales (más un bonus de 20.000), un aumento más que considerable. La fundación sigue teniendo unos activos y un flujo de caja de 8,3 millones de dólares. Al menos eso registraban sus últimas cuentas. Habrá que esperar a conocer las de 2023 para ver su evolución.