Ocho cenas ligeras, baratas y fáciles para la cuesta de septiembre

Si cuando se hace de noche te cuesta un mundo sacar la creatividad y energía necesarias para preparar la cena, estas sugerencias pueden hacerte la vida más fácil sin sucumbir a la comida a domicilio.

En cinco minutos la tienes listaMÒNICA ESCUDERO

La cena es la comida del día que se hace más cuesta arriba: el cansancio acumulado durante el día; físico y psicológico nos deja la creatividad bajo mínimos, el hambre azuza la prisa y la tentación de pedir cualquier cosa -no suele ser una ensalada- y tirarse de cabeza al sofá es más fuerte que nunca.

Si acabamos de describir un porcentaje elevado de vuestras noches, tenemos dos noticias. La mala es que, aunque lo hayas deseado con todas tus fuerzas, la cerveza, las aceitunas y las patatas fritas no cuentan como cena; la buena que estamos a punto de sugerirte ocho cenas completas -con muchas posibles variaciones incluidas, para que no te aburras-, sencillas y casi todas se preparan en un plis (las hay que llevan un poco más de tiempo, pero mientras pasa no tendrás que hacer nada). Hay pizza sin harina, cuchareo, cocina mexicana y asiática, ensaladas de legumbres, un montón de verduras ricas, pulpo para cuando nos apetezca un capricho y un bocadillo para los días más vagonetas. ¡A cenar!

Ensalada de lentejas, brotes, tomate, feta y aceitunas

Un plato completo, fresco, que se prepara en cinco minutos y que incluye legumbres, una fuente saludable de proteína vegetal. Para dos personas necesitaremos un bote de lentejas -también pueden ser refrigeradas, en barqueta, unos 400 g de peso una vez escurridas-, un par de tomates medianos, un trozo de cebolla dulce, un puñado de aceitunas, unos 100 g de brotes variados, perejil al gusto y 100 g de queso feta. Para aliñar, una vinagreta de aceite, vinagre suave, sal, pimienta y sésamo.

Solo hay que cortar el tomate y la cebolla, desmigar el feta, mezclar con el resto de ingredientes, aliñar y sentarse a la mesa: la relación esfuerzo resultado de este plato es como para repetirlo hasta el infinito. Se puede cambiar el tipo de queso, o usar bacalao desalado o unas anchoas en su lugar, también acepta hortalizas de todo tipo, huevo duro o tofu.

Huevos a la mexicana

Aunque normalmente en México suelen tomarse como desayuno, también son una buenísima opción para una cena rica y sin complicaciones. Para dos personas necesitaremos dos tomates sabrosos, media cebolla, cuatro huevos -a poder ser, de gallinas que vivan en buenas condiciones-, sal, pimienta, cilantro -si se quiere-, picante al gusto y seis u ocho tortillas de maíz (o un par de rebanadas de pan de hogaza).

Para prepararlos solo hay que cortar la cebolla pelada en dados y dorarla hasta que se vuelva transparente. Añadir el tomate también cortado en dados, sin el pedúnculo, y darle vueltas durante un par de minutos. Añadir los huevos ligeramente batidos, bajar el fuego al mínimo y añadir el cilantro o el perejil, cuajar al gusto y servir sobre las tortillas calientes o pan tostado. Se pueden rematar con queso o nata agria, aguacate, o un poco de bacon crujiente, o añadirles otros vegetales como pimiento o calabacín (y hongos como los champiñones o la seta de cardo).

Fideos rápidos con pimiento, cebolla, calabacín y contramuslo de pollo con salsa de soja

La cocina asiática ofrece un montón de tipos de fideos que podemos cocinar en muy poco tiempo: los udon, gruesos y de trigo, vienen en bolsas listos para un salteado o sopa, los vermicelli de arroz necesitan 10 minutos de remojo en agua fría y después cinco en caliente -durante los que no tenemos que hacer absolutamente nada- y los de trigo finos apenas dos minutos en agua hirviendo.

Solventada esta parte, preparamos para dos personas un salteado rápido con media cebolla, un pimiento pequeño, un calabacín y dos contramuslos de pollo, todo cortado en tiras. Añadimos los fideos y sazonamos con salsa de soja y, si se quiere, vinagre, sésamo y cinco especias chinas: la cena está servida. También puedes poner en la mesa algún picante para servirse al gusto o ponerlo directamente en el salteado.

Patata, judía verde, zanahoria, cebolla y merluza con salsa de perejil y limón

Las verduras hervidas o al vapor son muy socorridas para preparar cenas rápidas, por eso vale la pena tener siempre alguna bolsa de judías verdes o guisantes en el congelador. Con dos patatas medianas, 400 g de judías, dos zanahorias y una cebolla puedes preparar un buen plato para dos personas en una sola olla.

En un par de dedos de agua hirviendo con sal, pon primero la patata pelada y troceada, cinco minutos después la cebolla pelada y la zanahoria, también en trozos y pasados tres minutos más las judías. En cuanto vuelva a hervir, cuenta unos cuatro minutos más y lo tendrás listo. Puedes cocinar a la vez la merluza -fresca o descongelada, u otro tipo de pescado- sobre la verdura, en un colador y tapando la olla, entre cinco y ocho minutos, dependiendo del corte y el grosor. Todos los tiempos de cocción se quedan en menos de la mitad si usamos un estuche de silicona y el microondas (en este post te contamos cómo hacerlo). Para aliñar, tritura un puñado de hojas de perejil fresco con aceite y zumo de limón y; si quieres, medio diente de ajo. Salpimenta y a la mesa.

Bagel o tostadas de pan integral con salmón ahumado, tomate, pepino y huevo a la plancha

Un buen bocadillo o tostada, con una cantidad generosa de verdura fresca o cocinada, proteína de calidad y pan 100% integral puede ser una buena cena eventual, perfecta para esos días en los que solo quieres sofá y peli (o libro). Para preparar este necesitarás un bagel o un par de rebanadas de pan recién tostadas, un huevo a la plancha cocinado en una sartén antiadherente, un tomate y un trozo de pepino -cortados en rodajas finas- y dos o tres lonchas de salmón. Puedes untar el pan con un poco de queso cremoso o yogur griego aliñado con ralladura de limón, sal y pimienta, y añadir tu salsa picante favorita. Si tienes a mano espinacas baby o rúcula, ponle también un puñadito.

Chile con carne exprés, con aguacate y cebolla encurtida

Perfecto para esas noches de septiembre en las que baja un poco la temperatura y, después de vivir medio verano a base de gazpachos y otras sopas frías, ensaladas y demás, el cuerpo te pide a gritos algo calentito para compensar (exactamente lo mismo que pasa en las primeras noches calurosas de junio, cuando ese primer gazpacho te sabe a gloria).

Para dos personas, necesitaremos un bote grande de judías -con su líquido de gobierno, unos 500 g-, una cebolla mediana, dos dientes de ajo, cuatro cucharadas de tomate frito, unos 150 g de carne picada al gusto (mejor con un poco de grasa, también podemos usar salchichas o butifarra sin la tripa, un aguacate, dos limas, chile al gusto, aceite y sal.

Pelar la cebolla y cortar la mitad a pluma; marinarla con el zumo de una lima y un poco de sal mientras se prepara el resto de la receta. Picar la otra media cebolla y dorarla en una cazuela u ollita con un poco de aceite; cuando empiece a coger color, añadir los ajos pelados y laminados. Pasados un par de minutos, poner la carne y dorarla, removiendo para que se desmigue. Cuando esté cocinada, añadir el tomate, las judías con su líquido, chile al gusto y un chorrito de agua. Remover bien y dejar cocinar a fuego suave unos cinco minutos. Servir con la cebolla encurtida y aguacate laminado o a dados por encima (y, si se quiere, cilantro).

Pizza de coliflor con jamón serrano, mozzarella y tomates cherry

Esta pizza es “de” y no “con” coliflor porque la coliflor en cuestión no va encima, sino que es la masa. Para dos pizzas generosas necesitaremos media coliflor mediana (unos 450 g, peso limpio), a la que quitaremos las hojas y que picaremos fina con ayuda de un robot de cocina o un rallador de queso. La ponemos en un bol, cubrimos con un plato y ponemos unos siete minutos en el microondas a máxima potencia (o unos 12 al vapor sobre un colador fino).

Pasado este tiempo la escurrimos muy bien, salpimentamos y mezclamos con un huevo y un puñado de mozzarella rallada. Extendemos dos círculos de masa sobre papel de hornear y llevamos al horno calentado a 180 grados, pasados unos 15 minutos las sacamos y disponemos encima de cada una unos 12 tomates cherry abiertos por la mitad y media bola de mozzarella bien escurrida. Horneamos cinco minutos más y, al sacarla, disponemos encima tres lonchas finas de jamón y unas hojas de albahaca. Servir inmediatamente, si se quiere con aceite picante.

Boniato, brócoli, maíz y pulpo con mayonesa de pimentón

Otra versión de la verdura cocida, esta vez con pulpo y una mayonesa tuneada al momento. Para dos personas necesitaremos un boniato grande o dos pequeños -unos 350 g en total-, unos 400 g de arbolitos de brócoli, 100 g de maíz cocido en grano, mejor congelado que de lata y dos patas de pulpo cocido (pueden ser descongeladas). En este caso pondremos primero el boniato pelado y en rodajas, pasados cinco minutos el brócoli y, tres minutos después de que vuelva a hervir el agua, el maíz y la pata de pulpo entera. Pasados dos minutos y medio, todo estará listo: sirve, corta el pulpo en rodajas y aliña con unas cucharadas de mayonesa con pimentón y un puntito de vinagre.

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