Así hizo aguas el proyecto de Enrique y Meghan con Spotify: entrevistas con Trump y Putin sobre sus traumas infantiles y falta de ideas
El príncipe y su esposa firmaron un contrato de más de 20 millones de dólares con la plataforma que se ha roto recientemente. Uno de los jefes de audio les ha calificado de “putos estafadores”
A Enrique de Inglaterra y Meghan Markle se les empiezan a ver las costuras, al menos, laboralmente hablando. Hace un año que Netflix canceló la serie que la esposa del príncipe preparaba con ellos, Pearl, y ahora ha llegado el turno de sus podcasts. En diciembre de 2020, casi un año después de abandonar la familia real británica y cuando ya se habían asentado en California, desde donde gestionan sus proyectos, los duques de Sussex anunciaban ...
A Enrique de Inglaterra y Meghan Markle se les empiezan a ver las costuras, al menos, laboralmente hablando. Hace un año que Netflix canceló la serie que la esposa del príncipe preparaba con ellos, Pearl, y ahora ha llegado el turno de sus podcasts. En diciembre de 2020, casi un año después de abandonar la familia real británica y cuando ya se habían asentado en California, desde donde gestionan sus proyectos, los duques de Sussex anunciaban una jugosa colaboración de 20 millones de dólares (unos 18 millones de euros) con Spotify, la reina del audio por internet. Una unión que ha sido mucho más escasa en contenido y tiempo de lo esperado. En estos dos años y medio solo ha habido una temporada de un podcast de la pareja —en concreto de Markle—, Archetypes (Arquetipos), y el jugoso acuerdo llegó a su fin el pasado día 16 de junio. Ahora, nuevas revelaciones dejan entrever qué ha podido pasar para que haya fracasado un proyecto de tal calado.
Por un lado, está la cuestión de que Spotify está acabando con muchos de esos acuerdos de alto nivel para abaratar costes; de hecho, la compañía anunció a principios de mes un recorte de 200 empleados, el 2% de su plantilla, en un reajuste de objetivos y en una nueva forma de pensar en su crecimiento. Pero no todo queda ahí. Según ha explicado el medio económico Bloomberg en uno de sus boletines, en este caso el que la periodista Ashley Carman dedica semanalmente a la industria del audio, la música y el podcasting, el final ha tenido lugar también por las escasas ideas aportadas por el matrimonio para crear contenidos.
Carman ha estado investigando y hablando con personas del entorno de la plataforma y de los duques (tanto Spotify como Archewell, la productora de los Sussex y en cuya web aún se cita el acuerdo con Spotify, han declinado hacer comentarios) para saber por qué Enrique de Inglaterra nunca llegó a hacer nada con la plataforma. Al parecer, el hijo menor del rey Carlos III llegó a “hablar con muchos productores y empresas de producción para ver posibles programas”. “Enrique escuchó varias ideas de otros”, asegura Carman, “pero, sobre todo, estaba obsesionado con las suyas propias, sobre todo una acerca del trauma infantil. El concepto: Enrique entrevistaría a una serie de controvertidos invitados, como [el presidente ruso] Vladímir Putin, [el fundador de Facebook] Mark Zuckerberg y [el expresidente de EE UU] Donald Trump, sobre sus días en la niñez y acerca de cómo esas experiencias les convirtieron en los adultos que son hoy en día”. Unas ideas que, quienes le rodearon, vieron rápidamente que eran, básicamente, inalcanzables. Ni Trump ni Putin son dados a conceder entrevistas de ese calado, donde prime lo personal, y muchos menos sus vidas privadas o sus infancias. Y si se sientan a hablar con alguien, es difícil que sea con un príncipe ya fuera de una familia real y con ideas más que opuestas a las suyas. De hecho, Trump llegó a criticar abiertamente a los duques poco después de su salida de los Windsor y de que la pareja pidiera el voto en las elecciones de 2020 contra el entonces todavía presidente republicano. “No soy fan de ella”, dijo el magnate en referencia a Meghan Markle. “Les diría algo que ella probablemente ya ha oído: le deseo mucha suerte a Enrique, porque va a necesitarla”.
Al parecer, Enrique tenía también la idea de otro podcast centrado en la paternidad, y de otro que tratara de las que él consideraba las “principales conversaciones sociales”, cada una en un episodio. Quería hablar de cambio climático o de religión, sentándose con el papa Francisco. Nada de ello llegó a buen puerto en los casi tres años de acuerdo entre la plataforma y la pareja. El contenido que produjeron se quedó en los 12 capítulos de Markle donde charlaba con Serena Williams, Paris Hilton, Mariah Carey o la autora de Sexo en Nueva York, Candace Bushnell, y más allá del interés inicial cuando se lanzó, en agosto de 2022, ha pasado más bien desapercibido.
Para la analista de Bloomberg, además, la pandemia afectó negativamente al proyecto de audio de los duques. No solo por el confinamiento y la dificultad de arrancar entrevistas, sino porque hizo que multitud de estrellas se quedaran en sus casas sin conciertos, anuncios, series y otro tipo de trabajos e ingresos y que se decidieran a lanzar podcasts de mayor o menor tamaño y calidad, por lo que el mercado de famosos haciendo un producto más o menos similar creció y creció hasta saturarse. Muchos de esos proyectos quedaron en nada y, tras inversiones millonarias convertidas en fiascos, ahora las plataformas han empezado a desinvertir, ya sea en los contratos de esas estrellas o, como está pasando en Spotify, despidiendo a centenares de trabajadores de a pie.
El sentir sobre el escaso trabajo de Enrique y Meghan parece generalizado en la plataforma. A principios de año, el jefe de innovación y monetización de Spotify, el popular periodista y presentador estadounidense Bill Simmons, no dudó en criticar a los duques y asegurar que se sentía “avergonzado” de compartir plataforma con Enrique. “¿Qué hace? Es como, ¿cuál es tu talento? ¿Por qué te estamos escuchando? Naciste en una familia real y ahora te has ido, vendes documentales y podcasts, a nadie le importa lo que tengas que decir sobre nada a menos que hables de la familia real, y encima te quejas de ellos”.
Hace unos días, su crítica se repitió y con más fuerza. Fue precisamente en su programa, The Bill Simmons Podcast, que tiene en su propia plataforma. “Los putos estafadores. Ese es el podcast que deberíamos haber lanzado con ellos”, soltó. “Una noche me emborracharé y contaré la historia de la videollamada que hice con Enrique por Zoom para ayudarle e intentar sacar adelante una idea de un podcast con él. Es una de mis mejores historias”.