Mackenzie Scott, la exmujer del dueño de Amazon, reparte por sorpresa 2.300 millones de euros
Considerada una de las mujeres más ricas del mundo gracias a sus 50.000 millones, la filántropa ha donado una fortuna a casi 300 organizaciones sin fines de lucro en todo el mundo
Todo comenzó con un misterioso correo electrónico. La directora de Fondo Semillas, una organización mexicana de empoderamiento feminista, tenía en su bandeja de entrada el mensaje de una consultora que aseguraba que alguien estaba interesado en hacer un importante donativo. El proceso de selección debía seguirse bajo el más estricto secreto. A los correos siguieron una entrevista de más de dos horas, una revisión minuciosa de los documentos, informes y estados financieros de la asociación fundada hace 30 años. A lo largo del procedimiento, que tomó varios meses, una exigencia se mantenía: el n...
Todo comenzó con un misterioso correo electrónico. La directora de Fondo Semillas, una organización mexicana de empoderamiento feminista, tenía en su bandeja de entrada el mensaje de una consultora que aseguraba que alguien estaba interesado en hacer un importante donativo. El proceso de selección debía seguirse bajo el más estricto secreto. A los correos siguieron una entrevista de más de dos horas, una revisión minuciosa de los documentos, informes y estados financieros de la asociación fundada hace 30 años. A lo largo del procedimiento, que tomó varios meses, una exigencia se mantenía: el nombre de la donante sería confidencial todo el tiempo. Detrás de esto estaba una de las mujeres más ricas del mundo, MacKenzie Scott, exesposa del fundador de Amazon Jeff Bezos.
“Todo fue mágicamente misterioso”, dice por teléfono Tania Turner, directora ejecutiva de Fondo Semillas. Scott anunció el martes a través de una publicación en Medium que ha donado 2.700 millones de dólares (casi 2.300 millones de euros) a 286 organizaciones que están “empoderando voces que el mundo necesita escuchar” y que han sufrido la falta de financiamiento. El duro proceso de selección al que fue sometida la organización que preside Turner fue repetida 285 veces más con instituciones filantrópicas dedicadas a las artes, la educación, el combate a la pobreza, a la igualdad y la justicia social. Entre la larga lista de las asociaciones beneficiadas con el “regalo” hay un museo de arte mexicoamericano en Texas, una compañía hispana de danza de Nueva York, una organización sudafricana para el desarrollo, otra para acabar la discriminación contra los musulmanes, el famoso teatro Apollo de Harlem, universidades de California, Texas y Nueva Hampshire, grupos filantrópicos en Puerto Rico e India... entre cientos más.
“Es gente que ha pasado años luchando por avances humanitarios sin saber muchas veces si habrá dinero en sus cuentas para los próximos dos meses”, escribió Scott en Medium. Aseguró que los regalos son “relativamente grandes” y explicó que tanto ella como su actual esposo, el profesor de ciencia Dan Jewett, no pretenden colocarse bajo los reflectores con el gesto. La filántropa recordó que las organizaciones no lucrativas emplean al 10% de la fuerza laboral en Estados Unidos y tienen a otros 63 millones de voluntarios.
Ni Scott ni Turner han desvelado el monto donado, que no ha llegado aún a los fondos de la organización que teje redes con mujeres de todo México. La directora del fondo asegura que es una cantidad “significativa” que les permitirá mantener el trabajo al menos por 10 años más si lo invierten bien y lo hacen crecer. “Ha sido un donativo con flexibilidad y sin restricciones. Nos han dado una confianza absoluta”, señala Turner, quien cree que la elección de Scott es también un aval al trabajo que han hecho con el movimiento feminista desde hace tres décadas. Junto a ellas también han sido beneficiadas otras organizaciones aliadas como Rise Up y Women’s Funding Network.
Varias organizaciones recibieron con perplejidad el correo que prometía un importante donativo a cambio de muchísima información. El anuncio generaba desconfianza en tiempos donde las bandejas de entrada se llenan de peticiones de príncipes nigerianos que ofrecen compartir sus fortunas. Muchos pensaron que se trataba de un timo antes de comenzar los procedimientos de seguridad. “El nombre de la señora Scott tenía que ser confidencial hasta que ella decidiera hacerlo público”, cuenta Turner, que supo hace tres semanas quién estaba detrás de todo.
El anuncio de Scott del martes es el tercero desde 2019, cuando se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo gracias a su divorcio de Bezos, una separación que la benefició con el 4% de las acciones de la tecnológica, que hoy valen más de 3.000 dólares por unidad. La revista Fortune calcula que la riqueza de la escritora de 51 años está en torno a los 60.000 millones de dólares (cerca de 50.000 millones de euros), lo que la coloca entre las 20 fortunas más grandes del planeta. La exesposa de Bezos, que se casó nuevamente con un profesor de ciencia de Seattle, se ha seguido enriqueciendo gracias al incremento de ganancias de Amazon durante la emergencia sanitaria.
Scott prometió desde hace dos años donar en vida gran parte de su dinero adhiriéndose a la iniciativa Giving Pledge, utilizada como herramienta filantrópica por multimillonarios como Bill Gates y Warren Buffett. Y lo ha llevado a cabo. En julio de 2020 anunció un millonario reparto. A este le siguió otro en diciembre. A lo largo de la pandemia Scott donó más de 4.000 millones de dólares (cerca de 3.400 millones de euros) destinados a bancos de alimentos y organizaciones de justicia racial, cambio climático y derechos de la comunidad LGTBQ. En tres rondas de donativos, sus regalos han sumado más de 8.000 millones de dólares (unos 6.700 millones de euros). “La generosidad genera. Compartir hace más”, concluyó Scott.
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