María Escoté: “Estoy saturada de las redes. Prefiero no saber nada de la gente a llevarme una decepción cuando la conozco”

La diseñadora catalana acaba de lanzar una colección cápsula para Desigual inspirada en las ‘raves’ de sus inicios, y ya está grabando la próxima temporada de ‘Maestros de la costura’

La diseñadora María Escoté durante la presentación de su colección cápsula para Desigual.Ion Leibar

Ante María Escoté (Barcelona, 44 años) dan ganas de soltar la libreta con las preguntas pensadas y sentarse a charlar de lo que surja. Escoté es jurado de Maestros de la Costura desde 2018, concursó en MasterChef Celebrity el año pasado y ha vestido a Zendaya, Miley Cyrus, Beyoncé o Rosalía. Cuando aún no era una ...

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Ante María Escoté (Barcelona, 44 años) dan ganas de soltar la libreta con las preguntas pensadas y sentarse a charlar de lo que surja. Escoté es jurado de Maestros de la Costura desde 2018, concursó en MasterChef Celebrity el año pasado y ha vestido a Zendaya, Miley Cyrus, Beyoncé o Rosalía. Cuando aún no era una motomami, la cantante ya hizo historia en los MTV EMA Bilbao con un dos piezas de seda rosa y volantes, e influencia chandalera. Muy Escoté y muy Rosalía. Y ahí está precisamente la magia de la diseñadora de Barcelona: cuando viste regala su energía (que no es poca).

Ahora la cosa va de raves. De las de finales de los noventa y principios de este siglo, que fue donde y cuando Escoté vivió esa explosión de creatividad y ganas de hacer. “Fueron mis primeros festivales, mis primeras fiestas y mis primeras noches. Cuando estaba en la sala Nitsa de Barcelona o en el Fellini, creo que ahí es donde me acabé de crear personal y creativamente. Y pensé que ahí es donde quiero estar, donde quiero encontrarme para volver a sacar esa rebeldía”.

La licencia para recuperar sin cortapisas la imaginación indomable de sus orígenes se la ha otorgado Desigual —”Es como un hermano mayor que te aporta una infraestructura para que tus sueños sean enormes”—, con una nueva colección cápsula, esta vez más urbana y más colorista. Más de rave. Y que, por supuesto, ha creado en su taller con música de fondo: “Escucho de todo. Soy cero snob con la música. Me gusta el techno, el rock, el trap, el rap, el flamenco… La música me inspira muchísimo y me gusta disfrutarla. Te puedo poner Lana del Rey, María Jiménez, La Zowi o Beach House. Mi recopilatorio es muy extenso”.

Tan extenso como su carrera. Desde aquellos días de fiesta hasta hoy, Escoté ha pasado por todas las fases. Primero, lo complicado de los comienzos. Creó su marca en 2006 con los estudios de la Escuela Superior de Diseño y Moda Felicidad Duce y la experiencia del negocio de su familia: “Desde muy pequeñita he estado trabajando. Empecé en una tienda de arreglos y de modistería junto a mi tía modista, y siempre entendí que por muy creativa que quisiese ser, tenía que tener siempre una infraestructura empresarial”. Al fin y al cabo la venta lo es todo. “A mí no hay nada que me haga más feliz que ver mis prendas por la calle”. Dicho y hecho. Escoté no perdió el tiempo y, con un ojo puesto en la creatividad y el otro en el business, fue la primera en vender sus colecciones nada más mostrarlas sobre la pasarela —”Me decían que iba en contra de la industria, que no tenía sentido”—, y una de las pioneras en cerrar su tienda física para apostar por el e-commerce.

Uno de los vestidos de la diseñadora María Escoté para Desigual, inspirado en las 'raves' de los 90 y 2000.Ion Leibar

Cualquiera que esté leyendo estas líneas se hará una idea del desgaste físico y, sobre todo, emocional que supone trabajar con tanta intensidad, ya sea para cumplir un sueño o simplemente para llegar a fin de mes. Porque el denominado síndrome del burnout lo conocemos más de lo que quisiéramos. “Había conseguido remontar, ser comercial y ser una marca internacional. Llevaba muchos años pensando en vender, en sobrevivir y estaba agotada de luchar, de pelear y de trabajar. Además, se juntó con un año complicado personalmente para mí porque mi padre tuvo una enfermedad y falleció”. La diseñadora sintió entonces la urgencia de parar, de escapar de las presiones y de los malos momentos —”necesitaba saber por qué hago esto y por qué me dedico a esto”— y se regaló un año de calma durante el que trabajó solo 10 piezas de forma artesanal. “Volver a ese inicio, a esa ilusión, fue perfecto porque me reencontré con esa María del inicio, y entendí por qué me dedicaba a esto”. El resultado fue su colección Clochard y una gran lección: detrás del éxito también hay personas de carne y hueso que a veces tampoco pueden más y necesitan sanarse antes de continuar.

Precisamente ahora, cuando las redes sociales han distorsionado nuestra percepción de la realidad, el mensaje detrás de Clochard cobra más sentido que nunca. “Este año estoy un poco saturada con las redes. A veces hay que poner un poco de distancia. No me atraen tanto como me atraían. Creo que hemos perdido una parte de intimidad y que son excesivas”. La diseñadora cree (siempre un paso por delante) que las plataformas llevan años estancadas y espera ansiosa una renovación. “Me empieza a atraer otra vez el no saber de nada de ti, el conocerte y saber que no voy a poder encontrar nada de ti en las redes. Y no todo lo contrario: llevarme una decepción porque cuando te conozca eres otra cosa muy diferente”.

La diseñadora María Escoté durante la presentación de su colección cápsula para Desigual, en una de las tiendas de la marca en Madrid.Ion Leibar

Quizás esa búsqueda de la autenticidad en las relaciones personales es lo que ha hecho que Escoté tenga con Lorenzo Caprile y Palomo Spain una amistad de esas que entran directas a la categoría de familia —”es un regalo que me ha hecho Maestros de la Costura”—, cuando la confianza se toma la licencia de permitirlo todo. “Caprile es la persona más heavy metal que conozco —cuando oye el nombre del madrileño a la diseñadora se le iluminan la sonrisa y el entusiasmo— es graciosísimo. Tengo un gif de él haciendo un calvo y es mi emoticono favorito. Todas mis primas esperan ese gif en todos los whatsapps. Además, es una persona increíble. Lo adoro, igual que a Palomo y a Raquel [Sánchez Silva]. Los quiero muchísimo”.

Este grupo de inseparables ha comenzado a grabar la próxima temporada de Maestros de la costura (son ya cinco años) que, según Escoté, es un regalo para poder mostrar su oficio, “porque la gente estaba muy confundida con la moda”: “Qué guay, qué cool dibujar un boceto’, y realmente lo que hay detrás es la profesión de la costura. Hemos puesto en valor un oficio tan importante en la historia, sobre todo para las mujeres. Y ver cómo la gente joven y los niños y niñas quieren coser en vez de diseñar es algo que nos enorgullece a los cuatro”.

Igual que los concursantes, Escoté disfruta de cada uno de sus trabajos con la ilusión del primer día —”soy una mujer adulta, pero creo que tengo una niña que llevaré siempre dentro. Pasan los años físicamente, pero mentalmente sigo siendo la misma”—, aunque reconoce que está en una etapa similar a la que le llevó a crear Clochard. “Estoy en un momento de equilibrio perfecto entre lo comercial y lo creativo, pero noto que me vuelve esa llamada que me dice: ‘María, dedícate algo para ti’. Qué es lo que te hace crecer, evolucionar y también distanciarte del business. Recordar la magia de nuestro oficio, que es cuando estás delante de un maniquí, de un boceto o de lo que sea”. Y al final de eso trata la vida (y la felicidad), de recuperar esencias.

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